Rodar (cine) en la era Covid

Nos han insistido mucho en eso de la «nueva normalidad». Alguno quizá pensó en que era una oportunidad para hacerlo todo mejor. Mucho mejor. La realidad se impone y parece que –si los rebrotes nos lo permiten–, en esa nueva normalidad, nosotros pugnamos por que se parezca mucho a la vieja. A la de siempre. A la que conocemos.Y ahí está el cine, volviendo por donde solía, a la búsqueda de ayudas públicas ante una situación que le ha dejado descabalgado de las pocas salas de exhibición que aún existían, y la obligación de aventurarse en nuevos gastos para preservar la salud de sus trabajadores.

El Covid, que ha oscurecido y entristecido a tantas familias, también amenaza a la magia del cine. En el caso de los actores, y de las escenas de amor en las que el guión exija besos, abrazos u otro tipo de proximidad física, aunque en un principio se barajó la posibilidad de prohibirlas completamente, parece que finalmente sí habrá besos. Eso sí. Los actores serán sometidos a constantes pruebas e incluso serán confinados durante el rodaje para evitar contagios. La crisis generada por el parón de los rodajes luego del decreto del estado de Alarma, ha supuesto la suspensión de más de 300 rodajes en todo el territorio español.

Ahora se busca revertir esa tendencia. Incluso «echando» una mano a los cines. Las salas beneficiarias deberán cumplir en el año siguiente a recibir la ayuda con una cuota de pantalla para cine europeo del 30%. Poco a poco se ha vuelto a los platós: primero a rodar spots, anuncios de publicidad, para más tarde pasar a rodar películas y series. Aunque más de una se viese obligada a detener los rodajes ante el positivo de algún miembro del equipo. No somos los únicos. La crisis sanitaria por el coronavirus tuvo consecuencias demoledoras en Hollywood, que se vio forzado a suspender todos sus rodajes incluyendo, entre muchas otros, el de superproducciones como las secuelas de «Avatar», «Mission: Impossible 7», «Jurassic World: Dominion» o «The Batman». Ahora toca retomar la ficción para hacer nuestra vida un poco más humana. Ir al cine debe volver a ser un hábito de esa nueva normalidad que mira de reojo a la vieja. Aquella tan añorada.