Ángela Vallvey y los sueños que nacieron de una noche de insomnio
En «Cuentos para dormir más y mejor» la escritora y periodista salta hacia el mundo onírico a través de curiosos y aventureros relatos
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¿Qué significa soñar con volar? ¿Y con maletas perdidas? ¿Por qué cuando dormimos nos topamos con un toro o nos encontramos sin previo aviso caminando entre nubes? Dice Ángela Vallvey, escritora y periodista, que «mientras soñamos buscamos asideros que no encontramos en la vida real». La noche anterior a esta entrevista, recordaba que había soñado con que «estaba en un lugar donde tenía que cambiarme de vestido cada poco tiempo, y encontraba uno que me sentaba muy bien, porque normalmente en los sueños la ropa suele ser una incomodidad». Reflexiona sobre ello, y opina que puede que esta creación de su propia mente quiera decir «que deseo un cambio positivo en mi vida, que quizá esté esperándome». ¿Qué significan los sueños? ¿Son aliados o enemigos del insomnio? En «Cuentos para dormir más y mejor» (Arzalia), la escritora ha perfilado unos curiosos relatos, que embarcan al lector en un viaje hacia lugares que sólo existen gracias a la imaginación. Unas páginas donde, entre la ternura y el humor, recoge cuentos que nacieron de una noche de insomnio.
La periodista confiesa no saber qué era no poder dormir «hasta que el Covid persistente me mostró sus pavores». Pero, esperanzadora y juiciosa, asegura que «el insomnio también se puede vencer», y ello lo demuestra a través de la protagonista de su nuevo libro, Aurelia. Una atrevida chica que realiza un viaje mágico por un mundo de sueños, y que Vallvey identifica con «lo que se suele conocer en narrativa como ‘‘viaje del héroe’’. Puede leerse como una metáfora del camino existencial que supone vivir, valga la redundancia». Plantea así diversas y disparatadas aventuras, muchas de ellas relacionadas con el paso del tiempo, como puede ser soñar con la vejez o con avanzar. «No estoy segura de aprovechar mi tiempo de la manera apropiada, pero tengo una actitud platónica y hago lo que puedo para que mi paso por el mundo sea el mejor posible».
Los sueños reflejan nuestras inquietudes, lo que más nos deja huella de nuestro día a día. De poder España soñar en conjunto, ¿tendría pesadillas? «Nuestro país las tiene desde hace tiempo. Si soñara, gritaría pidiendo ayuda y, si soñase despierto, aspiraría a vivir en paz, justicia y prosperidad, que es lo que nos falta», opina la periodista, añadiendo que las creencias, si bien son un elemento tranquilizador dentro de la mentalidad individual y colectiva, «también pueden convertirse en una pesadilla, en un obstáculo para el aprendizaje y el crecimiento. Hay que saber ponerlas en cuestión siempre, cueste lo que cueste».
Un sano alivio
La periodista, que ha escrito a lo largo de su carrera en periódicos nacionales, como actualmente hace en LA RAZÓN, fue la primera mujer en obtener el Premio Julio Camba de periodismo, en su XXXI edición. Ha publicado, como escritora, más de una treintena de obras, que abrazan diferentes géneros entre la ficción, el ensayo y la poesía. Ahora, da un salto literario hacia lo onírico, para el cual asegura haberse documentado profundamente. Sobre todo, «sobre la capacidad de sanación de los sueños. Aquellos guiados son un medio de autoconocimiento y alivio de la salud tanto espiritual como física», explica Vallvey, y por ello en el libro incluye «trucos para aprender a respirar y a soñar buscando la mejora personal».
Es cierto, no obstante, que no por haber indagado en este mundo imaginario cae en ese romántico pensamiento de querer hacer realidad sus sueños. Con los pies en el suelo, explica la autora que «eso puede ser espeluznante, tanto los sueños dormidos como los despiertos, porque cumplirlos es de alguna manera llegar al fin del camino y, como decía el poeta griego Constantino Kavafis, más vale que en esta vida el camino sea largo». Por ello, aconseja seguir dejando que la mente abrace sus propias aventuras, y que lo haga más lejos de las pantallas y más cerca de las palabras, pues éstas pueden lograr algo que nunca igualarán aquéllas. «Los libros son una puerta y, en el peor de los casos, una ventana a la libertad, además de un utensilio muy eficaz contra la manipulación, el aborregamiento y la estupidez», concluye.
El recurrente sueño de llegar a ser libre
Si Calderón de la Barca dijo que «la vida es sueño», dice Vallvey que añadiría que «el sueño es vida». Toda persona tiene un sueño recurrente, que le acompaña a lo largo de todo el camino. El de la periodista es «estar perdida, como le pasa al personaje de este libro», confiesa. Una sensación que, añade, «me reporta grandes descubrimientos, pero a la vez la nostalgia de la seguridad. Estar perdida en sueños significa una preocupación por lo que está por venir. La seguridad es a veces lo opuesto a la libertad, de modo que quizás mis sueños recurrentes son señal de que prefiero la libertad por encima de lo demás».