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Conflicto internacional

Colombia desafía a España por el galeón San José

El Gobierno de Gustavo Petro reta al de Pedro Sánchez al ordenar una exploración "no invasiva" en el navío de bandera española hundido frente a sus costas

El pintor británico Samuel Scott recreó al óleo la inmensidad del galeón San José, en un cuadro pintado ya en 1772 y que ahora cuelga del Museo Marítimo Nacional de Londres
El pintor británico Samuel Scott recreó al óleo la inmensidad del galeón San José, en un cuadro pintado ya en 1772 y que ahora cuelga del Museo Marítimo Nacional de LondresWikimedia

Aunque para entender la polémica sobre su titularidad haya que retroceder hasta principios de la década de los ochenta, lo cierto es que la batalla legal por el galeón San José parece haberse acelerado en los últimos meses. Y es que esta misma semana, el gobierno colombiano ha declarado su firme interés de comenzar a explorar el navío, hundido a finales del siglo XVII, con «fines investigativos». A través del Instituto Colombiano de Antropología e Historia, la Armada de Colombia y la Dirección General Marítima, el ejecutivo de Gustavo Petro (que bien podría medirse con el de Pedro Sánchez en cuanto a conflictos internacionales abiertos se refiere) ha anunciado que su delegación bajará hasta el nivel del barco hundido con técnicas no intrusivas utilizando un buque de investigación submarina y un vehículo de exploración remota para realizar un inventario arqueológico.

Esto, según la doctrina que viene defendiendo el Ministerio de Cultura -más allá de cualquier signo político nacional- se entiende como un desafío a las pretensiones de titularidad españolas, amparadas en la definición del galeón San José como «barco de Estado». Esto implicaría que España posee, sobre el navío hundido, «la inmunidad soberana», impidiendo que ningún otro Estado pueda tomar una decisión unilateral sobre lo que afecte al buque «sin la conformidad del Estado de bandera», en términos de Derecho Internacional. ¿Cuál es el problema? Que aunque el barco fuera hundido antes de su promulgación, muchos partidarios de que el barco se quede en Colombia se amparan en la Convención de la Unesco sobre el Patrimonio Subacuático de 1985 que reza que «el patrimonio acuático no será objeto de explotación comercial» y que se debe optar, en la medida de lo posible, porque los restos hundidos no sean desplazados de su lugar de hallazgo.

Un nuevo frente internacional de Pedro Sánchez

¿Por qué, entonces, batallar en un campo que parece tan a favor del Gobierno de Petro? Primero, porque Colombia no ha firmado la mencionada declaración de la Unesco (en parte, por un lío de competencias con otras naciones fronterizas en otros casos similares); segundo, porque se cree que a bordo del San José perecieron más de 600 marineros españoles; y, tercero, porque se cree que la reactivación del conflicto pasa por una cuestión de política interna en Colombia por la que Petro estaría intentando reclamar el galeón a España como contraprestación a la reciente exigencia del tesoro Quimbaya, que actualmente se encuentra en nuestro país.

En el marco de este último frente, en las últimas horas ha trascendido que una delegación de los Qhara Qhara será testigo de las operaciones, para asegurarse de que el gobierno colombiano no se apropie bienes de los pueblos originarios, en una operación que, sin embargo, sigue siendo polémica: miembros de los Killakas o Carangas, otros pueblos potencialmente afectados por el presunto saqueo, se han quejado de no ser escuchados por ninguno de los Estados contendientes. Sea como sea, y más allá de la exploración científica, el lío del San José va para largo.