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Lengua

"Meat empanada": el dialecto del inglés que triunfa en Miami

Desde los tiempos de la inmigración masiva de refugiados cubanos, Miami se ha convertido en la capital latina de Estados Unidos

Miami Beach, Florida, EE.UU. en Ocean Drive.
Miami Beach, Florida, EE.UU. en Ocean Drive.Dreamstime

Hace décadas que lingüistas y sociólogos vienen avisando: el español será la lengua vehicular de los Estados Unidos más tarde que pronto. Pero esa tendencia, que se traduce en lo inmediato en que el artista más escuchado se apellide Martínez (Bad Bunny) o las actrices más vistas firmen como Ortega, Barrero, Gómez o López, ha encontrado ahora una nueva mutación estadística.

Así lo asegura, al menos, un informe recién presentado por la Florida International University (FIU), que presenta la tesis de que los préstamos y variantes entre el inglés y el español en la zona de Miami han dado lugar a un nuevo dialecto del inglés, «miamense», si queremos bautizarlo como neonato. «Realizar una investigación como esta es un recordatorio de que no hay palabras reales o simuladas. Solo hay palabras y todas provienen de algún lugar», explican los científicos de la FIU a la Agencia EFE sobre un estudio que se ha centrado en el análisis de traducciones literales y cómo estas eran percibidas por distintos hablantes del inglés en Estados Unidos.

Más allá de las palabras tomadas directamente del español, como «empanada» (de la que ya se está empezando a extender su uso a través de lo gastronómico, citándose como ejemplo en el estudio la «meat empanada»), «bobo» o «guagua», que se utilizan ya con normalidad en la zona, los nuevos hablantes están apropiándose de los «phrasal verbs» sajones, tan complicados de entender para quien no está habituado. Así, «get off the car» («bájate del coche») se ha convertido en «get down», calcando la expresión en español.

Aunque todavía queda por medir la verdadera expansión del «miamense» y, sobre todo, discutir si no se trata realmente de una deformación incluso del propio español del sur de Estados Unidos, tan camaleónico, lo cierto es que el descubrimiento vuelve a poner en boga la importancia de lo hispano allende el Atlántico. Atrás quedaron los tiempos de Don Francisco y el Chacal de la Corneta, con lo latino reducido a alivio cómico de la cultura «mainstream» para dar paso a la cultura hegemónica de los «bad hombres», como los bautizó Trump en un país que en 2016 votó en contra de la inmigración masiva pero que en 2024 bien se puede convertir en cantera de sufragios de hijos y nietos de migrantes de toda Latinoamérica.