
Música
Alcohólico a los 12 años y adicto al sexo: así fue la vida de Eddie Van Halen
El guitarrista fue dios entre los dioses de la guitarra y luchó contra las adicciones, pero no puedo dejar de fumar ni siquiera cuando le habían diagnosticado el cáncer de garganta que acabó con su vida

Vivió su vida como tocaba la guitarra, con frenesí. Siempre buscando el más difícil, el más rápido, el subidón infinito. Todo comenzó cuando tenía solo siete años y su familia se mudó de Holanda a California. Su padre era clarinetista, saxofonista y pianista, por lo que en su casa la música era realmente importante, así que desde muy pequeños tanto Eddie como su hermano Alex empezaron a estudiar piano en San Pedro. Pero su padre le transmitió algo más que la música. Cuando tenía solo 12 años, el futuro dios de la guitarra probó el alcohol por primera vez. Se lo ofreció su padre, “para calmar los nervios”, junto a otro tranquilizante, un cigarrillo. Van Halen ha muerto con 65 años de un cáncer de garganta.
Sin embargo, a Eddie le interesaba el rock & roll y se encerraba durante horas en la habitación a practicar. Incansablemente, sus dedos volaban sobre el mástil. Escuchaba a todos los grandes, admiraba a Eric Clapton, a Jimmy Page, a Hendrix. Eran los años setenta y la guitarra eléctrica había ascendido al trono de los instrumentos. Todo el mundo podía permitirse una y los garajes y los sótanos se llenaban de chicos que soñaban con interminables solos. Las bandas se multiplicaban y los Van Halen formaron una. Estábamos, además, en el epicentro de la cultura surfista, relajada y fumeta: la soleada California.
Pero también había un caldo de cultivo: la escena de Los Ángeles, con el emblemático Whisky a Go-Go a la cabeza, hervía de grupos que exploraban hacia una nueva dirección. Del llamado “hard rock” se empezaban a abrir caminos hacia el “heavy metal” y su estética excesiva emparentaba con un modo de vida igual de excesivo. Y Van Halen estaba perfectamente programado para eso.
Los guitarristas ascienden a la categoría de dioses. Van Halen firman un contrato con Warner Bros. y con su primer disco consiguen el éxito. Y el lema de Eddie, según su manager, Noel Monk, era. “Bebe una botella, tómate un par de ludes (Quaaludes, un barbitúrico), fúmate un porro o dos o diez, y mira adónde te lleva la noche”. Su primer disco apareció en 1977. En 1985, Van Halen se disuelven, consumidos en su propio modo de vida. “Demasiado talento y demasiado ego, demasiadas personalidades dispares, demasiadas drogas y alcohol. Tenían que ser geniales desde el principio, porque no había forma de que pudiera durar”, señalaba Monk en sus memorias, publicadas en inglés con este título: “Runnin' with the Devil: A Backstage Pass to the Wild Times, Loud Rock, and the Down and Dirty Truth Behind the Making of Van Halen” (“Corriendo con el Diablo: un pase de backstage a los tiempos salvajes, el rock ruidosos y la sucia verdad detrás de Van Halen”, resumiendo).
Como relató Van Halen a “Billboard”, necesitaba el alcohol para funcionar en parte por sus propias carencias de habilidades sociales. “No sé cómo actuar, así que me emborracho. Y luego me comporto como un idiota”, confesó a “Rolling Stone”. “Empecé a beber y fumar cuando tenía 12 años, me emborraché antes de llegar a la escuela secundaria. Necesitaba el alcohol. Pero no culpo por ello a mi padre en absoluto, él también era alcohólico”. Por supuesto, también se enganchó a la cocaína y a otras drogas legales como calmantes. Sexo, drogas y destrucción de habitaciones de hotel. Cuando el grupo implosionó en 1985 después de un descenso de calidad acelerado de sus discos, Van Halen estaba destrozado.
La banda al completo tenía invitaciones para la mansión Playboy y para la Penthouse, y eso que no las necesitaban. Las “groupies” les acosaban cada noche, buscando, por qué no, quedarse embarazadas. Van Halen llegó a pensar en “asegurar su pene” y suscribir una póliza de un millón de dólares para pagar a la madre, en caso de que sucediera, y poderse olvidar del asunto. Pero Van Halen no podía detener las infidelidades. Su mujer, la actriz Valerie Beltrinelli, trató de ignorar lo que pudo. Estuvo más de 20 años casada con el guitarrista hasta que en 2001 se divorció. Van Halen pasó muchas veces por clínicas de desintoxicación pero siempre fracasaba. Hasta que su mujer ya no pudo más. Según su declaración oficial, la razón principal de tal decisión fue la adicción a la cocaína de Eddie y su falta de voluntad para dejar de fumar a pesar del cáncer de garganta. “Tiene cáncer de boca, le cortan parte de la lengua y aún insiste en que los cigarrillos no tienen nada que ver con eso”, expresó descorazonada la actriz.
Fue un dios de la guitarra. Inspiró con su técnica a toda una generación de guitarristas y aficionados al rock, que, como Paul Stanley (Kiss), Joe Satriani, Ozzy Osbourne y Sammy Hagar rindieron homenajes ayer. “Era una persona con un corazón increíble”, dijo Stanley. Fue considerado por la revista “Rolling Stone” como el octavo mejor guitarrista de la historia. Y se consumió en el fuego de su vida.
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