MÚSICA CLÁSICA
Crítica de "Jephtha", último Haendel en el Teatro Real
“Jephtha”, de Haendel. Intérpretes: Michael Spyres, Joyce DiDonato, Melissa Peti, Cody Quattlebau, Jasmin White, Anna Piroli. Il Pomo D’Oro. Dirección de orquesta: Francesco Corti. Dirección de coro: Giuseppe Maletto. Teatro Real. Madrid, 1 de mayo de 2025
Estamos ante la última obra “casi” maestra de Händel, estrenada en el en el entonces Teatro Covent Garden en 1752, cuando el compositor luchaba contra la edad, una salud frágil y el deterioro de la vista. Escribo “casi” porque no está a la altura de otras muchas conocidas. No tiene casi ni una página que sea conocida, aunque, eso sí, manifiesta una evolución al contener algún dúo, trío e incluso concertante, algo poco habitual con anterioridad y, también, una gran importancia coral. Lo divino se entrelaza con los asuntos humanos y la narrativa bíblica se alinea con la tragedia clásica, con un argumento que Mozart retomará años después, si bien en otro escenario, con su “Idomeneo”.
No es la primera obra sobre el tema, existiendo una anterior de Montéclair (1732). Se han realizado al menos seis grabaciones previas, todas de calidad, dirigidas por Marcus Creed, Nicholas McGegan, Harry Christophers, John Eliot Gardiner y Jane Glover. En los últimos diez años se han ofrecido representaciones en diversas ciudades europeas, pero no es un oratorio apropiado para una escenificación y el Teatro Real ha hecho bien en ofrecerla en forma de concierto con un cast, coro y orquesta de calidad.
El Real ofreció “Mitridate” al tenor Michael Spyres, pero el artista lo rechazó porque le pillaba entre un “Sigfrido” y un “Parsifal”, lo que da idea de cómo ha evolucionado su voz, actualmente de baritenor. Cantó excelentemente el aria más conocida, quizá la única, de “Jephtha”, “Waft her, angels, through the skies”, casi al final y también la del acto I “Virtue my soul shall still embrace”. Cosechó los mayores aplausos de un público que casi llenaba el teatro, aunque alguna parte huyese tras el descanso, y que, tras la prudencia mostrada durante el concierto, vitoreó a todos al final. Joyce DiDonato no posee una gran parte, pero pudo mostrar su clase y cantar con su bella voz, buenas gradaciones dinámicas y sentimiento arias como “Sweet as sight to the blind” al final del tercer acto. Anna Piroli interpretó con dulzura la escena del Ángel; la soprano Melissa Petit y la mezzo Jasmin White cumplieron; mientras que el bajo Cody Quattlebau supuso, a pesar del caudal de su voz, pero por su escaso adecuación estilística, lo más flojo del cast. Muy bien la orquesta, dirigida por Francesco Corti con más interés en los momentos líricos y un punto falto de chispa en otros, lo que perjudicó la fluidez. Excelente el coro de 17 coristas.
Sin duda mereció la pena escuchar este último y poco conocido oratorio de Haendel y un acierto ofrecerlo en concierto.