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Gareth Edwards: "La gente ya ve a las inteligencias artificiales como una amenaza"

El director regresa siete años después de "Rogue One. Una historia de Star Wars" con "The Creator", protagonizada por John David Washington
La Razón
  • Matías G. Rebolledo

    Matías G. Rebolledo

San Sebastián Creada:

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Hace ya ocho años, Gareth Edwards recibía la oportunidad de su vida tras brillar con su debut independiente «Monsters» (2010) y, sobre todo, con la reaparición de «Godzilla» (2014): Disney le ponía a cargo de la primera película de «Star Wars» que no dependía de los episodios canónicos y tendría entidad por sí misma. El resultado fue la extraordinaria «Rogue One», que se estrenó en 2016 con inusitado éxito de crítica y público y con la confianza restaurada entre los fans. Todo era demasiado bonito para ser verdad y, en efecto, no lo era. Tras muchas discusiones creativas con el estudio, por lo que Edwards entendía como una traición a las esencias de la saga de George Lucas, se reveló que tanto el guionista Tony Gilroy como el alumno aventajado de Lucas, Dave Filoni («El mandaloriano») habían demandado mucho más peso, torpedeando de alguna forma el trabajo del bueno de Edwards. A día de hoy, todavía hay tres respuestas distintas sobre la dirección de la película, dependiendo de a quién pregunte uno.
Solucionada la papeleta, con los tres creativos todavía en nómina de la Casa del Ratón pero cada uno con un proyecto distinto, Edwards vuelve por fin a la dirección con «The Creator», una emotiva fábula sobre los peligros de la inteligencia artificial y la definición misma de qué nos hace humanos. Sin John David Washington por la huelga, Edwards se presentó en Madrid para defender su película, una rara avis dentro del cine de estudios como película original de ciencia ficción, ante LA RAZÓN. En ella, el director (que escribe aquí el guion junto a Chris Weitz), imagina una distopía en la que las inteligencias artificiales se comenzaron a desarrollar justo después de la Segunda Guerra Mundial. Todo era prosperidad y progreso, hasta que la IA decidió soltar una bomba nuclear en el centro de Los Angeles. Ello desató una polarización entre Occidente, donde se prohibió el uso de esta tecnología, y Oriente, donde se usa y comercializa libremente bajo la persecución del gobierno estadounidense en una guerra sin fin. Joshua, el personaje de Washington, recibirá la misión de encontrar el arma definitiva del bando a favor de las IA para destruirla, decisión sobre la que le entrarán dudas al descubrir que se trata de un androide en forma de niña pequeña.
John David Washington en "The Creator", en cines el 29 de septiembre
John David Washington en "The Creator", en cines el 29 de septiembreTHE WALT DISNEY CO.
-¿Por qué ha pasado tanto tiempo entre sus películas? ¿Es una cuestión industrial o personal?
-Es una cosa industrial, pero también puede haber algo de pereza por mi parte. Además de la pandemia, claro. En todo este tiempo, he desarrollado unas cuatro películas, pero esta fue la que despertó mayor interés. Y, en esencia, creo que es porque partió como un proyecto más independiente, igual que "Monsters", que en su día me abrió las puertas de los estudios para hacer "Godzilla" y una película de "Star Wars". Quería volver a ese espíritu, encontrando un híbrido con todas las ventajas de una película pequeña e independiente, la libertad creativa y, además, tener la comercialidad, la dimensión de una película de Hollywood. Combinar ambas cosas. Ese proceso pasa por la idea principal, para ver si es viable, que es lo más importante para mí de una película. Estaba intentando buscar una idea que se amoldara a eso, pero todo lo que se me ocurría se volvía de inmediato muy caro. También quería salir al mundo y buscar la belleza de las localizaciones reales. Si a ello le podíamos añadir efectos especiales, encontraría mi película, levantada como épica de ciencia ficción. Llevó mucho tiempo encontrar un estudio que fuera lo suficientemente valiente para llevar eso a cabo. Cuando era pequeño, cada película, cada semana, era original. Y eso se está perdiendo. Esta película es una especie de carta de amor a esas películas, intento traer de vuelta el espíritu de las producciones originales de ciencia ficción. Hay muchas razones, pero nunca quise que fueran siete años.
"Cuando era pequeño, cada película, cada semana, era original. Y eso se está perdiendo. Esta película es una especie de carta de amor a esas películas"Gareth Edwards
-¿La película siempre fue tan ambiciosa como ha terminado siendo?
-Sí. Incluso diría que era demasiado ambiciosa, hasta un punto absurdo. El estudio leyó el guion, vio la imaginería con la que la acompañé y me dijeron: "Esto mola mucho, nos encantaría hacerlo, pero costará por lo menos 300 millones de dólares". Y les dije que no, que no sería tan cara, así que tuve que probarlo. Nos aprobaron un dinero de pre-producción y, sin avisarles ni explicarles demasiado, nos fuimos al sudeste asiático a localizar lo que luego se ve en la película. Viajamos a Vietnam, Camboya, Nepal... Me llevé una cámara de los setenta, de película, para que tuviera un aspecto antiguo, y fui rodando escenas. La gracia y el abaratamiento del proceso vino porque, en lugar de diseñar la película y luego rodarla, rodamos algunas tomas en aquellas pruebas de localización y luego empezamos a diseñar la película sobre eso. Es una manera mucho más eficiente de trabajar. ¿Qué hice? Reuní unos 10 minutos de metraje y llamé a Industrial Light & Magic, que son quienes hacen las películas de Marvel y Star Wars, y pregunté si podían añadir algunos efectos, sobre todo algunos robots y naves en digital. Lo hicieron y se lo enseñamos al estudio. Estaban sorprendidos porque con lo poco que me habían dado había sido capaz de rodar 10 minutos de metraje muy bueno, ya con los efectos digitales que queríamos para la película. "Si puedes hacer eso durante dos horas, hay trato", me dijeron.
-Cuando comenzó a levantar la película, ¿pensaba que se volvería tan relevante? Una de las reivindicaciones de los actores en la huelga es que su aspecto no sea utilizado de manera digital sin su permiso ni retribución.
-No, no, en absoluto. El gran no que nos llevábamos siempre de las notas del estudio es porque no entendían por qué un mundo avanzado no querría tener nada que ver con la inteligencia artificial. Es una herramienta increíble, ¿por qué no la utilizarías? Trabajamos muchísimo en hacerles entender a ellos, y a la gente, que la IA no siempre es algo beneficioso y entraña peligros. Ha sido muy extraño, porque en los seis meses que han pasado desde que terminamos la película la consciencia popular ha cambiado muchísimo y ahora el punto de partida de la conversación son esos riesgos. La gente piensa, de partida, que la IA es una amenaza o puede llegar a serlo. Eso ayuda muchísimo a la película. No estaba planeado.
"(John David Washington) Vive muy cerca de mi casa y quedamos para comer. Ambos con mascarilla, y la suya era de Star Wars. Pensé de inmediato que era por "Rogue One", pero me aclaró que no, que llevaba con esa mascarilla por lo menos un año. Me dijo que le encantaba Star Wars y que, de hecho, había pensado no ponérsela para no generar ninguna sensación violenta"Gareth Edwards
-¿Cómo se dio cuenta de que John David Washington tenía que ser su protagonista?
-Quería que el protagonista fuera alguien capaz de mostrarse vulnerable, que no tuviera miedo a entrar en contacto con sus emociones. No quería al típico tío duro que sigue adelante siempre y para el que nada está mal. Quería que, cuando las cosas fueran mal y el personaje estuviera en su intimidad, le pudiéramos ver roto. Y no es tan fácil encontrar un actor no solo dispuesto, si no capaz de hacer eso. Los actores no quieren parecer débiles. La primera vez que quedamos fue en la pandemia. Vive muy cerca de mi casa y quedamos para comer. Ambos con mascarilla, y la suya era de Star Wars. Pensé de inmediato que era por "Rogue One", pero me aclaró que no, que llevaba con esa mascarilla por lo menos un año. Me dijo que le encantaba Star Wars y que, de hecho, había pensado no ponérsela para no generar ninguna sensación violenta. "Tenet" estaba por ese entonces en cines y en cada semáforo veía a John (David Washington) en las vallas publicitarias. Así que cuando llegué a casa de aquella reunión llamé y dije que él sería el protagonista.