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Cine

Keanu Reeves, el golpe definitivo

El actor vuelve a protagonizar "John Wick IV", la nueva y adrenalínica entrega de la popular saga de acción

Keanu Reeves se vuelve a poner en la piel de John Wick en esta cuarta entrega de la saga dirigida por Chad Stahelski
Keanu Reeves se vuelve a poner en la piel de John Wick en esta cuarta entrega de la saga dirigida por Chad StahelskiImdb

Romantizar la figura del psicópata, dignificar el perfil prototípico del asesino o aceptar como válidos patrones de comportamiento moralmente reprobables son algunas de las lacras narrativas que puede tener un tipo concreto de cine a ojos de alguien marcadamente puritano que piense que la ficción no puede aglutinar sin límites ni barreras éticas las contradicciones inherentes a la propia naturaleza humana. La violencia en la gran pantalla es un asunto, además de antiguo, estético, como tantas veces ha defendido Tarantino. "Decir que no te gusta la violencia en el cine es como decir que no te gustan las escenas de baile en las películas de Minelli", declaró en una entrevista.

Qué duda cabe que analizar lo que sucede en el celuloide volcando las pretensiones de lo que nos gustaría que ocurriera en la vida real, anhelando que funcionaran como espejo en el que se proyectan los propios deseos, sería además de erróneo, frustrante. Pero también cabe preguntarse hasta qué punto resulta necesaria una escena de casi quince minutos de duración en la que lo único que ocurre es que muere gente de manera ininterrumpida a manos de un solo hombre. Hablamos, claro, de la última propuesta cinematográfica de Chad Stahelski, "John Wick IV", con la que el cineasta encargado de la dirección de las tres entregas anteriores, finaliza la popular saga basada en los cómics de Greg Pak.

Reeves vuelve a meterse en la piel de John Wick
Reeves vuelve a meterse en la piel de John WickImdb

En las vibrantes y definidas ilustraciones de Giovanni Valletta y Matt Gaudio se respira casi la misma adrenalina ambiental y el mismo ritmo de acción ininterrumpida que contienen las escenas protagonizadas nuevamente de manera virtuosa por el afamado Keanu Reeves (productor ejecutivo de la cinta además de protagonista) en su papel de asesino a sueldo. En esta ocasión, el intérprete de origen libanés vuelve a volcarse corporalmente en las impactantes escenas de peleas coreografiadas, vivas, rápidas, técnicamente psicóticas, que se repiten de manera incesante a lo largo de las casi tres horas de duración del filme, demostrando que su compromiso con el universo maximalista de John Wick va más allá de lo puramente interpretativo.

Pese a su entrega absoluta y su insistencia a la hora de llevar a cabo el mayor número de escenas de riesgo posibles sin necesidad de dobles, el actor no ha perdido en ningún momento la conciencia sobre la importancia que estos compañeros desarrollan para la construcción de un personaje tan físico y sabe cuándo mantenerse en un segundo plano y cuándo resulta oportuno intervenir. En esta cuarta entrega de la franquicia, ese nivel extremo de intensidad y resistencia parece haberse multiplicado: "Realmente ampliamos la construcción del mundo de las anteriores películas de John Wick, con muchos acontecimientos y personajes divertidos e inesperados. También tenemos nuevos niveles en la acción de John Wick y nuevas armas. ¡Y los coches potentes han vuelto!", admitía el actor sobre la novedad de algunos elementos narrativos nuevos antes de añadir: "Hay nada menos que 14 grandes secuencias de acción, incluyendo una persecución salvaje y épica por las calles de París. En el estilo de lucha de John Wick, experimentas su esfuerzo, compromiso y voluntad. Me encanta su actitud de no rendirse; su estilo parece desesperado y capaz".

Samurai trajeado

Catorce grandes secuencias de acción que se desarrollan a través de una estructura formal en la que cada escena parece resolverse con el dinamismo mecánico de avance progresivo en las diferentes pantallas de un videojuego y que se encuentran muy por encima de la capa argumental de la trama, de la historia que cuentan sus personajes, que en este caso vuelve a actuar como mero pretexto para optar por una más que evidente espectacularización plastificada de la violencia. La historia-pretexto en cuestión remite a una suerte de venganza trazada por el propio John Wick. Antes de que este asesino a sueldo con aspecto y hechuras de samurai trajeado descubra un camino para derrotar a La Alta Mesa –un consejo de doce hombres del crimen que gobierna las organizaciones más poderosas del inframundo, y que ha ofrecido un millón de dólares por la cabeza de Wick y consiga ganarse su libertad, debe enfrentarse a un nuevo enemigo con poderosas alianzas en todo el mundo que convierte a sus viejos amigos en enemigos mortales.

Un fotograma de "John Wick IV"
Un fotograma de "John Wick IV"Imdb

Golpes, tiros, apuñalamientos, patadas, persecuciones asfixiantes por las calles de París, Natalia Tena (la actriz que se popularizó con Juego de Tronos, nacida y educada en Londres, pero de madre extremeña y padre vasco) transformada en una peligrosísima y tatuada mujer rusa de la mafia y la emotiva aparición de Lance Reddick, repentina y tristemente fallecido con 60 años apenas cuatro días después de haber promocionado la película con sus compañeros de reparto, terminan de condimentar este broche de oro a la saga, con más acción y nervio que nunca.