Desagravian a Unamuno con un "honoris causa" póstumo
La Universidad de Salamanca ha anunciado este acuerdo realizado por el claustro de doctores de la institución
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Además de ser una de las personalidades más destacadas de la literatura del siglo XX, Miguel de Unamuno (1864-1936) es una figura clave para la ciudad de Salamanca. Allí encontró su patria espiritual, su lugar donde debía ser, y por ello en esa ciudad vivió y murió. En sus obras, la convirtió en un lugar universal e intelectual, y a día de hoy Salamanca recuerda a Unamuno en todas y cada una de sus esquinas. No obstante, quizá el escritor no recibió el cariño que mereciera en su época, la cual no fue nada sencilla, ante todo cuando estalló la Guerra Civil. Por ello se sigue intentando homenajear y agradecer su legado. El escritor y filósofo Miguel de Unamuno fue tres veces rector de la Universidad de Salamanca y otras tantas destituido entre 1914 y 1936, y ahora será desagraviado por parte de esta institución con la concesión de un doctorado "honoris causa", a título póstumo, acordado este martes por el claustro de doctores de la institución académica.
Esta distinción supondrá un "desagravio por el castigo injusto que sufrió" el escritor con motivo de su destierro a la isla canaria de Fuerteventura, entre febrero y julio de 1924, a raíz de la publicación de varios escritos contrarios al rey Alfonso XIII y al presidente del directorio militar, el general Miguel Primo de Rivera. Al mismo tiempo, en ese momento, fue también destituido como vicerrector y decano de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Salamanca, a la que llegó en 1891 para hacerse cargo de la cátedra de Griego, según ha recordado su nieto, Pablo Unamuno, médico y profesor jubilado del Estudio Salmantino.
Durante la defensa de su propuesta, Pablo Unamuno ha destacado, además de la faceta literaria, el compromiso político y social de Miguel de Unamuno, plasmado con el lema de "libertad, justicia, libertad, tolerancia y la verdad por encima de todo", según explica la Universidad a través de una nota informativa. Durante su estancia en Salamanca (1891-1936), a excepción del periodo de destierro y exilio en París, "introdujo un estilo liberal que necesitaba la Universidad, enfrentándose al integrismo tradicional dominante de esta y de la ciudad, acentuándose el enfrentamiento, por su condición de vasco y socialista", ha añadido el proponente.
Alfonso XIII, Manuel Azaña y Francisco Franco -un monarca, un presidente del II República y un dictador- firmaron las tres destituciones que padeció Unamuno como rector desde que en 1900 fue designado para ese cargo por el Ministerio de Instrucción Pública. En 1914 sufrió la primera destitución (Alfonso XIII) pero en abril de 1931, tras la proclamación de la II República, es elegido de nuevo con la unanimidad del claustro.
Poco le duró ya que en agosto de 1936, la Gaceta de Madrid publicó un decreto con su cese firmado al alimón por el entonces presidente de la II República, Manuel Azaña (Acción Republicana), y el ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes, Francisco, Francisco Barnés Salinas, a raíz de un discurso en el que Unamuno se posicionó a favor del bando sublevado en la Guerra Civil. Los golpistas aprovecharon la ocasión y en septiembre de 1936, en plena Guerra Civil, repusieron al rector durante la época en que Salamanca fue cuartel general y centro de operaciones del ejército sublevado.
Un mes duró esa restauración, ya que tras el celebre discurso de Unamuno en el Paraninfo de la Universidad de Salamanca (12 de octubre de 1936), en el que reprochó y criticó la actitud de los rebeldes ("Venceréis pero no convenceréis"), fue depuesto por tercera vez en esta ocasión por el general y futuro dictador Francisco Franco. El doctorado "honoris causa" se concederá en 2024, en una fecha aún por determinar, en el año en que se conmemora el centenario del destierro en Fuerteventura y del inicio del exilio en París.