Crítica de "Don Juan": el seductor y sus fantasmas ★★★
Director: Serge Bozon. Guion: S. Bozon, Axelle Roper. Intérpretes: Tahar Rahim, Virginie Efira, Jehnny Beth, Damien Chapelle, Alain Chamfort, Louise Ribiere. Francia, 2023. Duración: 100 minutos. Drama.
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¡Qué mal lo tiene Don Juan en tiempos del feminismo! Cuando la Mujer que creía amar, porque Don Juan solo parece amar la idea del deseo, desaparece, él la ve por todas partes, todas las mujeres son la misma, la que ha perdido, un fantasma que, lejos de someterse, a menudo le rechaza, le abofetea, le da la espalda. En esa operación de desplazamiento contemporáneo de un mito, que Serge Bozon también ofreció, con más ironía, en “Madame Hyde”, la presunta rebeldía de la leyenda de Don Juan, aquella apología del libertinaje del que fue acusado Molière, y que luego se convertiría en sacralización del seductor español en el clásico de Zorrilla, se queda en cueros.
Es una feliz idea del filme: ahora Don Juan es la viva imagen de la masculinidad tóxica, porque su vulnerabilidad estalla cuando no obtiene lo que tanto desea; cuando, en fin, es sometido por la fuerza y la sinceridad de los afectos femeninos. Que nuestro Don Juan, Laurent (Tahar Rahim), y su recuperada novia a la fuga (una siempre inspirada Virginie Efira) sean actores, y representen el “Don Juan”, añade una capa metaficcional al discurso de la película acaso demasiado evidente.
La deliberada abstracción de la narrativa de Bozon, que acentúa la dimensión arquetípica de los personajes, se distrae con estrategias de distanciamiento brechtiano -las canciones à la Demy que salpican el metraje, la coreografía final- que desenfocan un poco o, por el contrario, subrayan demasiado la apuesta del filme, a saber: que, hoy por hoy, Don Juan solo podría enamorarse de una fantasía.
Lo mejor:
La relectura contemporánea del mito de Don Juan ofrece interesantes conclusiones sobre el amor y los roles de género.
Lo peor:
Sus derivas musicales no acaban de funcionar.