Historia
Así era el verdadero James Bond, un “playboy inmoral”, bebedor y aficionado a los tríos sexuales
Dusan Popov, apodado el “Triciclo”, espió para Alemania, Reino Unido y EE UU durante la II Guerra Mundial
Daniel Craig se despide de James Bond después de 15 años con “Sin tiempo para morir’, que llega a las salas de cine y que los críticos han definido como “la mejor entrega de la saga desde Casino Royale”. Craig no quiso desaprovechar la ocasión y compareció en la premier dando un ejemplo de elegancia, muy al estilo 007, con una americana de terciopelo rosa. Parece que todo empieza y todo acaba en “Casino Royale”. Fue la primera película de Craig y fue precisamente en un casino donde Ian Fleming comenzó a gestar el personaje.
Además de Craig, Sean Connery, Roger Moore, David Niven,George Lazenby, Timothy Dalton y Pierce Brosnan dieron vida al agente con “licencias para matar” a lo largo de 24 películas y James Bond no ha perdido su esencia: una planta impecable, aire misterioso, inteligente, eficaz, muy observador, audaz, implacable, pero también un bon vivant siempre rodeado de bellas mujeres.
¿Personaje real o ficticio?
Ha habido muchos rumores sobre el origen del personaje creado por el periodista y escritor Ian Fleming. Su paso por el servicio de inteligencia de la Royal Navy hizo que muchos pensaran que Bond era un personaje autobiográfico. Pero nada más lejos de la realidad.
Fleming se inspiró en un personaje real, al que tuvo el placer de conocer y con el que compartió algunas vivencias: el serbio Dusan “Dusko” Popov, un amante de la buena vida que por circunstancias de la vida acabó trabajando para los servicios secretos de Reino Unido, Alemania y Estados Unidos.
Popov nació en 1912 en una pequeña localidad serbia y pronto se trasladó con su familia a Dubrovnik, una ciudad ubicada en el Adriático que era frecuentada por la alta sociedad del país. Su abuelo era propietario de varias fábricas, minas y cadenas minoristas, y el joven serbio se acostumbró pronto a la buena vida y se convirtió en un playboy que organizaba grandes fiestas en los yates y villas privadas de la familia.
En la década de los 30, en pleno efervescencia del nazismo en Alemania, viajó a Belgrado para estudiar Derecho, pero decidió acabar la carrera en Friburgo, una de las ciudades alemanas con mayor ambiente universitario. Allí conoció a Johann Jebsen, la persona que sería clave en su vida. Popov regresó a Drubovnik para abrir su propio bufete de abogados pero siguió en contacto con Jebsen, con el que se reencontraría años después.
En esa reunión, Jebsen le confesó que se había unido a la Abwerhr, el servicio de inteligencia militar nazi dirigida por Wilhem Canaris. Hay varias teorías al respecto, pero la más consolidada era que Jebsen pretendía obtener información de los nazis para trasladárselos a los servicios secretos británicos. Para mantener en secreto que era un agente doble, tuvo que dar a los nazis información de los aliados. Así, Jebsen habría reclutado a Popov para trabajar al servicio de los británicos. Otras versiones establecen que primero sirvieron a la inteligencia militar alemana y que posteriormente fueron reclutados por el servicio secreto británico.
Avance de Hitler por Europa
En 1939, Adolf Hitler ya había ocupado Checoslovaquia y acababa de tomar Polonia. Al año siguiente, comenzó la ofensiva contra Francia y Reino Unido con Winston Churchill al mando necesitaba tener la mayor información posible acerca de los siguientes pasos de los nazis para tratar de hacerle frente. Sus armas eran el MI6, el servicio secreto, y la Inteligencia Naval, cuyas intervenciones fueron muy eficaces durante la Primera Guerra Mundial.
Precisamente Ian Fleming había sido reclutado por el MI6 y su superior, el vicealmirante John Henry Godfrey, era una de las personas de mayor confianza de Churchill. La obsesión de Godfrey era lograr infiltrarse en Berlín y uno de sus mejores hombres estaba en el punto de mira de los alemanes y podía ser descubierto. Canaris había logrado colocar a varios de sus hombres en Inglaterra para desenmascarar a los espías británicos en Alemania.
En este punto surge el nombre de Popov, que dominaba el alemán y el inglés, y Godfrey decide reclutarlo. Y el joven serbio aceptó y se incorporó al servicio secreto de Churchill. Poco después, le llegó su primera misión. Viajar a Portugal para tratar de llamar la atención de los alemanes e infiltrarse en la Abwehr.
Portugal era una dictadura con lazos con los fascistas italianos, falangistas españoles y, cómo no, con los nazis. En 1941, en el Palacio Estoril se alojaban millonarios, judíos refugiados y espías de diversos países, que le otorgó el sobrenombre de “el hotel de los murmullos”. Popov llegó bajo el paraguas de un multimillonario despilfarrador, gran bebedor, aficionado a las mujeres y simpatizante de Hitler. Un papel que le venía como anillo al dedo y que tenía que servirle para contactar con el servicio secreto alemán.
Fue precisamente en el Palacio Estoril donde Ian Fleming, enviado allí como enlace del MI6, conoció a Popov y compartieron vivencias suficientes como para que Fleming pudiera dibujar un esbozo de lo que posteriormente sería James Bond. Fleming restaba en una mesa de juego cuando apareció un rico empresario llamado Bloch y pidió que las apuestas fueran ilimitadas. Cuando se sentó, el arrogante jugador sacó 50.000 libras del gobierno británico (equivalente a un millón de euros actuales) y los puso sobre la mesa. Todos los presentes quedaron boquiabiertos. El dinero superaba en 10 veces lo que cualquiera de los que allí trabajaban podían ganar en un año.
El casino enmudeció. Bloch miró a Fleming, que estaba pálido, casi verde. Pero apareció Popov y dio muestras de su personalidad. No sólo logró llevarse las ganancias de la mesa sino que se marchó diciendo “espero que la dirección no permita un juego tan irresponsable en el futuro. Es una vergüenza y una molestia para los jugadores serios“.
Fleming no podía dejar pasar esta anécdota y la incluyó en la novela Casino Royale (1952) -una clara alusión al Palacio Estoril-, en la que Bond arruina al despiadado asesino LeChiffre. Precisamente esa escena se incluyó en la película en la que Daniel Craig debutaba como 007, un remake de la cinta del mismo título que fue estrenada en 1967 y que tuvo a David Niven como James Bond.
Inteligencia militar alemana
Durante su estancia, Popov llamó la atención de los agentes de Canaris y lo reclutaron con un objetivo: conseguir información sobre la base norteamericana de Pearl Harbour. Las comunicaciones se harían mediante código y tinta invisible, El encargo se produjo cinco meses antes de que Japón lanzara su ataque, que pilló totalmente desprevenido a Estados Unidos y que fue uno de los momentos clave de la II Guerra Mundial.
Ese mismo año, antes del bombardeo de Pearl Harbour, Popov fue reclamado por la Casa Blanca pero desde su llegada volvió a lo que más le gustaba: la buena vida. Llevó una vida tranquila, dio clases de pilotaje y tuvo citas amorosas con numerosas y actrices famosas, lo que no fue bien visto por el director del FBI John Edgar Hoover.
A pesar de ello, el agente serbio advirtió a un alto cargo del FBI sobre las intenciones de los japoneses: “Ustedes deben esperar un ataque en Pearl Harbor antes de fin de año” pero no lo tomaron en serio y eso que aportó dos pistas que parecían lo suficientemente contundentes. La primera la obtuvo del agregado militar de la embajada alemana en Tokio, que había escoltado un vuelo de reconocimiento el Pearl Harbour. La segunda era un telegrama en clave que le mandaron desde la Abhwer, en el que le pedían información sobre la capacidad de la aviación militar norteamericana en el Pacífico y en el que le reclamaron que realizara bocetos de las instalaciones de la base.
Pero Hoover no envió la documentación a la Casa Blanca porque no se fiaba de Popov, al que definió como “un playboy inmoral”. El puritanismo de Hoover y el escandaloso modo de vida de Popov eran barreras infranqueables. El serbio se había ganado una “reputación” entre las mujeres -era uno de los solteros más codiciados del momento-, que le valió el sobrenombre de “Triciclo” por su afición a los tríos en las relaciones sexuales con mujeres y porque había trabajado para británicos, alemanes y norteamericanos.
Pero el papel del espía serbio, descrito por los informes norteamericanos como un hombre inteligente y culto, fue fundamental en otro momento crucial de la guerra. Su labor de espía doble, sirvió a los aliados para que engañara a los alemanes sobre la ubicación del desembarco de Normandía, lo que permitió el éxito de la operación y fue el principio del fin de los nazis.
Además de sus comunicaciones secretas, sus archivos también están llenos de cartas a sus numerosas novias, enviadas “Al servicio de Su Majestad”. El espía tenía una habitación en el hotel Savoy de Londres y no sólo cortejaba a actrices, sino que también alquilaba apartamentos en el ático de Park Avenue y se iba a esquiar con el dinero de los aliados.
Una vida de lujo
Después de la guerra, Popov volvió a su vida de lujo y se instaló en el sur de Francia. Después de varios matrimonios fallidos, se casó con una joven sueca de 19 años, con la que tuvo tres hijos.
El espía serbio publicó sus memorias “Espía/Contraespía” en 1974 y murió en 1981. Poco antes, un grupo de periodistas le preguntaron qué opinaba sobre el personaje que había inspirado y fue bastante claro: “Un espía que bebiera como Bond estaría borracho la primera noche y muerto la segunda”.
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