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Teatro

Antonia San Juan amonesta a un sector del público de los Premios Talía: "Qué risa nos produce la salud mental en un mundo de locos"

La actriz recibió el premio extraordinario del Gobierno de Canarias durante la ceremonia

Antonia San Juan en los Premios Talía
Antonia San Juan en los Premios TalíaEP

Con el arrojo y la personalísima fuerza de La Agrado, ese personaje icónico y desprejuiciado que le regaló a Pedro Almodóvar en "Todo sobre mi madre", pisó anoche Antonia San Juan el escenario del Teatro Español para recoger el Premio Extraordinario del Gobierno de Canarias otorgado en el marco de los premios Talía organizados por la Academia de las Artes Escénicas. Representante de los creadores de las artes escénicas que se han curtido cada noche en los bares con sus monólogos, la también guionista, dramaturga, directora de teatro y cine y productora, aprovechó el reconocimiento para pronunciar un bonito discurso y reivindicar la grandeza de las pequeñas pasiones, protagonizando un significativo momento de la noche relacionado con la banalización de la salud mental que se produjo al final de su intervención.

"Que sepas que te admiro desde el principio. Cuando te conocí rodando, trabajando y charloteando te admiré muchísimo más, por muchas cosas. Sobre todo por tu voluntad, tu integridad, tu manera de sortear tantos escollos como te ha puesto la vida y salir de ellos con tanta elegancia y sensibilidad. Te quiero mucho Antonia", introdujo Eulalia Ramón, actriz y mujer del fallecido Carlos Saura, antes de que la actriz iniciara su trayecto hacia las tablas.

"Decía La Agrado que una es más auténtica cuanto más se parece a lo que ha soñado de sí misma"

Antonia San Juan

"He intentando que dure muy poco y va a durar muy poco porque sé que escuchar este tipo de cosas es una pesadilla", comenzó prudente San Juan. "Decía La Agrado que una es más auténtica cuanto más se parece a lo que ha soñado de sí misma y yo añado que yo, Antonia San Juan, soy las horas de trabajo que le dediqué a mi proyecto. Llegué a Madrid con un sueño, ser actriz y lo que he conseguido es más de lo que pude imaginar. No fue fácil, no es fácil y no será fácil. He recibido muchos noes pero también bastantes síes", indicaba antes de establecer un paralelismo entre su profesión y el vértigo de las relaciones.

"El cine y la televisión han coqueteado conmigo pero el que me lo ha dado todo ha sido mi teatro, el que yo me inventé. Un texto, un cajón donde subirme y mi público, que nunca me ha fallado y con esta idea continúo caminando. La emoción que me da el teatro no es comparable a nada. Este suelo negro, los camerinos, los minutos previos a salir, el miedo al lapsus, los aplausos del público. Todo eso hace que mi amor por mi teatro lo convierte en mi único amante". Y siguió: "Quiero agradecer a todos los que me han dado oportunidades, pero también a los no, porque no fue lo que me dieron o me negaron, fue lo que yo hice con todo eso. A punto de cumplir 63 años soy una mujer en paz, solo quiero seguir encima del teatro aunque sea con pinganillo en el caso de que la traviesa memoria no quiera acompañarme", proyectó segundos antes de introducir una figura en el ramillete de agradecimientos que suscitó las inoportunas risas del público.

"A punto de cumplir 63 años soy una mujer en paz"

Antonia San Juan

"Gracias a los autores que me han prestado sus textos porque con su ayuda y mi escritura pude viajar con mis espectáculos por España, América, Italia, Portugal. Este premio va dedicado a Cristina Barandarián Piedra, mi psicoanalista", remató interrumpiendo un discurso que aún no había terminado para alzar la vista del papel donde llevaba anotadas sus palabras y entre miradas de escepticismo y pena añadió mientras se mordía el labio: "Qué risa nos produce la salud mental en un mundo de locos. Pues sí, a mí me dolía el cuerpo y ella me curó", completó entre los vítores compensatorios de los presentes, quienes redoblaron los aplausos para intentar disimular la tensa y más que justificada amonestación de la intérprete.