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25 años, 19 días y 500 noches: el cuarto de siglo del mejor disco de Joaquín Sabina

El 14 de septiembre de 1999 se publicó el 12º álbum de estudio del cantautor jiennense, que incluía temas míticos como el que daba nombre al disco, 'Dieguitos y Mafaldas' o 'De purísima y oro'
Joaquín Sabinalarazon
La Razón

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El 14 de septiembre de 1999, hace justo 25 años, se publicó el decimosegundo álbum de estudio de Joaquín Sabina, que lleva por título '19 días y 500 noches', y cuyo primer single homónimo se convirtió en la canción más reconocida del cantautor ubetense.
"Lo nuestro duró lo que duran dos peces de hielo en un güisqui on the rocks". ¿Quién no se sabe, sino la canción entera, al menos algunos de los magníficos versos que componen la misma? ¿Quién no la ha cantado en un karaoke, en la ducha o durante una crisis amorosa?
El caso es que Sabina incluyo su '19 días y 500 noches' ("Y regresé a la maldición del cajón sin su ropa, a la perdición de los bares de copas, a las cenicientas de saldo y esquina...") en un disco junto a otras doce canciones, de las cuales, al menos media docena se convertirían también en himnos de su cosecha: 'Cerrado por derribo', 'Dieguitos y Mafaldas', 'De purísima y oro' (¡nada menos!), 'Donde habita el olvido', 'Una canción para la Magdalena' y 'Noches de boda' (con Chavela Vargas).
Dicho álbum, a la postre el más recordado de la trayectoria del artista andaluz, fue el segundo más vendido de los 18 discos de estudio que ha publicado hasta la fecha, con 500.000 copias saldadas; sólo por detrás de 'Física o química' (1992), que alcanzó el millar de ventas.
Un trabajo que es considerado para la revista Rolling Stone en España el séptimo de los cincuenta mejores discos de rock en castellano.
Sobre el tema que da nombre al disco, el mítico '19 días y 500 noches' ("siempre tuvo la frente muy alta, la lengua muy larga y la falda muy corta"), cabe decir que su éxito fue arrollador: la sucesión de versos sobre el desamor es excelente, y esa diferencia hiperbólica y poética sobre la que se construye la canción, entre lo que dura la resaca melancólica durante el día y durante la noche, representa o refleja con mucho acierto el proceso del luto sentimental.
"Acababan de dejarme y me dije: '¡Tendré que vengarme de ella de alguna manera, tendré que hacerle una canción que la persiga toda la vida!'. Y así surgió el tema. Ahora, la hija de puta anda diciendo por ahí que le hice una canción muy bonita. ¿No te jode?", dijo en cierta ocasión Joaquín Sabina (quien recientemente anunció su gira de retirada de los escenarios) respecto a '19 días y 500 noches', tema surgido a raíz de su separación de la modelo Cristina Zubillaga.
Explicó el artista en dicha ocasión que sus composiciones siempre empiezan con un verso. "En el caso de '19 días y 500 noches', es uno que suele pasar desapercibido, pero que es el más cruel de la canción: 'No pido perdón. ¿Para qué? Si me va a perdonar porque ya no le importa'".