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Marie-Charlotte Say: la disipada vida de la «Reina del Azúcar» que acabó en la ruina

Nieta de Louis-Auguste Say, fundador de las grandes refinerías de azúcar, su perdición fue su segundo marido, Luis Fernando de Orléans, 31 años menor que ella
Marie-Charlotte Say: la disipada vida de la «Reina del Azúcar» que acabó en la ruina
Nieta y heredera del industrial azucarero Louis Say , fue un referete de los locos años veinteL Razón
Amadeo Rey
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Hace muchos años, visitando en el Loira el castillo de Chaumont-sur-Loire, supe algo de la historia de quien, de 1875 a 1938 fue la dueña de esa magnífica construcción, uno de esos «châteaux» que jalonan el famoso río y que son hoy una infalible atracción turística en Francia. La llamaban la nieta del «Rey de Azúcar». No en vano su abuelo, el economista y empresario Louis-Auguste Say había fundado las grandes refinerías de azúcar de Nantes y París. Ella se llamaba Marie-Charlotte-Constance Say. En efecto, el mismo año 1875, con sólo diecisiete años de edad, compró el castillo gracias a su enorme fortuna –le costó la nada despreciable suma 1.706.500 francos oro– y poco después contrajo matrimonio con el príncipe Henri-Amédée de Broglie, hijo de Albert, IV duque de Broglie, que fue miembro de la Académie Française y presidente de Saint-Gobain, y de su mujer Pauline de Galard de Brassac de Béarn.
En su boda, Marie y Amédée fueron invitados el futuro Jorge V de Inglaterra, Isabel II de España y el Sha de Irán y recibieron como regalo del Marajá de Kapurthala una elefanta, «Miss Pundgi», enviada desde Bombay a Marsella y transportada en tren hasta Chaumont. Marie y Amédée fueron padres de cinco hijos, pero en 1917 el príncipe Amédée falleció. Pasaron varios años hasta que Marie contrajo segundas nupcias.
El anterior suegro de Marie había sido una notable figura del monarquismo orleanista y del catolicismo liberal. Casualmente esta vez el novio y segundo marido de Marie era también un príncipe, pero de familia real y justamente del linaje de los Orléans. Ella tenía ya 73 años y el elegido, el príncipe Luis Fernando de Orléans y Borbón, infante de España hasta que en 1924 Alfonso XIII le retirara ese título, sólo 42. Él era hijo del infante Antonio de Orléans, duque de Galliera, hijo de los Duques de Montpensier, y de la Infanta Eulalia, hija de Isabel II. François de Cossé, XI duque de Brissac, intentó sin éxito oponerse judicialmente en el Tribunal del Sena a esa unión con un personaje –como expresó el XII Duque de Brissac, hijo del anterior– fichado por todas las policías de Europa por su licenciosa y disipada vida. El duque adujo que su tía Marie no era mentalmente dueña de sus actos, pero el juez determinó que un sobrino no podía reclamar la declaración de incapacidad mental de una tía. Luis Fernando y Marie se casaron civilmente en Londres el 19 de julio de 1930 con la total oposición de Alfonso XIII.
La «novia» consumaba con ese segundo matrimonio medio siglo de extravagancias fastuosas en el palacio de Broglie, situado en el número 11 de la parisina rue de Solferino y que, con el transcurso de los avatares de la historia, fue sede del Partido Socialista francés de 1980 a 2018. Ese «hôtel de Broglie» perteneció mucho antes al barón Erik Magnus Staël von Holstein, marido de la archifamosa mujer de letras Madame de Staël, quien, curiosamente, en 1810 había vivido en el castillo de Chaumont-sur-Loire.
Chaumont fue modernizado y adaptado para grandes recepciones. Los Broglie lo dotaron de agua corriente, electricidad y calefacción por losa radiante. Marie Say, desplegó una corte brillante y disparatada, descrita por André de Fouquières en sus «Cinquante ans de panache». Por Chaumont pasaron desde Eduardo VII de Inglaterra a Carlos I de Portugal, Carlos I de Rumanía o los marajás de Kapurthala, Baroda y Patiala. A Marie Say no le gustaba cumplir horario alguno. Así, sus cocineros, no pudiendo adivinar el momento en que su señora se sentaría a la mesa, preparaban once platos y varios postres para la cena.
Las inversiones de las azucareras Say empezaron a ir mal lo que redujo la fortuna de los Broglie. Amédée logró salvar las apariencias, pero tras su muerte, Marie no gestionó bien sus bienes. Si sumamos el crack de 1929 y la boda con Luis Fernando, la situación de la que fue princesa de Boglie, que falleció completamente arruinada, decayó de modo drástico. Redujo la propiedad de Chaumont de 2.500 a 21 hectáreas, vendió sus bienes y varios miles de obras de arte. Quien fue su segundo marido le sobrevivió dos años.

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