Joachim Lafosse es un cineasta belga, autor de películas como Perder la razón o Élève libre, premiada en una edición de Cinema Jove de Valencia, ha presentado a concurso en este festival de San Sebastián «Les chevaliers blancs». Una película sobre una ONG que viaja al Chad para tratar de traer a varios cientos de huérfanos a familias francesas que han tramitado su adopción. Las condiciones que ponen es que sean menores de cinco años y acreditar su orfandad. Pero mienten diciendo que se van a quedar allí quince años educándolos y ocupándose de ellos. Una buena película que, además, muestra las disensiones y afinidades dentro del grupo de cooperantes y, por supuesto, ataca de esta forma particular a las ONG.

Fuera de concurso, Lejos del mar, de Imanol Uribe. Triste que en el pase de Prensa, los asistentes rieran de la película y no con la película. Bien rodada porque Uribe conoce su oficio, pero el guión es imposible.

«Freeheld», de Peter Sollett, es la segunda película a concurso, una producción norteamericana que no merece ser llamada película. Es una cosa indignante. Muestra la lucha por conseguir que una pareja de hecho, lesbiana (una de ellas policía y con cáncer termina) logre hacer que la superviviente reciba la pensión de viudedad. Las películas de buenos sentimientos las hizo todas Frank Capra, logrando obras maestras. No hay derecho a que este producto norteamericano venga a concurso a un festival que presume de su elevada categoría.