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El Thyssen y Van Gogh entran en el metaverso

En colaboración con la plataforma Olyverse, el museo ha sido pionero en España en dar un paso hacia adelante e inmiscuirse en el mundo de los NFT

Madrid Creada:

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Hay ya un pedazo de la vida de Vincent van Gogh en el metaverso. Pertenece a esos 70 días que pasó en el pueblo francés de Auvers-sur-Oise antes de suicidarse. En ese tiempo pintó 72 cuadros, 33 dibujos y un grabado. Un ritmo pictórico frenético, excitado e innovador que solo Van Gogh podía seguir como si fuese consciente de que se encontraba en un combate contra el tiempo. Entre ellos, figura un lienzo que se alza como una de las joyas de la colección moderna del Museo Thyssen-Bornemisza y que fue su primer trigal: «Les Vessenots en Auvers» (1890). Una pintura que creó durante unas dos semanas que se muestra como una sinfonía de tonos verdes y amarillos, y que ahora se expone (además de en la sala 34 del museo) en el metaverso. En colaboración con Olyverse, plataforma de entretenimiento que conecta a fans y estrellas mediante experiencias inmersivas y colecciones exclusivas de arte en formato NFT, el Thyssen se ha inmiscuido en este mundo intangible e innovador respaldado por la tecnología «blockchain». Y lo ha hecho presentando su primera colección de NFTs de la obra mencionada de Van Gogh, convirtiéndose en pionero en España –otros países como Italia ya se atrevieron a dar este paso– en adoptar esta forma de conectar arte tradicional con tecnologías disruptivas.
El NFT es un certificado de autenticidad digital. Es decir, la obra original que se expone en el Thyssen no se altera, ni mucho menos pierde su valor. Lo que se ha hecho es digitalizar el cuadro, dotarlo de dicho certificado y así ofrecer una alternativa, «mostrar el arte de forma más accesible y asequible sin perder su exclusividad», explica Carlos Grenoir, director general de Olyverse. Ahora, cien coleccionistas podrán poseer un «Les Vessenots en Auvers» certificado, pero ninguno más, pues se garantiza la propiedad única de cada pieza. Unas obras que, por tanto, están a la venta y que rondan los 30.000 euros: «Es importante llegar al mundo del coleccionismo digital, que también es una realidad. El NFT permite avanzar en la democratización del arte, llegar a más públicos y con mayor calidad, control y garantías», asegura Evelio Acevedo, director gerente del Museo Thyssen.
Los NFT continúan siendo un mundo desconocido para muchos, pero asegura Grenoir que «son el nuevo capítulo de internet», y Acevedo añade que «se trata de una realidad de la tecnología del siglo XXI». Pese a las cada vez mayores reticencias que provocan estos avances en el mundo cultural, como constatamos recientemente por las polémicas ante ChatGPT y otras Inteligencias Artificiales, quizá esta sea una oportunidad para ver a la tecnología como una aliada en lugar de una amenaza. Lo digital está ahí, convive con cada uno de nosotros, y ello puede enriquecernos. En el caso del Thyssen, «la digitalización es un objetivo, por lo que iniciarse en esto era oportuno», continúa Acevedo: «Es necesario que la cultura no se entienda como responsabilidad del Estado, sino de todos nosotros». Y qué mejor manera de hablar de innovación, imaginación, atrevimiento y cambio que a través de Van Gogh, ese artista audaz al que nadie entendía y por el que ahora sentimos devoción.

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