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Hasta el 26 de octubre
“Crecer entre dos artistas. Homenaje a Claude Picasso” en el Museo Picasso de Barcelona
La exposición «Crecer entre dos artistas» subraya como el nacimiento de los hijos cambió el trabajo del artista andaluz

Vuelvo al curso escolar para recomendarles una visita: el Museo Picasso de Barcelona mantiene abierta hasta el 26 de octubre la exposición “Crecer entre dos artistas. Homenaje a Claude Picasso”, la exposición es un recorrido íntimo por la infancia de Claude (1947-2023) y Paloma (1949) en La Galloise (Vallauris) y por la obra que esa vida familiar. Es, además, un tributo explícito a Claude. La muestra puede visitarse en la primera planta del Palau Finestres.
Con concepto, supervisión y comisariado de Paloma Picasso y Emmanuel Guigon, este proyecto reúne obra de Picasso y de Gilot, documentación fotográfica (Robert Capa, Edward Quinn, entre otros) y materiales que evidencian lo difusa de la línea entre juego y creación en la casa-taller familiar del sur de Francia tras la Segunda Guerra Mundial. La exposición subraya cómo el nacimiento de los hijos modificó el trabajo de Picasso y cómo Gilot convirtió la vida familiar en tema central de su pintura, saquen ustedes sus conclusiones del porque.
La exposición se estructura en cinco ámbitos que me parecen fascinantes:
En la Sala 1. La Galloise, un hogar, se introduce el contexto de Vallauris, la instalación de la familia y el clima creativo que rodeó a los niños. Se muestran, entre otros, linograbados y carteles para Vallauris (1951-1960), fruto de la colaboración con el impresor Hidalgo Arnés, y las conocidas “sombras chinescas” que Picasso colgó en La Galloise en septiembre de 1952.
En la Sala 2. Picasso y la vida familiar. Los juguetes, se documenta la integración del juego infantil en la obra del pintor: coches de juguete de Claude que se transforman en rostro de simio en “La mona y su cría” (1951); muñecas con el rostro de Paloma para las que Gilot tejió ropa; arlequines articulados de cartón y figuras recortadas a partir de cajetillas de tabaco. La línea entre juguete y obra desaparece, como muestran las piezas y testimonios de la época.

La Sala 3. Françoise Gilot, es un núcleo dedicado a su producción: óleos y dibujos donde la maternidad y la vida doméstica —“La mesa del jardín con Claude” (1952), “La lección de lectura”— se convierten en motivo principal. Aquí pueden encontrar su propio relato sobre el trabajo en Vallauris, el cuidado de los niños y la relación con Picasso tras su separación.
La Sala 4. Vallauris, explora el vínculo de Picasso con la cerámica desde su visita al taller Madoura en 1946, de la mano de Suzanne y Georges Ramié, y su regreso a un entorno marítimo que consideraba propio. Incluye documentación de Luciano Emmer filmando a Picasso en 1953 y obras como “Paloma” (29 de enero de 1953).
En la Sala 5. Claude Picasso, cierra con el papel de Claude como testigo y mediador de aquel universo, incluyendo la película “Atelier 74” (codirigida con Thierry Spitzer) que registró el estado del taller de La Californie un año después de la muerte de su padre, junto a otras piezas que subrayan su mirada sobre el espacio creativo.

Aún quedan semanas para disfrutar de una muestra de carácter temporal que ofrece claves de lectura poco vistas sobre el Picasso familiar. Es una oportunidad para comprender cómo el juego, la familia y la vida cotidiana activaron una vía de trabajo esencial en Picasso y, en paralelo, la obra de Françoise Gilot. La exposición combina piezas, fotos y testimonios de época.
He intentado imaginarme como sería la vida de Françoise y Claude más allá de lo artístico, y he decidido volver de ese pensamiento. Quedarme con que Françoise Gilot fue la única mujer que dejó a Picasso y le demostró que había mucha más vida (y mucho arte) lejos de él. Lo dicho, están a tiempo.
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