Exposición en la Biblioteca Nacional sobre la Divina Comedia: Dante, 700 años también en español
La Biblioteca Nacional muestra en una exposición, dedicada al aniversario del escritor italiano, la copia más antigua del texto en nuestra lengua, una copia datada en el siglo XIV, y el manuscrito que contiene la primera traducción al castellano, que perteneció al Marqués de Santillana
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Dante es un autor paradójico, con obra, pero sin rastro en los archivos de su letra autógrafa, un fetichismo que la historia nos ha escamoteado. Lo que tenemos es una «Comedia», a la que más tarde Bocaccio le añadió lo de «Divina», que se ha perpetrado a través de copias de modelos extraviados. No existe nada más medieval que un libro y es probable que no exista tampoco nada más medieval que su transmisión literaria, hecha con la voluntad de esforzados copistas que perdieron vista y salud vertebral encorvados sobre los tristes atriles que jalonaban el scriptorium.
A falta de internet, emails y de otras wikipedias actuales, la cultura se difundió por Europa a través de desgastados códices, que, ahora, con el correr del tiempo han adquirido rango de piezas únicas y obras museísticas. Con el setecientos aniversario de la muerte del autor de «Vita Nuova», que falleció en septiembre de 1321 en Rávena, lejos de su Florencia natal y apesadumbrado por mil facturas vitales y políticas, la Biblioteca Nacional saca a relucir toda esta herencia libresca, sobre la que se aupó una vez el humanismo y que florecería en los siglos del quattrocrento y el cinquecento, en un homenaje al que es considerado por muchos como el padre del italiano.
En una muestra breve, pero con mucho pábilo, nos enseña la copia más antigua de la «Divina comedia» en España. Una obra en pergamino datada en el siglo XIV que supone el primer testimonio que se conserva en nuestro país de este texto literario. Los márgenes de sus folios aparecen miniados con paisajes y personajes creados por Dante, que aportan a este conjunto unos oropeles que elevan varios grados su estatus artístico y testimonial. A su lado, disimulado en un libro con unas características más discretas y modestas se conserva un auténtico tesoro, un códice, como explicó Michele Curnis, profesor de Historia Medieval de la Universidad Carlos III de Madrid, comisario de esta muestra, que perteneció al marqués de Santillana (1398-1458), y que es «el primer manuscrito completo» de la «Divina Comedia» en España (luego pasó a los duques de Osuna y más adelante, en 1884, a la BNE).
Un tesoro oculto
Es un libro hecho en Génova en 1354. Estos folios carecen del embellecimiento corriente que corresponde a los miniados, pero, en cambio, contienen un tesoro mucho mayor y, también, de mayor relevancia. En la parte izquierda de algunas partes se incluye un resumen de los cantos, pero, en el escueto espacio que queda entra la orilla derecha y el texto, está la primera traducción conocida en castellano de la «Divina comedia». Un trabajo que, en general, se ha atribuido a Enrique de Villena y que, además, es la primera traducción que se hizo de esta obra a otra lengua distinta al italiano.
A lo largo del mundo existen 850 manuscritos repartidos a través de 19 países de este título fundador de la literatura italiana moderna. Los que se exponen en la Biblioteca Nacional se remontan a los siglos XIV y XV, que dan, además, una idea de cómo se estudió, observó y significó en la cultura del final de los llamados «años oscuros». Aunque todos proceden de los fondos de esta institución, aquí no existen copias del texto, sino también el comentario en latín que hizo uno de los hijos de Dante, Pietro. Existen tres redacciones de este estudio. La que se presenta en esta exposición, traducida al castellano, proviene de las dos primeras redacciones y conserva, curiosamente, anotaciones que algunos estudiosos consideran que pertenecen al Marqués de Santillana.