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Arte

Sean Connery, con licencia para vender un Picasso

El 26 de mayo sale a la venta uno de los cuadros de su colección, «Buste d’homme dans un cadre», del pintor malagueño, que puede alcanzar los 150 millones de dólares

Cuadro 'Buste d'homme dans un cadre', de Picasso
Cuadro 'Buste d'homme dans un cadre', de Picassolarazon

Sean Connery se adaptó bien al papel de James Bond, un agente secreto con licencia para matar y al servicio de su Majestad la Reina. El espía, altanero y sin demasiados escrúpulos, pertenecía a la estirpe de personajes que aprecian poco su resuello, disfrutan de la vida y, en los momentos de asueto y distracción, se entregan sin demora a los placeres y gustos más caros, distinguidos y delicuescentes. Lucía ropa de primera, bebía la mejor coctelería, sin que eso mermara la puntería de su Beretta y ligaba con las mujeres más elegantes y peligrosas que veía en la barra y que circulaban por todo el contraespionaje. El actor debió admirar a este pelafustán venido a más y que sentía una inevitable debilidad por vestir esmoquin a medida y a dejar los Aston Martin como chatarra para el desguace. Quizá, el escocés, incluso aspiró con asumir algunas de las virtudes de las que hacía tanta gala el doble cero (en estos tiempos de ahora, todo hay que subrayarlo, algunos de estos atributos no se perciben con la misma admiración que antes. Todo lo contrario, se contemplan casi como los vicios de una mente malsana y decadente). Según revela su patrimonio, Sean Connery, por lo menos, se ha quedado con uno de los hábitos de Bond, James Bond: su inclinación por lo exquisito. Y él encontró esa complacencia en la pintura. La casa de subastas Christie’s de Hong Kong sacará a puja el próximo 26 de mayo uno de los cuadros que formaban parte de su colección personal. En concreto un Picasso de extraordinario valor. Y no uno cualquiera. De la amplia variedad de estilos por los que atravesó el malagueño durante su prolongada evolución pictórica, Connery se fue a fijar en el más peculiar y menos conocidos, el que desarrolló durante su última etapa, en una obra fechada en 1969 y ejecutada apenas cuatro años de su muerte. Como no podía ser de otra manera, ni tampoco podía faltar al talento de duro que arrastraba por los papeles que había interpretado en el cine, reparó en uno de los famosos mosqueteros que el artista pintó al final de su vida: «Buste d’homme dans un cadre» es un óleo notable que ahora sale al mercado de nuevo y que se estima que podría alcanzar la modesta suma de 150 millones de dólares. Suficiente dinero para que hasta un adicto a la acción como James Bond colgará su carrera y se entrara a tomar mojitos en cualquier playa de Indonesia. El cuadro promete atraer la atención de coleccionistas y curiosos, porque al aliciente que supone la firma «Picasso» hay que añadir que no todos los días se puede disponer de la oportunidad de comprar algo que perteneció a James Bond y tenerlo «solo para sus ojos».