Gracia Olayo y Tito Valverde: abuelos a tiempo completo
En «¡Vaya vacaciones!», Víctor García León homenajea el papel de estas figuras familiares esenciales revestidos de héroes cotidianos
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Limpian los culos de los que se olvidaron sus hijos; saben de memoria recetas antiguas, riquísimas, ocultas, confidenciales –¿era la nuez moscada el misterio de esas croquetas?– pero siempre están a tiempo de freírte un huevo si te has quedado con hambre; quieren, mucho y lento; enseñan los secretos pequeños de las mañanas llenas de tiempo; orientan las investigaciones y los juegos; dirigen con fiebre organizadora grandes planes clandestinos en los que ellos nunca son protagonistas: solo los demás; cuidan cuando les toca ser cuidados; miman en exceso; regalan chuches; protegen los sueños en mitad de noches llenas de silencio y recubren tu pecho de Vick VapoRub si estás congestionado; pasean de tu mano con anhelo de exploradores y nunca te la sueltan, por si te pierdes.
Los abuelos son una caricia caliente, un pañuelo de seda bordado que no se rompe, una piscina que siempre tiene la temperatura perfecta, un frasco con olor a romero. A lo largo de los años, estas personas menudas y dispuestas han adquirido un valor simbólico en las sociedades completamente extraordinario que, por desgracia, no siempre viene acompañado de un reconocimiento por parte de los hijos, quienes propician en algunos casos, todo lo contrario: una delegación continua y descarada de los cuidados. Y es ahí, en esa reivindicación explícita de sus jornadas de trabajo a tiempo completo en las que también recogen a la salida del colegio, conocen a la pediatra de los niños mejor que los propios padres, bañan, dan de cenar, ayudan, educan, entretienen, refugian y, en definitiva, crían, en tiempos en los que tendrían el derecho y la obligación de convertirse en dueños de sus horas y no en siervos de las del resto, donde el cineasta Víctor García León ha encontrado el pretexto idóneo para orientar su último trabajo, «¡Vaya vacaciones!».
En esta ligera comedia familiar protagonizada por duplas interpretativas generacionalmente dispares pero talentosas por igual –Tito Valverde y Gracia Olayo dan vida a los abuelos-esclavos mientras que Toni Acosta y Ernesto Sevilla hacen lo propio con el papel de padres jetas que mienten deliberadamente sobre su destino «por cuestiones laborales» para endosarles los tres hijos a los abuelos durante gran parte del verano–, el director de «Selfie» o «Los europeos» vuelve a recurrir a la fórmula compositiva de un humor indoloro que en ocasiones linda con lo surrealista para abordar una cuestión de trasfondo más serio: ¿hasta qué punto puede llevar la cesión de responsabilidad abusiva en los padres por parte de los hijos a un desencanto natural hacia los nietos por parte de los primeros?.
"La realidad es brutal y hay una entrega y un sacrificio excesivo por parte de los abuelos hoy en día"Gracia Olayo
«Habitualmente no se habla de la historia de las personas mayores que ejercen de abuelos, pero casi también de padres de sus nietos. Asumen mucha responsabilidad en una etapa en la que ya tendrían que estar exentos y esta película es un homenaje merecido a todos ellos», destaca Olayo en entrevista con LA RAZÓN. «Yo tengo una edad y unos prejuicios ¿sabes? y un culo que no enseño nunca. Pero curiosamente se ha hablado mucho de él gracias a esta película y mi cuñada me ha asegurado que lo tengo como mi padre. Ese momento nudista me echaba un poco para atrás pero enseguida me quité pudores de encima y me lancé. Me gustó mucho la idea y la forma. Este no es el clásico guion facilón, hay cosas muy ingeniosas y hoy en día conseguir dar con un humor inteligente para contarlas es algo bastante complicado», admite entre risas y con su característica voz cavernosa un mito televisivo como Tito Valverde, verborreico y espídico en las distancias cortas, en referencia a una simpática escena de la cinta en la que ambos aparecen completamente desnudos en la piscina con el único propósito de incomodar a su nieto adolescente (un joven de 15 años entrañablemente acomplejado por su físico poco desarrollado que se esfuerza de manera, en ocasiones ridícula, en aparentar su edad real), antes de mostrar su personal visión de esta situación de cuidados intergeneracionales.
"Muchos niños hablan más de sus abuelos que de sus padres"Tito Valverde
«Muchos niños hablan más de sus abuelos que de sus padres. Nos hemos inventado una sociedad que de pronto funciona así y antes las cosas eran muy distintas. Ahora las parejas van ahogadas, trabajan, no les llega el tiempo para todo», admite el eterno comisario. Por su parte, la actriz ejemplifica así su parecer: «En mi casa somos muchos hermanos y hermanas estupendas y hay muchos abuelos y abuelas y veo cómo tienen que ayudar a sus hijos a cuidar de sus nietos renunciando a su espacio y a su tiempo, un tiempo que ya va descontando en el que te queda salud aún, energía, estás sin trabajo, puedes viajar, hacer cursos... La realidad es brutal y hay una entrega y un sacrificio excesivo por parte de los abuelos hoy en día», concluye. Y sí, que no falten nunca los abuelos, pero tampoco les invitemos inconscientemente a que se vayan.