Entrevista

Arde Bogotá: “Sentimos que estamos todo el tiempo de camino a algo”

El grupo, triunfador del verano, formará parte del MadBlue antes de enfrentarse a las tres Rivieras de noviembre

Grupo musical Arde Bogota
Grupo musical Arde BogotaDavid JarLa Razón

Son el grupo del momento en España. Se han vuelto omnipresentes en los festivales veraniegos y afrontan hasta tres Rivieras llenas en Madrid el próximo mes de noviembre. Su crecimiento, tras la publicación de “Cowboys de la A3”, su segundo trabajo, ha sido vertiginoso. Antonio García, vocalista de Arde Bogotá ha vivido este ascenso como un viaje hacia la fama que implica peajes a pagar: “El principal es estar a la altura de conciertos más grandes, más público y más gente mirando y opinando sobre nosotros. Gente a la que no les gustamos tanto, también. Pero están en su derecho, por supuesto. Si le gustásemos a todo el mundo seríamos el pan Bimbo”, dice el cantante de la banda, que mañana actúa en el festival Estaciones Sonoras y el próximo 8 de octubre participa en el Festival MadBlue.

“Desde la salida del segundo disco, el proyecto ha crecido muchísimo. Hay mucha gente involucrada a la que le gusta nuestro sonido y sólo nos lo imaginábamos en nuestros mejores sueños”, explica. Su nueva situación entraña también un nuevo desafío: “El principal es estar a la altura de tanta gente mirando y tanta como viene a pasarlo bien, a bailar. Porque el crecimiento tan rápido te enfrenta a golpes repentinos de realidad que no esperas. Tanta gente que te mira, que opina, o la repercusión de algo que dices o haces... te abruma. Y es bueno, pero hay que estar a la altura”. En un país al que se le indigesta el éxito de un compatriota, ¿cómo lo han vivido? “Cuando tu repercusión crece, es inevitable que te encuentres con quien no le gustas. Antes no nos pasaba mucho, porque no teníamos ese alcance. Gente que opina, dice sus cosas y en su derecho está. Hemos aprendido a gestionar eso a nivel interno y tenemos claro que no le tienes por qué gustar ni siquiera a quien pensabas que sí le podría interesar. Pero alguien que nos quiere nos dio un consejo muy válido: hay que ser justo con la gente a la que le gustas. Y a esos les gustamos un montón, porque gastan su dinero en venir a apoyarnos. Y eso merece la justicia de estar a la altura, porque te hace sentir un privilegiado”.

Igual que hay “road movies”, el segundo largo de la banda de Cartagena (Murcia) es un “road record”. “Totalmente. Habla de algo que nos estaba pasando y que nos pasa: estar todo el tiempo de camino algo. Hicimos con el disco anterior casi un centenar de conciertos y ese cambio en nuestra vida fue muy significativo. Por eso, el segundo disco está lleno de añoranza, de cosas que se quedan atrás, y de símiles con el viaje. También de lo duro que es alejarte de las cosas que te gustan o que te importan”, explica Antonio. Esa sensación invade el disco, a lomos de utilitarios como un Renault Megane, un Nissan o un Land Rover Fighter sin aire en las ruedas. “Es que yo nunca he conducido un Ferrari”, se defiende el letrista. “Cuando empecé a trabajar en las letras, para hablar de la carretera necesitaba hacerlo también de los coches, que eran los asideros de la metáfora, de la imagen, de lo que estás contando. Y esos coches son cercanos a cualquiera”. Así es el viaje de nunca acabar de Arde Bogotá: “Es el ejercicio que debes hacer como artista. Estar buscando todo el tiempo. Nunca darse por satisfecho, nunca sentir que has llegado a nada. Ese es el plan”. No hay un destino: “No creo. No hay una meta en la búsqueda de lo artístico. Uno trata de encontrar algo y que cada vez sea distinto. Y así te sorprendes coin el camino. Me da curiosidad pensar qué será lo próximo que encontraremos en el camino, pero siempre tiene que haber algo más allá, otro horizonte. Si no, se acaba todo”.

Sin embargo, sí se puede trazar una singladura. Salida, Murcia, una tierra que está dando grupos de relevancia nacional. “Lo que hay en Murcia es compañerismo y sitios para tocar. Hemos tenido festivales en la zona muy inspiradores y muchas bandas, muchos garitos, muchos bares, salas de concierto y locales de ensayo. Y eso permite que la gente saque la cabeza. Y resulta que grupos como Second, M-Clan o Viva Suecia logran llegar, y eso te inspira. Porque les conoces y has tomado una cerveza con ellos y como lo han logrado, eso te inspira y te alienta. Te hace pensar que tú también puedes”. Y un destino, Madrid, el otro extremo de la A3, adonde llegan a final de año. “Eso de las Rivieras es muy fuerte. Es el significado del éxito para mí, el verdadero mensaje de que el proyecto tiene sentido y que hay alguien al otro lado y a quien le importas. Que se gasta el dinero y el tiempo en ir a un concierto. Y por suerte nos ha pasado en Madrid, Barcelona, Oviedo, Pamplona, Vitoria... Ojalá siga pasando”. Que la carretera sea infinita.