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Arte-protesta

Dos activistas pegan sus manos en un cuadro de Picasso para protestar por el cambio climático

La denuncia tuvo lugar en la National Gallery of Victoria de Melbourne (Australia) y el lienzo protagonista fue “Masacre en Corea” (1951)

La caja de resonancia que supone Picasso se convierte en un medio perfecto para llamar la atención de cualquier causa
La caja de resonancia que supone Picasso se convierte en un medio perfecto para llamar la atención de cualquier causaTwitter

El presente 2022 pasará a la historia como el año en el que las protestas contra el cambio climático se trasladaron a los museos. Si a principios de julio las demostraciones de los activistas se concentraron en museos británicos, a finales de este mismo mes el rugido ecologista se trasladó a las instituciones artísticas italianas. El 22 de julio, tres integrantes –dos mujeres y un hombre– del grupo Ultima Generazione sorprendieron a los visitantes de la Galería de los Uffizi, en Florencia, y pegaron sus manos a una de las obras maestras del Quattrocento italiano: La Primavera (1480), de Sandro Botticelli. Los activistas desplegaron a continuación una pancarta en la que se podía leer: «Última generación: sin gas, sin carbón».

Poco después, el movimiento de concienciación se expandió hasta instituciones museísticas alemanas y, ahora, dicha moda ha llegado hasta la otra cara del planeta, hasta Australia. En todos los casos, el procedimiento seguido es el mismo: pegar las manos al marco o al cristal que protege la obra, empleando para ello un tipo de pegamento que no dañe las superficies sobre las que se actúa.

En el «caso australiano», la obra elegida para desarrollar esta performance ecologista ha sido Masacre en Corea(1951), de Picasso, incluida dentro de la exposición El siglo de Picasso, celebrada en la National Gallery of Victoria de Melbourne. Un hombre y una mujer, pertenecientes al colectivo Extinción Rebelión, adhirieron sus manos al plexiglás que protegía al cuadro, mientras, a sus pies, se desplegaba una pancarta en la que se podía leer: «Caos climático = Guerra + Hambruna». La acción –que duró aproximadamente una hora– fue acompañada por un texto publicado en el perfil de Facebook de Extinción Rebelión, en el que se podía leer: «El deterioro del clima conducirá a un aumento de los conflictos del mundo. ¡Es hora de que todas las instituciones se pongan de pie para actuar!».

La razón que invita a los ecologistas a intervenir en la vida de los museos fue expresada meridianamente, durante el pasado mes de julio, por el grupo italiano Ultima Generazione, cuando afirmó que «del mismo modo que defendemos nuestro patrimonio artístico, deberíamos dedicarnos al cuidado y la protección del planeta que compartimos con el resto del mundo». Los espectadores y amantes del arte están divididos al respecto de tales acciones: mientras que una parte de ellos las contemplan con buenos ojos, ya que no dañan las obras de arte, otra, sin embargo, las interpretan como un acto de vandalización del patrimonio.