Cargando...
Sección patrocinada por

¿Tienes fuego?

Mariam Hernández: «Me dedico al cine porque quería ser mil personas diferentes y conocer mil lugares distintos»

La actriz forma parte del elenco de la nueva temporada de la serie de intriga policial «La caza. Irati»

Mariam Hernández, actriz. Jesús G. FeriaPHOTOGRAPHERS

A esta actriz el entusiasmo se le escapa por la boca casi en cada frase, y eso la retrata como una enamorada de esta vida que nos mata lentamente. En sus tres lustros en el difícil oficio de la interpretación ha intervenido en numerosos cortometrajes, series de televisión y en una quincena de películas. Forma parte del elenco de la nueva temporada de la serie de intriga policial «La caza. Irati», que se estrena en septiembre, donde interpreta a Valentina, una madre soltera con una hija adolescente a la que la palabra rebelde se le queda cortísima.

Ha hecho, sobre todo, comedia. ¿Pasarse al drama, ese cambio de género, es una responsabilidad?

Es cierto que he hecho mucha comedia, pero en los últimos años he llevado a cabo un cambio de registro y estoy muy contenta porque me siento muy a gusto. Me gusta mucho investigar nuevos campos, nuevas aristas de los personajes, y profundizar más en ellos.

El drama sigue estando mejor considerado que la comedia, tiene más prestigio y caché, y, sin embargo, hacer reír es más difícil que hacer llorar.

Sí, el drama, a día de hoy, tiene más prestigio, pero eso está cambiando. Mira este año en los Goya: «Casa en flames», de Dani de la Orden, se ha llevado casi tantos premios como los dramas. Creo que ahora mismo depende más de un buen proyecto, de una buena historia, que del género en sí. Es cierto que antes la comedia estaba un poquito denostada, pero cada vez se la reconoce más.

¿A Santiago Segura deberíamos ponerle un monumento? Sus recaudaciones, colosales, inyectan oxígeno al cine español y ayudan al sector.

Pues por eso mismo te lo digo: la comedia recauda muuucho dinero en España. De hecho, Santiago Segura, al que citas, tiene algunas de las pelis más taquilleras de este país.

«Meryl Streep es un referente como actriz y como mujer»

Juan Luis Arsuaga me habló para esta misma sección de la importancia de los referentes en nuestra sociedad. ¿Se hizo actriz por una película o una actriz en concreto?

No. Yo veía muy poco cine en casa; mis padres eran muy pocos cinéfilos. Vivía en Fuerteventura y en aquel momento no había internet, aunque sí algún videoclub. Pero creo que me dedico al cine porque quería ser mil personas diferentes y conocer mil lugares distintos. No tuvo que ver tanto con referentes como con una necesidad mía de contar otras historias, sentir a otras personas y vivir otras vidas, y de salir a conocer el mundo. Y ahí, poco a poco, me fui encontrando con esta profesión, y te diré que de una manera bastante casual. Porque me fui a Madrid a estudiar comunicación audiovisual y me apunté por casualidad a una escuela de interpretación, un poco por probar, porque me gustaba el teatro, y mi vocación la fui descubriendo poco a poco. Y los referentes los fui teniendo, también, poco a poco, a medida que veía más cine y más teatro y leía más.

¿Y cuáles son esos referentes? ¿La Meryl Streep de «Memorias de África»?, ¿la Barbra Streisand de «El príncipe de las mareas»?, ¿alguna actriz española?

Meryl Streep es un referente que ha estado ahí desde que empecé a estudiar interpretación, por muchas cosas. Como actriz, por supuesto. Pero también ella como mujer. Hoy en día es muy importante tener referentes no solo por lo buenas actrices que sean, sino también como mujeres: cómo llevan la edad, cómo envejecen, cómo dignifican a la mujer. Y Meryl Streep es un claro ejemplo de ello. Pero aquí, en España, Ángela Molina es un gran referente en ambos sentidos. Como actriz y como mujer. Y tenemos también a una gran Carmen Machi, que no para de trabajar y es una mujer increíble que defiende unos valores que comparto totalmente. O Pilar Castro. Creo que hoy en día tenemos buenos referentes y de distintas edades, y eso es muy importante.

El suyo es un lugar cómodo: no está en la primerísima división, pero ya es conocida. ¿Cuanto mayor es la popularidad mayor es la responsabilidad?

Supongo que cada una tiene su responsabilidad. Esta es una profesión en la que nunca se da nada por sentado. Llevo ya 15 años viviendo de mi profesión y me siento muy afortunada, pero considero que siempre he jugado… pues sí, igual no he estado en primera división, ja, ja, ja.

Por el momento.

Por el momento, sí. Pero tener una carrera de 15 años también es un gran reto. Cada nuevo trabajo es una gran responsabilidad y yo doy mi vida en cada uno porque, al final, de ellos dependen los siguientes y porque no sé hacerlo de otra manera. Es verdad que hay gente que está muy expuesta y que tiene una gran responsabilidad pública, y yo esa responsabilidad no la tengo. Pero a nivel profesional sí. Porque si lo das todo y trabajas con pasión, de cada trabajo salen otros. Y una carrera se va construyendo con cada proyecto pequeño que vas haciendo y que va sumando.

Una carrera se va construyendo con cada proyecto pequeño que vas haciendo y que va sumando»

Hace años se entraba en el cine por guapo o por feo y te daban trabajo en función del físico, pero desde hace tiempo es la personalidad la que manda. ¿Cómo se trabaja eso?

Ahora, afortunadamente, ya no solo hay cuerpos normativos, físicos de una belleza joven y preciosísima, que también es maravilloso que estén. Pero la personalidad es mucho más interesante porque podemos sacar la verdad de quiénes somos y no solo una búsqueda loca por la belleza, que es algo de lo que se está hablando muchísimo ahora, de esa violencia estética. Hoy día hay tantos personajes en las películas o en las series como personas hay en el mundo. Y creo que la gente prefiere los proyectos en los que hay personas con las que se puede sentir identificada y no esos cánones de belleza imposible.

He leído que quiere trascender la interpretación y escribir y dirigir. ¿Vivir las vidas de otros no es suficiente?

Eso fue porque en un momento dirigí un cortometraje, «La Peninsular», acompañada por el Notodofilmfest, y me gusta escribir historias. Más que dirigir, me gusta escribir. De hecho, ahora mismo estoy escribiendo un proyecto con unos amigos. No sé si dirigir, pero sí me veo escribiendo historias. Y sí que es suficiente vivir las vidas de otros, ja, ja. Pero, no sé. Últimamente, con el paso del tiempo, creo que me ha venido más la calma, la serenidad, y me siento más y escribo más.

Aseguró que las mujeres aún pasan miedo en las calles cuando cae la noche. ¿Le sigue pasando?

Lo afirmo rotundamente. Desgraciadamente, nos sigue pasando. Yo tengo una hija pequeñita, pero también una sobrina de 16 años, y eso sigue pasando de noche, y es una pena. Y también lo vemos en las noticias, muchos casos de abusos y violaciones, y pasamos miedo, es horrible. Soy una mujer muy valiente, pero a veces, de noche, me veo cogiendo una piedra o mirando para atrás.

«Soy una mujer muy valiente, pero a veces, de noche, me veo cogiendo una piedra o mirando para atrás»

¿Fuerteventura tiene las mejores olas del mundo y el mar más hermoso?

Ja, ja, ja. A mí no me gusta decir que son las mejores del mundo, pero es un lugar increíble para surfear, para hacer kitesurf. Es un oasis. Soy una enamorada de mi isla. Tiene unos rincones muy especiales donde, a día de hoy, en pleno julio o agosto, todavía puedes estar prácticamente solo en una playa. Y eso sucede ya en muy pocos lugares.

¿Concibe su existencia sin el mar?

No, no. En Madrid voy mucho al pantano de San Juan a surfear, a una ola artificial que se llama Honna Surf Hub. Cuando me preguntan cuál es mi lugar favorito de Madrid tiendo a citar estos sitios, y me dicen: vale, a ti lo que te gusta es el mar, y yo respondo que sí, que soy isleña, que nací cerca del mar, que me he criado cerca del mar y busco el mar. Aunque me gusta la ciudad, necesito el agua salada.

Esta sección lleva por título «¿Tienes fuego?». ¿Usted lo tiene?

Tengo mucho fuego, sí. Pero, afortunadamente, hace cinco años que no fumo. De pequeña me decían que era una polvorilla. Me gusta mucho conocer sitios, disfrutar, viajar, comer, vivir. Y eso es como tener fuego dentro.