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EL CANTANTE BOB DYLAN

Bob Dylan: 80 años en 15 canciones

El músico estadounidense celebra hoy su cumpleaños mientras el enigma sobre su personalidad crece en la misma proporción que el valor de su trayectoria profesional

Bob Dylan cumple 80 años y seis décadas en el mundo de la música. Si se acepta que el rock and roll es la corriente artística más importante y popular de la edad contemporánea, se podrá afirmar entonces que el genio de Minnesota es una de las personalidades más importantes surgidas en los últimos siglos. Él se encargó de definir un estilo y alimentar su obra con decenas de canciones magistrales que todavía hoy son decisivas influencias para las nuevas generaciones. Y no solo eso, sino que alrededor suyo –e incluso alimentado por él– se generó una figura tan enigmática como atractiva, una personalidad extravagante y de múltiples rostros. Ningún músico dio origen a tantos libros sobre su vida y obra, pero son pocas las certezas y muchas más las especulaciones. Porque quizá nada explique mejor quién es que sus propios temas. A continuación seleccionamos aquellos que mejor definen cada uno de sus muchos periodos creativos y vitales. Una monumental autobiografía todavía por completar.

1963

1. «Blowin’ in the wind»

La canción que situó a Bob Dylan al frente de una nueva generación de cantautores. Él tenía el mayor talento, la visión y la ambición. Abrió «The Freewheelin», su magnífico segundo álbum tras un discreto debut, y sentó las bases de la canción protesta: una forma expresiva de cantar, una melodía distintiva y unos textos literarios que denunciaban los abusos. Con 21 años, Dylan ya era el mejor.

1964

2. «My back pages»

Dylan se cansó pronto de la canción protesta y de ser utilizado como portavoz. El disco «Another side» ya era otra cosa y sus textos se centraban en las relaciones personales y su visión sarcástica de la sociedad. Sus melodías también eran casi pop. Y en «My back pages» declaraba: «Era más viejo entonces, soy más joven ahora».

 

1965

3. «Subterranean Homesick Blues»

Y Dylan se electrificó. Le gustaba el rock and roll clásico, adoraba el pop, amaba a los Beatles, abrió sus oídos a la invasión británica. Todo ello se manifestó en la apertura de «Bringin’ it all back home», el primero de su famosa trilogía eléctrica. Un tema arrollador, una actitud brutal y el primer vídeo de la historia del rock con la icónica imagen de Dylan tirando los carteles en un callejón de Londres.

 

1965

4. «Like a rolling Stone»

Qué decir de esta canción… Dylan se convierte en estrella definitiva con una composición memorable que lo tiene todo. Desde un texto brutal hasta una instrumentación inédita hasta entonces. Nada había sonado así. Y cómo cantaba Dylan. Una auténtica cima cultural del siglo XX.

 

1966

5. «Visions of Johanna»

Dylan entra en trance. Agarrado al simbolismo, llena las canciones de metáforas mientras su anfetamínica voz se mueve sinuosa entre los surcos del monumental «Blonde on Blonde». Es un artista en la cumbre. Su vida es vértigo. Canciones, discos, documentales, acoso, presión, drogas… Esta hipnótica canción es todo un opus, el rock and roll llevado hacia los límites del arte contracultural.

 

1966

6. «Million Dollar Bash»

Fue el 29 de julio de 1966 cuando Dylan sufrió un accidente de moto que cambió radicalmente su vida. La salvó, se podría decir. Todo era insano y probablemente iba encaminado a marcharse prematuramente, como tantos otros ídolos del momento. Aquel suceso le hizo parar y reflexionar. Cambió su forma de vida y también su música. Se recluyó en Woodstock junto a sus amigos de The Band y juntos hicieron las hermosísimas «Basement Tapes», canciones compuestas y tocadas simplemente por el placer de hacerlo. Era una vuelta a la base, a la tradición, a la vida.

1973

7. «Knockin’ on heaven’s door»

Dylan extendió su época acústica durante largos años. Saliendo de ella entregó esta maravilla, correspondiente a la hermosa banda sonora de «Pat Garrett & Billy The Kid». Cuenta el batería Jim Keltner que fue la única vez que lloró durante una grabación. Todo suena épicamente bello y crepuscular en otro de los grandes clásicos de la música.

 

1974

8. «Idiot wind»

Aparece un nuevo Dylan para crear esa obra maestra que es «Blood on the tracks». Se considera su disco de ruptura y siempre se ha interpretado como una operación a corazón abierto que descubre su próxima separación de Sara, su mujer desde 1965. Todo es impresionante en este álbum, todo es trágico. «No entiendo a la gente que disfruta con este tipo de dolor», confesaría el autor. La extensa «Idiot wind» es otra de sus montañas creativas, y especialmente su versión en directo durante la apoteósica gira de la Rolling Thunder Revue.

 

1978

9. «Changin’ in the guards»

Nuevo cambio de vida, nuevo cambio de música. «Dylan en Las Vegas», señalaría despectivamente la Prensa al escuchar el álbum «Street Legal». Hoy pasa por ser una de sus obras más infravaloradas en muchos sentidos. Bob Dylan arregla nuevas y viejas canciones con una banda extensísima. La canción que abre el álbum es demoledora en todos los aspectos y anuncia su apocalípitica y revisada visión del mundo.

 

1980

10. «What can I do for you»

A finales de la década, sigue con su exploración del «r&b», pero con el añadido más controvertido de toda su carrera: se hace cristiano y lleva la religión a sus textos, plagados de referencias bíblicas y loas a Jesucristo. Muchos se bajan, ya han tenido suficiente. Hacen mal, porque lo que entrega Dylan son canciones maravillosas. Y lloraba mientras tocaba la armónica después de preguntar al cielo «qué puedo hacer por ti».

 

1985

11. «Tight connection to my heart»

Los 80 fueron en general trágicos para Dylan por muchos motivos. Inestabilidad emocional y desorientación musical. «Infidels» fue un muy buen disco, pero lo que siguió a partir de ahí está entre lo peor de su carrera. Esta canción era en realidad muy buena, pero la producción y el vídeo constataron que Dylan estaba fuera de sitio.

 

1996

12. «Not dark yet»

El magnífico álbum «Oh Mercy!», de 1989, fue un oasis dentro de su larga crisis creativa. Hasta que llegó esa obra maestra que es «Time out of mind» y esta inabarcable canción, atmosférica y auténtica como pocas. Dylan había vuelto mientras el famoso Never Ending Tour y sus más de 100 conciertos anuales alimentaban la mitomanía.

 

2000

13. «Things have changed»

Diez años antes era una gloria acabada, pero pasa el tiempo y se sitúa a las puertas del nuevo siglo como una gloria viviente cada vez más reconocida y hasta se lleva el Oscar con una composición que reúne parte de lo mejor de su estilo: intención al cantar, bases de blues bien arregladas, textos mordaces…

 

2012

14: «Long and Wasted Years»

Continúan los reconocimientos masivos mientras aguarda al (controvertido) Nobel de Literatura. Sus trabajos cada vez se espacian más hasta llegar a «Tempest», un álbum magnífico y bien escrito, pero cada vez más melancólico. Años gastados.

 

2020

15. «Murder most fall»

Es la canción más larga de su carrera y sin duda la más confesional respecto a cuál fue su escuela. Por aquí aparecen Beatles, Stones, Who, Eagles, Stevie Nicks, Charlie Parker, Buster Keaton, Thelonious Monk… Y Kennedy, claro. Dylan sigue creando, ajeno a las modas, y despacha casi un disco de «spoken Word». Está por encima de todo porque él es la cima.