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Tal día como hay de hace 200 años Simón Bolívar hacía su entrada triunfal en Lima

Solo cuatro días después, el 9 de diciembre, tenía lugar la batalla de Ayacucho, donde el virrey español La Serna capitulaba ante el general
Retrato de Simón Bolívar
Retrato de Simón BolívarLa Razón
La Razón

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El 5 de diciembre de 1824 marca un hito importante en la historia de América Latina, cuando Bolívar libera Lima, que había sido recuperada por los españoles el 29 de febrero tras la sublevación del Callao. 
Desde la perspectiva española, este evento simboliza un momento crítico en la pérdida de los territorios coloniales y el colapso del poder español en América del Sur. A continuación, se explora este acontecimiento desde el punto de vista de España, analizando las causas, el desarrollo y las consecuencias de la toma de Lima.

El virreinato del Perú y la resistencia española

A principios del siglo XIX, el Virreinato del Perú era uno de los últimos bastiones de la corona española en América del Sur. Mientras que otras regiones ya habían declarado su independencia, Perú seguía siendo un territorio leal a España, defendido ferozmente por las fuerzas realistas.
La resistencia española en Perú no era solo una lucha militar, sino también un intento desesperado por mantener la influencia y el control sobre sus vastos territorios en el Nuevo Mundo. La corona española, debilitada por las guerras napoleónicas y las subsecuentes luchas internas, se encontraba en una posición precaria, incapaz de enviar refuerzos significativos a sus ejércitos en América. 
Tras la entrada en Lima, la campaña continúa y mientras Bolívar restablece el sitio del Callao, el General Sucre, en Ayacucho, pone el sello definitivo a la libertad americana el 9 de diciembre de 1824. Dos días antes, desde Lima, Bolívar había dirigido a los gobiernos de Hispanoamérica una invitación para enviar sus plenipotenciarios al Congreso que habría de reunirse en Panamá, el cual efectivamente se celebró en junio de 1826.

La campaña de Bolívar y la batalla de Ayacucho

Simón Bolívar, ya conocido como el Libertador, se había consolidado como el líder de las fuerzas independentistas en el norte de Sudamérica. Después de asegurar victorias en Venezuela, Colombia, Ecuador y Bolivia, Bolívar puso su mirada en Perú, un territorio que representaba tanto un desafío militar como un símbolo del dominio español.
La campaña de Bolívar en Perú culminó en la batalla de Ayacucho, el 9 de diciembre de 1824. Desde la perspectiva española, esta batalla fue un desastre. Las fuerzas realistas, comandadas por el virrey José de la Serna, fueron derrotadas decisivamente. La captura del virrey y la rendición de sus tropas marcaron el fin efectivo del control español en América del Sur.

La toma de Lima

La entrada de Bolívar en Lima, la capital del virreinato, fue un golpe simbólico y estratégico para España. Lima había sido durante mucho tiempo el centro administrativo y político del poder español en la región. La caída de la ciudad a manos de las fuerzas independentistas no solo desmoralizó a las fuerzas realistas restantes, sino que también aceleró la retirada española de Perú.
Desde el punto de vista español, la pérdida de Lima representó la inevitable desintegración del imperio en América del Sur. La ciudad, que una vez había sido un símbolo de la grandeza y el poder colonial, ahora se convertía en un emblema de la independencia y la autodeterminación de los pueblos sudamericanos.

Consecuencias para España

La toma de Lima y la posterior derrota en Ayacucho tuvieron profundas consecuencias para España:
Pérdida de territorios: La derrota significó la pérdida definitiva de Perú y, con ello, uno de los últimos territorios coloniales en América del Sur.
Impacto económico: La pérdida de las colonias tuvo un impacto devastador en la economía española, que dependía en gran medida de los ingresos provenientes de sus territorios en América.
Cambios políticos: La derrota aceleró los cambios políticos en España, contribuyendo a la inestabilidad y las luchas internas que caracterizaron gran parte del siglo XIX.
Declive del Imperio Español: La caída de Lima y la independencia de Perú marcaron el declive final del imperio español, que había dominado vastas áreas del mundo durante más de tres siglos.

Reflexión desde España

Desde una perspectiva histórica, la toma de Lima por Simón Bolívar puede verse como el clímax de un proceso inevitable. La independencia de las colonias americanas había sido un resultado largamente anticipado de las tensiones económicas, sociales y políticas que habían estado gestándose durante décadas. Para España, este evento no solo simboliza una derrota militar, sino también un momento de introspección y ajuste.
La pérdida de Lima y otros territorios americanos obligó a España a reevaluar su papel en el mundo y a enfrentarse a las realidades de un imperio en declive. Este periodo de la historia española está marcado por un intento de modernización y reformas internas, aunque a menudo con resultados mixtos.

La figura de Bolívar en la narrativa española

En la narrativa española, Simón Bolívar es una figura compleja. Si bien es reconocido como un líder carismático y un estratega brillante, su papel en la disolución del imperio español también lo convierte en una figura controvertida. Sin embargo, con el paso del tiempo, la figura de Bolívar ha sido reexaminada, y en muchos casos, se le reconoce no solo como un adversario formidable, sino también como un personaje histórico cuya visión y determinación transformaron el continente sudamericano.

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