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Jennifer Lawrence: "Fui una adolescente sin amigos"

La actriz visitó España para presentar "Sin malos rollos" ("No Hard Feelings"), en cines el 23 de junio y un gamberro regreso a la comedia más física
Jennifer Lawrence en Madrid, presentando "Sin malos rollos" ("No Hard Feelings"), en cines el 23 de junio
Jennifer Lawrence en Madrid, presentando "Sin malos rollos" ("No Hard Feelings"), en cines el 23 de junioEUROPAPRESS
La Razón
  • Matías G. Rebolledo

    Matías G. Rebolledo

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La estancia es digna del más sarcástico escenario de Kubrick en "¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú" (1964). Una gran mesa redonda, cinco sillas para cinco periodistas y un par más vacías, en mitad de la lujosa nada, mientras el aire acondicionado parece no haber hecho caso de nada de lo planteado en "No mires arriba" (2021) acerca del cambio climático. Tras una amable advertencia acerca de las preguntas sobre política, y una más sobre lo física que se vuelve la comedia de la película por momentos, Jennifer Lawrence y Andrew B. Feldman aparecen rodeados de un séquito de asistentes que, en extraña coreografía, se dispone alrededor del suelo, ordenadores en mano, para estar con un ojo en lo que allí se está cociendo y otro en la siguiente parada del tour, viniendo de París y yéndose hacia Berlín.
Ambos actores visitaron España para presentar "Sin malos rollos" ("No Hard Feelings"), la vuelta a la gran comedia de Lawrence tras cimentarse una trabajada carrera como intérprete de prestigio y el debut en el foco global de Feldman, theatre kid de manual y habitual en las adolescencias de Broadway. El filme, que se estrena en España el próximo viernes 23 de junio, no se anda con chiquitas: el personaje de JLaw, en sus treintas y agobiado por las deudas, decide aceptar la oferta de unos padres sobreprotectores que ofrecen un coche prácticamente nuevo a cambio de que la compradora salga con su hijo, Feldman, un chaval que está a punto de irse virgen a la universidad. Lo de solo salir, lo de solo tener una cita o lo de llegar a tener sexo como parte del trato, no solo será la duda que articule las rocambolescas situaciones en las que se ve envuelto el dúo, sino que también marca una especie de declaración de intenciones de la propia Lawrence, aquí productora: "Estoy muy orgullosa, y muy emocionada", explica antes de seguir: "Me he sentido vieja todo el rato, porque las diferencias son loquísimas. Yo nací antes de la existencia del e-mail y Andrew, podríamos decir, nació con un móvil ya en la mano. Están todo el rato ansiosos, pero yo también, claro. Es lo que pasa cuando tu planeta se está muriendo", bromea irónica.
La actriz Jennifer Lawrence en "Sin malos rollos", en cines desde el 23 de junio
La actriz Jennifer Lawrence en "Sin malos rollos", en cines desde el 23 de junioSONY PICTURES
Además de las diferencias de edad y de género, la película ahonda en las desigualdades cada vez más rampantes en el propio Estados Unidos, a través de cómo cambia Montauk (Long Island, EE.UU.) con la llegada de los veraneantes ricachones. "En Estados Unidos, la universidad y el mundo académico son cada vez menos accesibles. Y eso es algo que se ve en Percy, en cómo ya ha nacido con ese dinero", explica Feldman. Justo antes de que Lawrence vuelva a hablar de la transformación que ella misma, su amiga Amy Schumer o Melissa McCarthy hayan intentado liderar respecto a la comedia más física (zafia, incluso), siempre cortijo de lo masculino: "Me emocionaba mucho, porque es muy extraño que exista un papel así. Es uno de los papeles más divertidos que he leído nunca. Por eso quería hacerlo, por el humor físico, esa parte de slapstick y esa anti-heroína que aquí es una mujer", completa.
Hace muchísimo tiempo que no vemos una comedia sobre sexoAndrew B. Feldman
Dirigida por Gene Stupnitsky, responsable de muchos capítulos de "The Office" y de la hilarante "Chicos buenos" (2019), "Sin malos rollos" plantea un ejercicio atrevido de subversión: ¿Cómo sería un papel, normalmente reservado en el Hollywood más cómico a Jason Segel, Jack Black o Seth Rogen, interpretado por uno de sus iconos más contemporáneamente glamurosos? "Es una película que constantemente está intentando traspasar los límites, jugar con qué es apropiado y qué no lo es para reírnos de nosotros mismos. Quizá hayamos podido herir algunas sensibilidades, pero es por la libertad que hemos tenido", explica Lawrence antes del divertido matiz de Feldman sobre las improvisaciones en el rodaje: "Si había una versión comedida y una versión bestia de un chiste, usábamos la más bestia".
Y es que el Percy de Feldman en "Sin malos rollos", en esa búsqueda de los límites del humor, bien podría encajar a la perfección con el prototipo incel: muchachito blanco, heterosexual y acomodado al que se le da mal ligar. Stupnitsky hasta se encarga de ponerle jugando al "Mortal Kombat". "No diría miedo, pero si era algo que tenía en mente. Quería que el personaje hablara y se expresara de una manera diferente a como se ha hecho habitualmente con los personajes que lucen como yo. Quería que hubiera una conexión, porque no es un héroe y no es perfecto, tiene mucho que aprender todavía. Ojalá, si lo ven chavales que den ese perfil, les haga entender que deben ser más considerados y respetuosos, buscar conexiones reales con los demás", completa meridiano. Y sigue, acerca de lo que ya en rancio y en vetusto se conoce como "generación de cristal", a la que él pertenece (nació en 2002): "Creo que es un término inventando por la gente que hizo chistes que no deberían haber hecho y ahora se sienten avergonzados por ello. Pero esa vergüenza no sirve para nada. Tenemos que sobrepasarla y sobrepasar también la corrección extrema, entendiendo que las palabras tienen mucho poder para herir a las personas".
El humor siempre es comentario social, y tiende a gravitar hacia el zeitgeist de cada momento. Y, en ese momento, nuestras mentes eran así. ¡Tetas! Pero el mundo cambiaJennifer Lawrence
"La película es para todo el mundo. Bueno, no. Para niños, no", comenta divertida Lawrence, antes de responder sobre esa obsesión por el sexo y la virginidad que llenó las carteleras a través de películas como "American Pie", definitorias para bien o para mal de una era en la comedia con adolescentes: "Me encantaban las películas de "American Pie". El humor siempre es comentario social, y tiende a gravitar hacia el zeitgeist de cada momento. Y, en ese momento, nuestras mentes eran así. ¡Tetas! Pero el mundo cambia, tiene que cambiar, y esas tendencias van a ser recogidas por los guionistas siempre", apunta sincera la actriz, antes de escuchar a Feldman: "Hace muchísimo tiempo que no vemos una comedia sobre sexo. Y eso dice mucho de cómo queremos plantear el tema. Aquí queríamos tener cuidado siempre con lo que contábamos sobre o alrededor del sexo. Esta película lo representa muy bien respecto a nuestro tiempo. Por supuesto, los ejemplos que mencionas no han envejecido bien, pero quizá no era esa su labor, sino mostrar cómo se percibía el sexo en ese momento concreto. Quizá ni siquiera esta envejezca bien", añade.
Para el final, y antes de desaparecer envuelta en ese halo gaussiano propio de las grandes estrellas de Hollywood, Lawrence se deja una reflexión sobre su propia adolescencia: "Fui una adolescente sin amigos. No era una estrella, solo intentaba ser una actriz. Iba a audiciones todos los días. No conocía a nadie. Me mudé a Nueva York siendo de Kentucky, así que realmente nunca me relacioné con gente de mi propia edad. Era una adolescente que trabajaba", bromea casi con tristeza la intérprete, que recién conocería las grandes ligas en la aclamada "Winter's Bone", de 2010 y cuando ya tenía 20 años. Luego llegarían, claro, "Los juegos del hambre", saga a la que dice estaría encantada de volver y sigue interpretando como una gran lectura de las desigualdades de nuestra era.