Inteligencia Artificial, talento emergente, futuro y nervio visual: PhotoEspaña se prepara para el movimiento
María Santoyo se pone por primera vez al frente del festival de fotografía más importante del territorio nacional que dará el pistoletazo de salida el próximo 29 de mayo en el Jardín Botánico de Madrid y acogerá casi un centenar de exposiciones
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Como en ese albedrío geométrico que inundaba compositivamente la letra de "Una décima de segundo" de Antonio Vega, proponiendo el comienzo de los placeres de la física y delimitando el final de las incógnitas sin despejar, el movimiento –entendido como motor de cambio y como coordenada transformadora– coloniza este año todo el plano discursivo de la nueva edición de PhotoEspaña. Habrá ángulos formados por nosotros, círculos inacabados, paralelas que nos persigan, trayectorias descritas e incluso alguna ráfaga de aire frío, pero sobre todo, mucha apuesta por los debates sobre la integración y proyección de nuevos formatos y canales de creación y producción, por esas nuevas figuras emergentes del panorama internacional, caras nuevas, jóvenes, rupturistas, que hoy redescubren y enfatizan identidades y colectivos considerados periféricos en el siglo pasado en virtud de su género, origen o condición sexual, así como el sostenimiento y la reivindicación de las grandes firmas de la fotografía pertenecientes a décadas anteriores que han hecho de la expresión visual, todo un arte completamente atemporal.
Siguiendo la senda conceptual de su predecesor, el tristemente fallecido en 2023 Alberto Anaut, y avivando el terreno exploratorio de esa concepción de la cultura como aventura colectiva, explicaba ayer durante un encuentro mantenido con la Prensa María Santoyo, la nueva directora de PhotoEspaña, que "una de las cuestiones que más pertinente resultaba para mí en este momento era otorgar una cierta identidad al festival desde el punto de vista programático. Sentar una serie de marcos conceptuales que pudiesen cuestionarse en los próximos tres años motivados por la pregunta ¿qué puede llegar a ser la fotografía?".
Y para intentar dar respuesta a tan inabarcable interrogante con predicciones de futuro, la edición de este año, aglutinada en términos creativos bajo el nombre de "Perpetuum mobile" (movimiento perpetuo) quiere privilegiar su línea de cooperación con los museos estatales. En esta red de colaboración público-privada que constituye el evento, la dificultad ingente a la hora de articular la integración de distintos departamentos, mediadores, instituciones, adquiere una dimensión hercúlea que recuerda ligeramente a la jerarquización de tareas presente en el documental de C.Tangana, "Esta ambición desmedida".
"En el caso de Patrimonio Nacional por ejemplo: ellos tienen como misión en los próximos años poner en valor su patrimonio natural. Nos lo comunican. Y nosotros buscamos un proyecto que en ese sentido pueda apoyar esa misión y eso hace que el proyecto se pueda sostener a tres años. A mí eso me da tranquilidad, porque este es un trabajo muy de sísifo", analiza la directora ejemplificando con la colaboración que van a llevar a cabo a través de la obra de Vallhonrat antes de continuar: "Yo todos los meses de septiembre, tengo que ir otra vez a reunirme con todo el mundo para enseñar los relojes nuevos y a mí me gustaría tener que dejar de trabajar así o al menos no con todos. Al final, son líneas de trabajo".
"Siempre parece que hay un medio que va a matar al otro y luego no se muere ninguno"María Santoyo
Por otro lado, dentro de ese discurso integrado en la temática del festival de la fotografía como medio fluido y en permanente transformación, Santoyo se manifestó públicamente sobre el debate controvertido que sigue generando la utilización de la Inteligencia Artificial dentro de cualquier disciplina de índole artístico afirmando que "desde PhotoEspaña no podemos aún posicionarnos pero sí acogemos los debates, los capitalizamos y promovemos las conversaciones. Esa es la función que tiene que tener este medio. Tiene tanto valor un fotógrafo que esté trabajando actualmente con cámara de placas o incluso haciendo cianotipias como un buen creador que esté trabajando con tecnologías generativas. Lo importante es el contenido, el calado y la base artística que pueda tener el mensaje". Con todo, su percepción particular radica en que "el medio no es el fin", ya que "la buena creación siempre va a disponer de otros medios a su alcance. Siempre parece que hay un medio que va a matar al anterior y luego no se muere ninguno", completó entre risas.
La panorámica compositiva del festival, integrada por casi un centenar de exposiciones –igual que el pasado año– arrancará su programación el próximo 29 de mayo en el Jardín Botánico de Madrid y albergará un presupuesto de un millón de euros -"no es mucho en realidad para un festival de estas características pero bueno, es suficiente"-, tal y como desveló la propia directora. Los adelantos mencionados durante el encuentro con nombres como los del fotógrafo holandés de moda Erwin Olaf (repentinamente fallecido antes de la puesta en marcha de la exposición en la que había estado altamente involucrado) en Fernán Gómez Centro Cultural de la Villa; la retrospectiva sobre Filip Custic, conocido por su autoría visual y gráfica del disco «El Mal Querer» de Rosalía en el Museo Cerralbo; los diálogos de Laura San Segundo y Alejandría Cinque con la simbología del Museo Nacional del Romanticismo; la extraordinaria fotógrafa suiza radicada en Venezuela Bárbara Brändli cuya obra aterrizará en CentroCentro; la mirada soviética e insuficientemente reivindicada por Occidente de Boris Savelev, uno de los fotógrafos más importantes y conocidos de la Rusia actual, nacido en Ucrania, cuya muestra se podrá disfrutar en las inmediaciones de la Serrería Belga; el maestro japonés Masahisa Fukase en el Círculo de Bellas Artes; la última incorporación de Magnum, la gallega Lúa Ribeira, en el Lázaro Galdiano; la periscópica sensibilidad de Javier Vallhonrat, que se acercará a la Granja de San Ildefonso y a los Jardines del Campo del Moro con el agua como vehículo o la exposición de Puccini –gran aficionado a la fotografía y muy meticuloso con las técnicas empleadas para practicarla– en colaboración con el Teatro Real que llegará a principios de verano coincidiendo con la semana de la ópera, colorean el tono escogido para la vertebración de PhotoEspaña 2024, pero también nos advierten: después de veinticinco años de vida del nacimiento del festival, seguirá habiendo movimiento, imágenes vivas, círculos inacabados, ángulos formados por nosotros, ráfagas de aire frío. Y fotografía, mucha fotografía.