Ana Torroja habla en exclusiva para LA RAZÓN: «En México soy muy de ir al súper y mirarle la cara al pescao»
La artista, que acaba de perder a su padre, continúa con su gira y nuevo disco. Nos habla de cómo ha sido para ella este año y medio, sus planes, refugios veraniegos y, por supuesto, de Mecano
Sentarse frente a Ana Torroja es hacerlo mirando cara a cara al ADN de la banda sonora de nuestra vida. Ella dice que está «de vuelta», pero no de todo, sino al ruedo, lo que para la cantante es ese chute necesario de contacto con sus fans. Aunque éste sea para Torroja un verano amargo por la reciente muerte de su padre, ella continúa en los escenarios con su nueva gira y un disco calentito bajo el brazo. Le gusta conversar, aunque las promociones le resulten «cansinas», pero es algo que asume pues forma parte del «business» de manera irremediable. Damos al «rec» y comienza la función. ¡Ah! Y sí, hablaremos de Mecano.
-«Mil razones», su nuevo disco, es también «hijo de la pandemia», ¿fue más complejo su gestación o el parto?
-Ha sido un período muy productivo. He hecho cosas en este disco que no había realizado nunca. Por ejemplo, me he grabado yo misma las voces. Me compré un micrófono por internet y me puse a grabar con el ordenador. Incluso cuando saqué el sencillo «Cuando tú me bailas», como tampoco se pudo rodar el videoclip, lo que hice fue grabarlo yo en casa y tirar de mucho «selfie». Se hizo lo que se pudo y con mucha buena intención.
-¿Qué nota le pusieron los productores?
-Me dijeron que estaba bastante bien (risas), pero es verdad que hubo que repetir algunas tomas porque, por ejemplo la voz estaba saturada, ya que me había acercado demasiado al micrófono. Y sobre el vídeo, algo también hubo que repetir porque quizá me había quedado bajo de luz.
-Todo un verano de gira con «Volver», ¿de dónde regresas tras cinco años de silencio?
-Vuelvo a donde nací, al mundo electrónico, donde mi voz se encuentra más cómoda. Aunque el nombre de «Volver» ya estaba pensado, lo cierto es que ahora toma un significado mayor. Ha sido un tiempo de introversión, sano y necesario que me ha venido muy bien, pero necesito un poco de explosión.
-Haces varias colaboraciones con artistas jóvenes, supongo que intimida grabar con Ana Torroja. ¿Hace de consejera?
-Realmente, la presión la tengo yo. Siento una responsabilidad muy grande cuando artistas jóvenes me llaman para trabajar juntos. Tengo que estar a la altura de sus expectativas, pero al final todo fluye de manera natural.
-No debe ser sencillo vivir bajo el peso ser una «institución» del pop español.
-Es una responsabilidad añadida a mi trabajo, no quieres defraudar. Pero hasta ahora, creo que lo he hecho bien.
-Y hablando de regresos, ¿dónde no le gustaría volver?
-No soy de mirar atrás. Soy una persona de presente. En mi caso, lo increíble es que los cuarenta años de trayectoria musical forman parte de mi presente, de mi vida y de la del público.
-¿Hay alguna entrevista en la que no le hayan preguntado por el regreso de Mecano?
-No (risas). Aunque cada vez lo hacen con más prudencia. Entiendo que haya esa curiosidad, pero cada vez mi respuesta es más definitiva. No volveremos. Cada uno ya ha trazado su camino y es difícil que nos encontremos. Cada uno ha optado por ir por el sendero que quiere.
-¿Quizá existe una visión idealizada de lo que fue Mecano por parte de los fans?
-Sí, se idealizó ese momento. Nos fuimos sin una despedida, sin una gira de adiós. Todo se quedó en un limbo de mucho éxito y eso es lo que la gente tiene grabado en su corazón.
-¿Cuándo hubo más ’'movida’', en los ochenta, o ahora, que parece que vivimos en una catarsis constante?
-Todo depende del tipo de movida del que hablemos. La de los 80 fue una explosión de libertad y de creatividad. Una época más intensa de lo que ahora se vive, para lo bueno y lo malo. La movida actual, realmente no sé dónde nos lleva. Eso sí, las catarsis sociales son necesarias para llegar a un sitio de calma y mejor que el anterior.
-La polarización social que se registra en la actualidad poco tiene que ver con el consenso de antaño....
-Bueno, creo que, a veces, hay que llegar a los extremos para regresar a un punto intermedio.
-¿Qué canción de su discografía ilustraría mejor el momento que vivimos? ¿Cuál cantaría en la tribuna del Congreso o dedicaría a los políticos?
-Quizá un «Cruz de Navajas» para sobrevivir «Un año más» y que, ojalá, eso nos lleve en un «Barco a Venus».
-Se ha reencontrado con Alaska en uno de sus temas que ha llamado «Hora y cuarto». ¿Con quién le gustaría compartir ese tiempo?
-Con mi familia y conmigo misma. Es gratificante, sanador y regenerador.
-¿A quién no le concedería ni 15 minutos?
-Creo que todo el mundo se merece unos minutos y una oportunidad. Será que yo soy así de boba. Eso sí, luego ya decides si lo alargas a una hora o no.
-¿La fama te provoca urticaria?
-Yo no necesito la fama, para mí, la parte personal es tan importante como la profesional. Hay músicos que no saben estar sin hacer música, yo puedo hacerlo perfectamente. Sé disfrutar sin hacer nada. por eso, en mi carrera en solitario, que son 25 años, tan solo he sacado cinco discos. Creo que eso es muy representativo de lo que pienso. Si no tengo nada que contar, me quedo tranquila y tan a gusto.
-Aunque madrileña de «pro», vives en México. ¿Has exportado eso que la presidenta Ayuso llama «vivir a la madrileña» al otro lado del charco?
-Yo soy muy de cervecitas, de sobremesas largas y lo bueno es que en México eso también se lleva bastante. No soy una exiliada allí, vengo mucho por Madrid, que cada vez está más bonito, por cierto. De hecho, en México, resido en un barrio pequeño con mucho comercio local y me encanta hacer vida allí. Soy muy normal.
-¿Qué es eso de ser normal?
-Pues que me gustan las cosas sencillas. Me acuesto pronto y me levanto temprano. Hago ejercicio, estoy con mi hija. Me gusta mucho ir al súper a comprar y mirarle la cara al pescao. Vamos las cosas que hace todo el mundo. Ahora me estoy dedicando a organizar fotos, tengo tantas...