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Libros

El alegato póstumo de Almudena Grandes

Se publica “Todo va a mejorar”, una distopía donde la escritora advierte de los peligros que amenazan la democracia

Almudena Grandes
Almudena GrandesTUSQUETSTUSQUETS

Almudena Grandes dejó una obra póstuma de diferentes coordenadas y taludes literarios. La autora volcaba sus preocupaciones sociales y políticas en «Toda va a mejorar», una obra que abandona el pasado y que ubica en un futuro inmediato. Una narración, con su marca personal, pero con el sello de las novelas de anticipación, que advierte de los peligros que pueden avecinarse si se descuida la democracia. «Contestó desde la literatura a la epidemia de la Covid y el Estado de alarma, que es lo que hacen los escritores. Cuando le diagnosticaron cáncer, este libro se convirtió en una tabla en la que apoyarse, aferrarse a la vida y mantener la disciplina que exigía la enfermedad», explicó Luis García Montero, su marido, y quien, por petición de ella, escribió el último capítulo porque a Almudena Grandes ya le flaqueaban las fuerzas y no quería que sus lectores, que se cuentan por cientos, se quedaran sin la conclusión de la historia.

«Para entender el presente a veces hay que recordar el pasado, pero imaginar el futuro nos permite comprender los problemas del presente -comentó García Montero, director del Instituto Cervantes-. La escribió porque deseaba analizar los peligros que estamos viviendo. La novela arranca cuando un gran empresario descubre que su hijo, que está tomando clases a través del ordenador, le asegura que nos vamos a salvar todos juntos porque nos cuidaremos los unos a los otros. Pero claro, él se pregunta qué va a ser de sus empresas en un mundo de solidaridad».

A partir de esta idea inicial, Almudena Grandes arrancó una distopía donde se suceden epidemias y un personaje, denominado el Gran Capitán, aspira a que los ciudadanos «renuncien voluntariamente a los derechos y las libertades que sus antepasados consiguieron», como dice una frase del libro. «Los procesos como el de la pandemia pueden desembocar en una dictadura -prosigue García Montero. Hay gente que entiende la libertad como un sálvese quien pueda y poder hacer negocios sin escrúpulos. Hoy veo cómo la libertad es cualquier cosa, menos un marco social de convivencia. Existen personas que desean acabar con la política, las instituciones; quieren que se pierda el respeto a la Justicia y a los ejes de la democracia para convertir el país en un gran supermercado».

Hedonismo y autoristarismo

Almudena Grandes comenzó esta novela el 7 de mayo de 2020, el día de su 60 cumpleaños. Ante la imposibilidad de salir a pasear, tomó el hábito de recorrer el pasillo de su casa durante una hora y pico. Después de rellenar una Moleskine y la mitad de otra, consideró que era el momento adecuado de sentarse a redactar esta historia. Luis García Montero subrayó algunas de las ideas que barajaba la escritora y aseguró que «una sociedad hedonista puede desembocar en la degradación de la democracia y llevar al autoritarismo».

Para él, ciertos aspectos de la realidad han confirmado algunos de los miedos que ella albergaba y comenta, como ejemplo, que algunos países han manipulado la salud para recortar la libertad. «Uno de los personajes malvados de la historia es un jefe de gabinete. Fue la contestación de Almudena Grandes a estos personajes que se han convertido en gente más decisiva que las propias personas que militan en un partido defendiendo unos valores. Son ellos los que calculan los golpes de efecto, cómo engañar a la gente y despertar su simpatía más que dialogar con la verdad».

Para Luis García Montero existía, antes incluso de la pandemia, «un malestar que se venía gestando en la sociedad y que tendía a desacreditar la política, el periodismo y la justicia, porque todo es igual para muchos, todo es mentira... y esto es lo que daña la democracia. Esto es lo que pretende el Gran Capitán, el personaje de Almudena Grandes. Él quiere dinamitar la democracia desde dentro».