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Abren por primera vez al público Largo Argentina, donde Julio César fue asesinado

Esta zona arqueológica, que siempre ha estado visible desde fuera y habitada por gatos, será accesible tras una serie de obras preparatorias que comienzan en mayo.
Roma

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Los gatos deberán compartir los restos romanos que llevan habitando desde hace décadas. Estos animales se han vuelto característicos en uno de los paisajes más inesperados pero relevantes de Roma: la plaza Largo di Torre Argentina. Ubicada en Campo di Marte, en el corazón de la capital italiana, contiene cuatro templos romanos republicanos, así como los restos del Teatro de Pompeyo. Hasta ahora, esta zona arqueológica solo se podía admirar desde fuera. Pero esto cambiará, según ha anunciado el Ayuntamiento romano, pues van a realizar una serie de trabajos para habilitar la accesibilidad de los visitantes al lugar sagrado.
Este enclave arqueológico es conocido, además de por sus gatos, porque fue el lugar donde, el 15 de marzo del 44 a.C., asesinaron al emperador Julio César. Así lo señaló Augusto, su sucesor, a través de la colocación de una estructura de hormigón de dos metros de alto. Según estudios recientes, expertos confirman que Julio César fue apuñalado justo en el centro de la Curia de Pompeyo, desangrándose a los pies de su estatua.
“Se ha comenzado a trabajar en el área sagrada de Largo Argentina para la apertura al público”, han anunciado desde Roma a través de Twitter. Aseguran que será a partir de “mediados de mayo” cuando se comience a trabajar, “para que la zona arqueológica sea accesible y abierta a los visitantes”. Por tanto, según aseguran desde el Ayuntamiento, los gatos podrán seguir paseando al sol, pero esta vez rodeados de personas.
Por su parte, la alcaldesa, Virginia Raggi, según recogen medios italianos, explica que este lugar “es uno de los sitios arqueológicos más evocadores enclavado en el corazón de la ciudad. Gracias a la generosidad de la Maison Bulgari, unida a Roma por una profunda relación de colaboración y amor por el patrimonio cultural de la ciudad, las obras que permitirán la apertura al público de este fascinante lugar están a punto de comenzar”. “Se creará un camino realmente seguro entre los restos: los visitantes podrán caminar literalmente por la historia”, añadió.
Esta joya arqueológica fue descubierta tras una serie de excavaciones realizadas en la década de 1920. Su nombre proviene de la ciudad de Estrasburgo, cuya denominación original era Argentoratum. Desde que vio la luz, la zona ha estado visible para romanos y turistas, pero siempre desde fuera. Ahora, “será finalmente devuelta al centro de la vida cultural de Roma, como lo fue hace siglos en la época republicana”, explica un responsable del Grupo Bulgari, Jean-Christophe Babin.