Cine
Daniel Guzmán: "La gentrificación está alcanzando límites insostenibles"
El actor y director protagoniza y dirige su tercer largo, "La deuda" para denunciar, entre otros asuntos de índole social, la progresiva pérdida de identidad de los barrios y el arrinconamiento a nuestros mayores
La naturalidad desprejuiciada e inherente con la que afronta la vida y sus oscilantes etapas, es la misma que utiliza para edificar el esqueleto argumental y formal que vertebra todas sus películas. Daniel Guzmán no imposta, ni pretende, ni ambiciona, ni artificia su máscara de cineasta social: es exactamente el buen tipo que aparenta ser y su último y tercer trabajo, "La deuda", es justamente la película que necesitaba rodar.
"Al final intento que mis películas estén dentro de la vida, ¿no? y que la vida también esté dentro de ellas, que no sepamos dónde está la ficción y la realidad. Siento que hablo de temas con los que convivo, que están presentes en mi cotidianidad a veces de manera consciente, a veces de manera inconsciente. Los temas que trato son temas que gente como tú y como yo, que no está en otros lugares sino en el que le ha tocado o ha tenido la suerte de elegir: en un lugar que implica vivir el día a día y en ese sentido todas las premisas dramáticas de las que nacen esas historias, intento que sean cercanas, cálidas, que resuenen al espectador, para que se produzca la comunión con el público", comparte en entrevista con LA RAZÓN sobre la base de esta nueva propuesta audiovisual con revestimiento de thriller que dirige y protagoniza simultáneamente junto otros actores con actuaciones subrayables como Itziar Ituño, Susana Abaitua o Luis Tosar y cuya trama orbita alrededor de la necesidad y la culpa.
La necesidad por parte de Lucas (el propio Guzmán) de conseguir que a la tierna anciana con la que convive (a quien da vida una espontánea y entrañable actriz no profesional como Rosario García, que ejerce como trasunto de la fallecida abuela del director que debutó en la gran pantalla con su primera película, "A cambio de nada") no la expulsen de su casa después de que un fondo inmobiliario especulador, representativo del ochenta por ciento de los que están erosionando y detonando el mercado inmobiliario español en la actualidad, adquiera el bloque y le comunique una orden de embargo. "La gentrificación está alcanzando límites insostenibles y también el abandono progresivo de nuestros mayores. Quiero compartir mis preocupaciones con el resto. De eso va esto todo esto al final: de escucharnos", remata.