Entrevista
Cristina Fernández Cubas: «Lo cotidiano está lleno de misterios, pero no los vemos»
La Premio Nacional de las Letras regresa con el muy esperado libro de cuentos «Lo que no se ve»
Hemos tenido que esperar diez años para que Cristina Fernández Cubas lleve a imprenta un nuevo libro. Pero la espera ha valido la pena porque la autora de «Mi hermana Elba» o «El columpio» vuelve a desplegar sus mejores recursos literarios para sorprender al lector en la colección de cuentos «Lo que no se ve», publicado por Tusquets Editores. Fernández Cubas, quien ganó el Premio Nacional de las Letras en 2023 por «la magia de su narrativa», vuelve a hacer de lo cotidiano algo fantástico e inesperado. La escritora habló ayer con este diario.
Parece obligado empezar preguntándole por qué han tenido que pasar diez años para poder volver a leer un nuevo libro suyo.
Porque son mis tiempos. Nunca he sido una escritora de libro por año. Quizás esta vez me he pasado un poco, pero es que la vida tiene sus propios guiones y a veces interfiere. Ya sabe: es algo que tiene también que ver con el estado de ánimo. Son muchas cosas. Tampoco creo que haya una regla de tres de que un escritor deba adaptarse a una cierta regularidad. Regularidad la tengo, aunque como ve, es bastante personal.
Voy a empezar por el final, por el último cuento, «Candela viva» y en el que planea la necesidad de ser escuchado.
Lo que veo en «Candela viva» es a una mujer se llama Jana que se está planteando que cada vez que cumple años el mundo va demasiado deprisa. Ella no sabe cómo detener ese ritmo y, sobre todo, necesita hacer un balance o un recuento de su vida. Eso es lo que necesita. Esta es una explicación. También puede ser que ha sufrido un desmayo, pero lo dejo al lector. Solamente le indicaré que hay una mano cercenada en las últimas líneas que nos remite a varias manos: a las elegantes manos de Candela Viva y a la quemada de la protagonista con el candelabro. Que cada uno saque su conclusión.
Hay otra mano que es la de series de televisión que tenían en común lo fantástico, como «Alfred Hitchcock presenta» o «La dimensión desconocida».
Sí. La presencia de esa tienda mágica que nadie había visto remite a esas series antiguas que aún se reponen. Pero también a una película, no recuerdo si de Jane Wyman o Claude Colbertt, las confundo siempre con su flequillo, quien tiene un accidente y no se da cuenta y vuelve a su casa, pero en realidad está muerta. Es como una propina que le da la vida.
Esas dos series de televisión tienen en común con sus cuentos el tratar lo fantástico pero sin malabarismos de efectos especiales.
Sí, sí. Pero yo hablaría de lo desconocido que es lo que introducen esas series. Vivimos al borde de lo desconocido.
Precisamente uno de los cuentos en lo que lo desconocido tiene un impactante papel es en «Momonio», con una invocación que no sale nada bien.
Aquí invocan a lo máximo, al gran enemigo tradicional, cuyo nombre ni siquiera se menciona y resulta que acude a la cita. Pero todo eso está narrado por la única persona que no estuvo allí. Lo narra, pero no tiene un conocimiento directo. Se olió algo, escapó, dijo que no le gustaba el juego y se fue a su casa, aunque no escapó del todo porque le da muchas vueltas a este asunto.
¿Lo cotidiano puede ser terrorífico?
Lo cotidiano está lleno de misterios, pero lo que pasa es que no los vemos. Para mí la vida tiene muchos misterios: hay mucha ignorancia de lo que somos, de a dónde vamos... De todo eso hay muchas cosas que no sabemos con algunos misterios se desvelan con el tiempo, con la ciencia mientras que otros permanecen. Yo siempre parto de lo cotidiano, de lo apacible. Que luego no sea tan apacible es lo que da lugar al relato.
Uno de los cuentos donde se ve el misterio de lo cotidiano es el protagonizado por dos compañeras de instituto en «¿De qué se habla en las fiestas?» donde añade un giro final inesperado a ese relato.
Hay ese giro porque dese cuenta que su amistad, creo que se dice, tenía un espacio acotado, que era el instituto, los pasillos, las aulas del jardín, pero nunca habían atravesado la verja. Así que aquella amistad, que era posible dentro de los límites del instituto, resulta que al salir al mundo, la parte oscura de la narradora se revela y, de repente, se descubren con una mirada distinta a la que habían tenido hasta ese momento.
Las relaciones entre hermanas vuelve a salir en este libro.
Sí, sí, es algo que me gusta. El mundo de los hermanos, en general, es muy intenso para lo bueno, para lo malo y para lo que usted quiera. Es algo en lo que me gusta mucho poder ahondar, especialmente las interacciones entre hermanos.