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Patrimonio

La Mezquita defiende su plan de protección ante las críticas

Los responsables aluden a que los bomberos se personaron a los tres minutos de declararse el fuego y que el incendio se extinguió y acotó en un tiempo reducido evitando mayores males

Inspección de las bóvedas de la mezquita tras el incendio CABILDO CATEDRAL DE CÓRDOBAEUROPAPRESS

El incendio de la semana pasada de la capilla número 34 en la Mezquita-Catedral de Córdoba estremeció a todo el mundo. Se declaró en un lugar donde se guardaban materiales relacionados con el mantenimiento del monumento, como varias máquinas barredoras, sillas y productos de la limpieza. Para algunos, esto ha sido una imprudencia que ha provocado que hubiera propiciado o ayudado a propagar el fuego.

Los responsables del templo, uno de los más importantes de España, uno de los más visitados y todo un icono de la cultura en nuestro país, han salido inmediatamente para atajar estas críticas. Aparte de que ya al día siguiente del incendio, anunciaron que iban a instalar un programa antiincendios similar al que existe en Notre Dame, se ha acudido a los propios hechos para desmentir la dejadez o la posible imprudencia que señalan algunos.

Los argumentos que han expuesto, como han comunicado en una nota de Prensa, es que las llamas "quedaron confinadas a la zona inicial, evitando daños mayores y preservando elementos de gran valor como el retablo", que este hecho "confirma que la prevención, la planificación y la coordinación son la mejor garantía frente a emergencias en bienes patrimoniales. Salva patrimonio y evita consecuencias irreparables" y que "gracias a la existencia y ejecución eficaz del Plan de Autoprotección, el incendio pudo ser extinguido en tiempo récord y sin afectar a la estructura general del monumento".

Pero también han subrayado otros elementos clave que evitaron que este incidente se convirtiera en una tragedia. Unos puntos en los que han ido trabajando a lo largo de las últimas décadas con el objetivo final de proteger esta obra de arte, patrimonio de la humanidad. Para empezar han señalado que tenía activados y al día todos los "protocolos claros de actuación recogidos en el Plan de Autoprotección, incluido en el Plan Director 2020".

Esto logró que la detección del incendio fuera inmediato y que el "aviso" fuera "rápido gracias a sistemas" de alerta, que, como han recalcado, son "revisados cada tres meses". Apuntaron que la sectorización arquitectónica, esto es capillas independientes con bóvedas de piedra bajo la madera, es lo que limitó la propagación del fuego en los instantes iniciales y que, además, se demostró la eficacia de los simulacros anuales con el "Servicio de Extinción de Incendios, que aseguran el conocimiento mutuo del edificio, accesos, hidrantes y puntos críticos". Esto se ha conseguido debido a la "coordinación fluida entre el personal del Cabildo y los bomberos desde el primer minuto de la intervención".

Para probar que no ha existido ninguna clase de desidia en la protección del monumento se ha aludido a que hay activado un "mantenimiento preventivo constante" y una "revisión periódica de extintores, bocas de incendio, alarmas y sistemas de detección" y que los trabajos que siempre se han llevado a cabo en el edificio, como obras o intervenciones o reparaciones "evita el uso de herramientas de riesgo (radiales, soldadura), salvo en casos imprescindibles y siempre con medidas adicionales de seguridad".