Geología
¿Cuántos continentes existen? La pregunta que todo el mundo falla:
No, los continentes no son los que piensas y el problema va más allá del descubrimiento de Zelandia
“Otro titular clickbaitero”, pensarás, “¿Por qué he tenido que abrir el artículo? Si yo sé perfectamente que los continentes son siete”. Pero no, ni el titular es engañoso ni los continentes son siete. Numerarlos es una tarea controvertida que genera polémica entre los expertos porque, aunque parezca mentira, no tenemos una buena definición de qué es un continente. Es cierto que, popularmente, la respuesta oscila entre cinco y siete según la edad a la que termináramos el instituto.
Hace años, se enumeraban los siguientes: África, América, Asia, Europa, Oceanía. De hecho, esos son los cinco continentes representados por los aros de las Olimpiadas. Sin embargo, con los años se volvió indiscutible que la Antártida cumplía todos los criterios para sumarse al club y que, América, era en realidad una pareja de continentes perfectamente diferenciados: América del Norte y América del Sur. Y, sin embargo, la disputa no termina aquí, porque si perseveramos lo suficiente, encontraremos expertos que enumeran solo dos continentes y, otros, los dividen en una decena.
Cuestión de definiciones
Recurrir a la RAE para definir términos científicos no suele dar buen resultado, pero, en este caso, la definición plasma con claridad el problema que tenemos entre manos. Para la Real Academia un continente es: cada una de las extensiones principales de tierra en las que se suele dividir la superficie terrestre. Dicho de otro modo: un continente es aquello a lo que hemos venido llamando continente. Y, aunque creamos que la solución pasa por consultar a los geólogos, lo cierto es que la palabra “continente” ha tenido unas connotaciones históricas y antropológicas que no podemos dejar de lado.
En cualquier caso, por el bien de este debate numérico, ciñámonos al aspecto geológico y olvidemos esas complejidades más humanas (e incluso biológicas) que afectarían a la definición. Conviene aclarar, por lo tanto, que los continentes y las placas tectónicas no son lo mismo. Hay placas tectónicas formadas, enteramente, por corteza oceánica, por ejemplo. Pero, para ser más precisos, los geólogos han intentado especificar listas de criterios que ha de cumplir un continente para ser considerado como tal. Por lo general, la mayoría de las propuestas requieren que un continente esté notablemente elevado respecto al fondo oceánico; que contenga una gran variedad de rocas ígneas, metamórficas y sedimentarias; y que su corteza sea más gruesa que la de los océanos que la rodean. Requisitos algo más complejos que el clásico “masa de tierra rodeada por océanos”.
¿En qué quedamos?
Teniendo en cuenta estos requisitos, por ejemplo, tenemos que reconocer que Oceanía no es un continente, sino dos, pues Nueva Zelanda y Nueva Caledonia cumplen criterios para ser consideradas parte de un nuevo continente conocido como Zelandia. Del mismo modo, hay quien discute si América dos continentes o tres, teniendo en cuenta la Placa del Caribe, que comprende parte de Centroamérica y las Antillas. Aunque, por otro lado, tenemos a quienes apuntan lo evidente: que Europa no es un continente, sino una suerte de península del continente asiático o, para no dañar demasiado nuestro ego, que Europa y Asia son, en realidad, el continente Eurasiático.
Es más. Según algunos estudios Eurasia y África no estarían perfectamente definidos, sino que la frontera entre sus placas tectónicas sería menos clara de lo que pensamos. El límite entre ellas sería, más bien, como un caramelo quebradizo a medio enfriar, intercalando pequeñas fracturas con zonas más “plásticas”. Una afirmación controvertida que convertiría a Eurasia y África en un continente llamado “Eurafrasia” que, hasta ahora, se suele contemplar como un supercontinente. Es más, según unos estudios recientes (y muy polémicos), el límite entre Eurasia y América del Norte presentaría las mismas peculiaridades.
¿Significa esto que estamos a las puertas de aceptar Ameurafrasia? No. En parte porque no tiene sentido político, antropológico ni biológico, pero, sobre todo, porque estamos muy lejos de que estas conclusiones se conviertan en consenso de la comunidad investigadora. Así que, aunque no podemos dar un número exacto, sí podemos decir que Europa flaquea y Zelandia se impone de cara a un futuro censo continental.
QUE NO TE LA CUELEN:
- Aunque los subcontinentes cumplen algunos criterios que le solemos pedir a los continentes y algunos se asientan en placas tectónicas diferentes, no son continentes. Sobre esto no hay gran polémica y la India, la Península Arábica o la Península Ibérica son subcontinentes, y no continentes propiamente dichos. Las dudas, en este caso, no están en si debemos llamarles continentes o subcontinentes, sino en si deberíamos llamarles subcontinentes o, en todo caso, no llamarlos de ninguna manera en absoluto.
REFERENCIAS (MLA):
- Rime, Valentin, et al. "Central Afar: An Analogue for Oceanic Plateau Development." Geology, vol. 52, no. 11, 2024, pp. 819–824. https://doi.org/10.1130/G52330.1.
- Longley, Luke, Jordan Phethean, and Christian Schiffer. "The Davis Strait proto‑microcontinent: The Role of Plate Tectonic Reorganization in Continental Cleaving." Gondwana Research, vol. 133, 2024, pp. 14–29. https://doi.org/10.1016/j.gr.2024.05.001.