Grave cornada a Leandro Gutiérrez en tarde de más novillos que novilleros
Fue cogido en Las Ventas en el saludo de capa del sexto
Creada:
Última actualización:
La grave cornada que sufrió el colombiano Leandro Gutiérrez por el sexto novillo de la tarde de este domingo en Las Ventas fue el suceso más relevante de un festejo en el que hubo varios novillos con opciones de triunfo y que no acabaron de ser aprovechados, ni siquiera José Rojo que dio una vuelta al ruedo sin sustancia.
El triste episodio llegó en el sexto, un sobrero de Chamaco que lo cogió de muy feas maneras en el saludo de capote. El animal se le coló por dentro y lo hirió de forma certera, dejándole totalmente desmadejado sobre la arena. Fue llevado a toda prisa a la enfermería, teniendo que hacerse cargo del utrero Santana Claros, que dejó cositas sueltas de buen aire, pero sin redondear.
El propio Santana pasó sin pena ni gloria frente a un primero sin raza y que se vino muy pronto abajo también tras un excesivo castigo en varas. El de Villamarta se agarró al piso y se negó a embestir, y cuando medio se arrancaba lo hacía protestando y quedándose corto. Con estos mimbres, el trasteo fue un continuo quiero y no puedo, en el que el malagueño se alargó más de la cuenta.
Lo más artístico de la tarde lo hizo Santana en el recibo de capote al cuarto, con varias verónicas de exquisito trazo y un sandunguero galleo para llevar al novillero al caballo. Hubo también buen gusto en la apertura de faena, pero luego se perdió en los detallitos y en componer más que en torear propiamente dicho.
Y es que al grueso de su trasteo le faltó reposo, templar y mandar sobre el de Villamarta, que tuvo buena condición y fue el que marcó el ritmo de las tandas, que salieron rapiditas y demasiado tropezadas, dejando la sensación final de haber estado por debajo del novillo, al que, para colmo, mató rematadamente mal.
José Rojo anduvo muy dispuesto con un segundo también justito de todo, y que medio se movió sin humillar y faltándole finales a sus cortas acometidas. El extremeño se los robó (los muletazos) de uno en uno por el derecho a lo largo de una faena entonada ante un animal muy insulso y que fue apagándose también como una vela.
Con una larga cambiada saludó al quinto, novillo berreón y que se dolió mucho en banderillas, pero que luego no tuvo mal aire en la muleta, aun faltándole un puntito más, y Rojo demostró aquí que se las sabe todas para vender como buena una faena en la que volvió a mostrar muchas ganas, sí, pero a la que faltó ajuste y, sobre todo, mucho más poso.
Menos mal que hoy el palco estuvo serio y no le concedió una oreja que, de haberla paseado, hubiera sido otro insulto a la categoría de la plaza de Madrid. Tampoco hubo consenso en los tendidos en la vuelta al ruedo que se apagó pegando el extremeño.
Y Leandro Gutiérrez se las vio y se las deseó con un tercero de exigentes embestidas y aviesas intenciones, un animal al que había que llevar muy enganchado y someter por abajo, pues, de no ser así, tendía a meterse por los dos pitones y a rebañar, como así le hizo en varias ocasiones al colombiano, que anduvo tan voluntarioso como falto de recursos para resolver la papeleta.
FICHA DEL FESTEJO.- Cinco novillos de Villamarta, que sustituyeron a los inicialmente anunciados de El Risco, de desiguales hechuras, caras y volúmenes, y de juego también variado. Sin raza y muy parado el primero; insulso y a menos el segundo; exigente y complicado el tercero; bueno el cuarto; mansito pero dejándose mucho el quinto. El sexto fue un sobrero de Chamaco, también de buen aire.
Santana Claros (blanco y oro): pinchazo, estocada ligeramente desprendida y descabello (silencio tras aviso); cinco pinchazos y media (silencio tras aviso); estocada muy baja y atravesada, pinchazo y descabello (silencio en el que mató por Gutiérrez).
José Rojo (obispo y oro), que sustituía a Jaime González-Écija: media caída y dos descabellos (ovación tras aviso); pinchazo y estocada (vuelta al ruedo tras petición de oreja).
Leandro Gutiérrez (blanco y azabache): estocada caída con derrame (ovación en el único que mató);
En cuadrillas, Víctor del Pozo y Antonio Vázquez saludaron tras banderillear al quinto, al que bregó con eficacia Jesús Díez “Fini”.
La plaza registró muchísimo menos de un cuarto de entrada en tarde calurosa.