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Crítica de "Shy": Vida de un adolescente en la oscura noche inglesa ★★★★★
Max Porter traza la historia de un joven que se escapa de un reformatorio en una historia de apariencia juvenil, pero dirigida a los adultos

Pareciera que se tratara de una novela juvenil, pero no lo es, aunque mantenga ciertas características del género y el protagonista sea un chico de dieciséis años que una madrugada de 1995 decide escaparse de Última Oportunidad, un reformatorio para delincuentes juveniles y en el que se encuentra detenido porque se ha portado, mal, muy mal, como lo demuestra su prontuario frondoso: ha esnifado, ha fumado, ha maldecido, ha destrozado una tienda, una casa y ha apuñalado el dedo de su padrastro.
Pero ahí va Shy, sin embargo, el protagonista, dispuesto a todo y llevando consigo una mochila repleta de piedras y una historia que contar: la suya propia. El viaje de Shy en la noche inglesa se convierte, entonces, en un recorrido por su breve biografía en forma de un monólogo interior repleto de recuerdos y de situaciones que van entrometiéndose en su cabeza, desde las discusiones familiares, los ejercicios terapéuticos, las improvisaciones virtuosas, hasta su amor por el drum’n’bass. Toda una mezcla de pensamientos y de evocaciones que lo visitan en un parpadeo de recuerdos, dice, «desordenados por los sentidos».
Cadencia sostenida
Cuarta novela de Max Porter (High Wycombe, Reino Unido, 1981), «Shy» tiene poco de una novela de juvenil. Se mueve, básicamente, entre la ficción y la poesía. Cuenta, por un lado, una historia esencialmente novelesca, pero con recursos modernos. Y no para de sorprender al lector y hacerle tomar distancia con respecto al texto, sino más bien para que este se implique a partir de su propia imaginación y tenga una visión más profunda del protagonista y de los personajes.
«Shy» es una novela en la que la trama, quizá, no sea lo más esencial. Ni siquiera el argumento. Sino los personajes y esa cadencia sostenida por una prosa que tiene mucho de poesía. Todo eso que hace que esta obra de Max Porter no sea, aunque lo parezca, juvenil, sino una novela en la que la que la juventud ya no es un tesoro divino, sino un lugar repleto de anarquía y oscuridad.
▲Lo mejor
El encuentro entre una prosa poética con la novela moderna
▼Lo peor
Nada que cuestionar a esta novela muy bien editada y traducida
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