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José Canalejas: el asesinato que marcó el futuro de España

El 12 de noviembre de 1912, el que fuera presidente del Consejo de Ministros fue asesinado por el anarquista Manuel Pardiñas Serrano
La Razón
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  • César Alcalá

    César Alcalá

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El 12 de noviembre de 1912 el presidente del Consejo de Ministros, José Canalejas Méndez, murió asesinado en la Puerta del Sol, mientras miraba el escaparate de la librería San Martín, como consecuencia de lo disparos que le propició el anarquista Manuel Pardiñas Serrano. Uno de los policías que seguía a Canalejas, a distancia, al ver lo que había sucedido, se lanzó encima de Pardiñas, Este, al verse atrapado, decidió suicidarse con la misma arma.
La realidad de los hechos es como los hemos descrito. Ahora bien, desde el primer momento surgieron dudas sobre todo lo ocurrido. Uno de ellos está vinculado con su vigilancia. Si bien es cierto que no le gustaba ir escoltado, aquel día lo seguían 3 policías vestidos de paisano. Canalejas venía del Palacio Real de haber despachado con Alfonso XIII. Cuando el rey visitó la capilla ardiente les dijo a los policías: “¡Pues si que han vigilado ustedes bien!”.
El segundo está relacionado con el anarquista Pardiñas y su muerte. Oficialmente se disparó detrás de un coche, al verse acorralado por la policía. Algunas versiones apuntaban que la policía se lo llevó a un portal, después de detenerlo, acabando ahí con su vida. ´También se abrió otro interrogante sobre su muerte. Los posteriores informes apuntan que las heridas del cuerpo son incompatibles con un suicidio. ¿Por qué? El cuerpo presentaba dos impactos de bala en el cráneo. Estos dos disparos, individualmente, eran mortales. Resulta imposible, según el informe, que después de producirse el primero disparo era imposible apretar el gatillo para el segundo, pues el individuo ya había muerto con el primero. Lo mismo ocurre con el arma. No tenía munición suficiente para disparar la pistola, a no ser que la hubiera recargado. Lo cual, teniendo en cuenta el tiempo de reacción de los policías, no lo pudo realizar.
Al día siguiente el periódico “El Norte de Castilla”, sobre la muerte del presidente José Canalejas, publicó la siguiente información: “Un crimen brutal, odioso, sin explicación alguna y cometido de cobarde modo por un asesino anarquista, ha puesto luto en la nación. El presidente del Consejo, don José Canalejas, ha caído muerto, herido por la espalda, en plena Puerta del Sol, cuando como un particular, a pie y solo, al dirigirse al Consejo, miraba los libros –su afición favorita– en el escaparate de una librería. El crimen, que priva a España de uno de sus hombres más ilustres, ha causado en el pueblo entero dolor inmenso e indignación violenta. Era Canalejas, cuya pérdida hoy llora la nación, hombre bondadoso, político demócrata de verdad, gobernante liberal hasta los últimos limites compatibles con el orden. (…) Durante su Gobierno, la pena de muerte ha estado virtualmente abolida, pues en todos los casos aconsejó al rey el indulto de los reos”.
El cuerpo de Canalejas fue trasladado al ministerio de la Gobernación, donde se certificó su muerte instantánea alrededor del mediodía del 12 de noviembre de 1912. El Rey llegó al ministerio 10 minutos después de cometido el asesinato y su esposa alrededor del mediodía. Canalejas fue enterrado en medio de una inmensa manifestación de dolor. El presidente dejaba viuda de 28 años y cinco hijos. La viuda recibió el reconocimiento de duquesa de Canalejas.
Por lo que respecta a su faceta como presidente del Consejo de Ministros, Canalejas llevó a cabo la aprobación de la Ley de Asociaciones Religiosas, conocida como Ley Candado. Esta limitaba la creación de nuevas órdenes religiosas para frenar, así, la influencia de la Iglesia Católica. Inició el proyecto de Ley de las Mancomunidades; promovió una reforma militar, haciendo obligatorio el servicio militar y eliminando las redenciones en metálico; abolió el impuesto de consumos; promovió la ley de arbitraje del estado en los conflictos laborales; redujo la jornada laboral; prohibió el trabajo nocturno; reguló el trabajo femenino; legisló los accidentes de Trabajo; y reguló las huelgas, entre otras cosas.
La muerte de Canalejas fue más importante de lo que se podía pensar en aquel momento. El Partido Liberal perdió a su líder y se esfumaba cualquier posibilidad de adaptar la Restauración a la España del siglo XX, condenándola a seguir anclada en el siglo XIX. Canalejas formaba parte del nuevo liberalismo. Era de izquierdas y católico, aunque se le tildó de anticlerical. Quería introducir en España el socialismo democrático.
Con su muerte se le dio punto y final al Partido Liberal, pues no consiguió un lider de la talla de Canalejas y acabó extinguiéndose. Sus sucesores Segismundo Moret, conde de Romanones y Manuel García Prieto, no consideraron consolidar las expectativas de Canalejas. Además, de 1923 a 1931 mantuvieron suspendida su actividad política y, en 1931 la disgregación de sus lideres y militantes puso punto y final a este partido político.
La muerte de José Canalejas también fue el punto de partida de la conocida como crisis de la Restauración, que desencadenaría, en 1923, con el golpe de estado y dictadura del general Miguel Primo de Rivera. La muerte de Canalejas significó la decadencia de una manera de entender la política y, como él mismo temía, que se abriera una lucha entre los partidarios de los valores tradicionales y los abiertos a la libertad y la democracia. Esa lucha desencadenó, como sabemos, en la guerra civil de 1936.

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