El Cervantes reconoce que le faltan profesores para atender la demanda de español

El Instituto Cervantes ha reconocido que en la actualidad le faltan profesores a su plantilla para poder atender de manera adecuada la actual demanda de español que existe en el mundo, de manera especial en países como la India, que tiene un enorme relevancia para nuestro idioma porque su población ya sabe hablar inglés en numerosos casos y se perfila como una de las grandes potencias económicas del futuro; Filipinas, el África subsahariana, otro punto estratégico para las lenguas y, también, en distintas ciudades de Europa, como puede ser Estocolmo, ciudad en donde también escasean.

«Hay una demanda a la que no llegamos», ha declarado Luis García Montero antes de la reunión anual de su patronato, que tiene lugar en Aranjuez y ante la presencia de los Reyes. El director del Cervantes subrayó que «pedimos que la plantilla de profesores aumente. No hay docentes formados en naciones como la India. Allí no disponen de ellos, aunque las peticiones se han incrementado de manera notable, y tienen que recurrir a profesores formados en otras lenguas extranjeras. Debemos prepararlos. Hay muchas plazas sin cubrir y en ocasiones debemos recurrir a colaboradores o profesores particulares, que, como es lógico, no tienen las ventajas de una persona que está en plantilla, como derecho a vacaciones o un sueldo mensual. Nosotros, por esto, humanitariamente, nos gustaría tenerlos contratados».

Luis García Montero ha repasado la actualidad de la institución y ha admitido esta realidad apremiante y que preocupa, aunque, también ha incidido en los buenos resultados que ha tenido el Instituto en el último año y durante la legislatura en particular, y, en un apunte personal, considera que ya se ha superado el momento de retroceso de personal y de apoyo estatal que sufría desde que se desencadenó la crisis. «Hemos doblado esa curva descendente de la crisis», ha recalcado.

Renovación

García Montero, que admitió que se considera renovado en el cargo de director de esta institución después de una conversación que ha mantenido de manera reciente con el Ministro de Asuntos Exteriores, confirmó que todavía no han alcanzado la partida presupuestaria que tenían en 2009, que era de algo más de 90 millones de euros, y que se vio mermada en un 40 por ciento como consecuencia de la crisis económica que se abrió en el mercado financiero internacional. En la actualidad, la transferencia del Estado al Cervantes no ha llegado a 82 millones, y desde este centro, que reconocen que tampoco quieren suponer una carga para las arcas del erario público, ya piden 91, debido, sobre todo, a las distintas demandas que deben cubrir y los nuevos desafíos que se han planteado en la realidad del mundo después de la epidemia de la Covid, como la deber de ahondar en la transformación digital (han crecido las clases a través de internet y los cursos «online»).

El motivo es que en este corto plazo de años no se han alcanzado todavía los fondos con los que contaban hace 14 años. Y en este tiempo, según García Montero, necesitan atajar diversas urgencias: cubrir las vacantes que quedaron tras el recorte de la plantilla administrativa, atender los nuevos centros que se han abierto y que no existían con anterioridad, afrontar el reto del África subsahariana, donde el francés pretende extenderse para desbancar al español, encarar la inflación global y contratar esos profesores ante la urgente demanda que existe, también en Europa, de manera especial después de que el British Council recomendara a sus alumnos que eligieran el español como segunda lengua.

«PARA LA DERECHA INVERTIR EN CULTURA ES CHUPAR DEL BOTE»

Luis García Montero no ha pedido solo un aumento de la partida presupuestaria del Estado para el Cervantes, a pesar del éxito que les está dando la autofinanciación. También ha tenido tiempo para lanzar una pulla y ha afirmado que «cada que se dice de invertir en cultura, la derecha asegura que eso es para que la gente chupe del bote». Una singular forma de decir que hay que apoyar al Cervantes.