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“¡Ni te me acerques!”: la primera comedia española con mascarilla

Norberto Ramos del Val dirige esta comedia romántica con guiños a “El resplandor” y que se rodó en pleno Estado de Alarma
La Razón
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  • Matías G. Rebolledo

    Matías G. Rebolledo

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Acostumbrado a ese «cine de guerrilla» al que se ven abocados la mayoría de los realizadores en España ante la falta de subvenciones y estímulos privados, Norberto Ramos del Val no imaginaba que su «¡Ni te me acerques!» sería la primera comedia española en la que las mascarillas y el gel hidroalcóholico son parte de la trama: «Veíamos a los hoteleros quejándose de los cierres en las noticias y pensamos que alguno nos podía dejar su local para rodar. Así llegamos a Ariño (Teruel). Empezamos a escribir casi al mismo tiempo que íbamos cerrando la localización y ya hasta rodando», explica. Y sigue: «Entre las cuatro personas que salen en la película y el resto, no éramos más de doce. Nos informamos ante todas las autoridades y nos dijeron que debíamos cumplir con las reglas generales que se le habían impuesto a la población, así que nos limitamos a eso. Inventamos los grupos burbuja antes de que se empezara a hablar de ello», añade irónico.
En su película, una comedia romántica en la que seguimos a un escritor que se aísla para escribir su debut literario unas semanas antes de su boda, hay elementos obvios de «El resplandor» de Kubrick pero también una pulsión bastante menos academicista: «Nos podemos y nos debemos reír de todo. Reírse de la muerte es muy sano y te hace fuerte. No nos reímos de la pandemia, que podríamos, nos reímos de lo tontos que nos volvemos cuando nos cambian el panorama o no nos dejan salir de casa. Nos reímos , en fin, de cómo hemos sido en la pandemia».
Protagonizada por Edu Ferrés y Rosalía Mira, en el filme también hay hueco para un sorprendente y cómico cameo del escritor y periodista Juan Manuel de Prada: «Solo cambió su guion para añadir chistes, fue un regalo», remata el director.
-¿Cómo le ha afectado personal y profesionalmente la pandemia?
Norberto Ramos del Val. No del todo mal. No me ha pillado sin trabajo, porque yo vivo de lo que puedo en esto, al menos he tenido esa suerte. Tenía la oficina en casa antes de todo esto. Por esa parte casi bien, porque para un friki como yo no varía la cosa mucho, no salía de casa nunca. Salía de casa para ir al cine y no se podía ir al cine y era como “pues vale”. Al súper y poco más. La vida normal, solo que con mascarilla y con cola en más sitios. Gracias a Dios, no he tenido casos en mi familia.
-¿Cómo ha sido producir una película en mitad de una pandemia?
-Como estoy acostumbrado a que mis producciones siempre sean una tragedia, este caso era básicamente lo mismo de siempre. La idea surge de Iván Reguera, que fue el primero que dijo “qué le pasaría al protagonista de “El Resplandor” si le encerraran en cuarentena pero sin el elemento del terror”. De ahí salió la idea.
De hecho, somos los únicos que hemos estado trabajando desde marzo. Mis vacaciones realmente empezarán la semana que viene, que he estado trabajando más que nadie. Sobre la financiación… igual que siempre: pegándole hachazos a los amigos y devolviéndoselo cuando pueda. Es la única manera. Si quieres esperar a algo oficial te puedes aburrir. Las subvenciones de Cultura son un chiste, primero el reparto está hecho de antes siempre y segundo, el mismo gasto, yo como independiente prefiero hacer películas pequeñas y gastar poco que tener que depender de ayudas que van siempre más lentas que el caballo del malo. En lo que hemos hecho la película ellos no han sido capaces de leer una página de diez.
-Sobre cómo la ficción ha reflejado o reflejará el virus... ¿se planteó desde el principio que la película sería una de las primeras en abordar el tema?
-Es la ventaja y el inconveniente de trabajar por libre. Puedes ser el primero en abordar muchas cosas pero que luego le de igual a todo el mundo porque no te hacen ni caso. Reconozco que hay algo de atracción en mí por ello, de si hay un terremoto ir a hacer una película sobre ello.
Cuando empezaron a moverse producciones todo oscilaba hacia dramas sociales y ambiente de hogar, gente aplastando la cabeza contra el gotelé. Esto ya lo sufríamos en España antes de la pandemia. Estoy harto de la gente hablando, queríamos que esto fuera otra cosa. Queríamos cambiar el rollo, porque a la gente le importa muy poco ver a otros sufriendo en pantalla. Todo el mundo ha tenido sus malos momentos, su paranoia… ya no digamos la gente que lo ha padecido, o que ha sufrido por sus familiares fallecidos. Lo único que podíamos aportar es reírnos de la tontería y del mundo que se nos ha venido encima, que de repente marzo parece que fue hace 20 años. De lo raro que es todo. Se nos ha adelantado “Borat” como primera comedia con mascarilla, pero bueno, ellos tienen más dinero.
-¿Cree que el cine va hacia esos temas alegres después de sufrimiento de la realidad?
-Yo al menos sí. De hecho, tenía otra película a nada de empezar a rodar y todo se ha quedado en el aire porque el actor protagonista se quedó encerrado en su México natal. Paró todo y no tengo ni idea de cuándo se podrá rodar. Sería lo lógico, pero a saber.
Históricamente nunca ha habido tanta gente con voz, entonces hay más ofendidos. Ya nos ha salido alguien por ahí diciéndonos que “no nos podemos reír de esto”. Y es como “vamos a ver, ha habido comedias sobre cada una de las guerras que han ocurrido”. Nos podemos y nos debemos reír de todo. Reírse de la muerte es muy sano y te hace fuerte. No nos reímos de la pandemia, que podríamos, nos reímos de lo tontos que nos volvemos cuando nos cambian el panorama o no nos dejan salir de casa. Nos reímos de lo tontos que somos en pandemia.