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La filosofía de moda

Platón continúa vivo

La Universidad Complutense de Madrid acaba de celebrar un encuentro para analizar su pensamiento y descubrir por qué es hoy más relevante que nunca

Thierry Ehrmann: Retrato de Platón Thierry EhrmannCreative Commons

Platón (c. 427-347 a.C.) vivió y murió hace unos veinticinco siglos en Atenas, una ciudad donde la democracia quedó suspendida por el gobierno de los Treinta Tiranos. Parece que su historia está inserta en un pasado muy alejado del presente y, sin embargo, ¿por qué interesa hoy, en la era de la inteligencia artificial, la polarización política y el cambio climático? ¿Quizá porque nos parece que las redes sociales son la nueva caverna del siglo XXI? Echando una mirada al pasado, ¿su vida y su filosofía transformaron la historia para bien o para mal? Platón es conocido por haber fundado la Academia y escrito diálogos que han sido comentados en todas las épocas. Es considerado la figura intelectual arquetípica del «amor a la sabiduría» o «philosophia» griega. En 35 diálogos de elocuente prosa fue capaz de describir los problemas e inquietudes de su tiempo a través de un retrato minucioso de personajes populares; y sobre todo capturó, en una fotografía a base de pluma y tinta, los gestos, los desafíos y los interrogantes de su maestro, el más carismático de la historia de la filosofía: el subversivo y provocador Sócrates.

Según Platón, Sócrates nunca afirmó tener respuestas a los grandes interrogantes de la vida, solamente preguntas. Su genialidad residía en que sus interpelaciones incidieron de manera tan profunda en las almas que las transformaban. Recorría el mercado de su ciudad poniendo a prueba a los ricos, los poderosos y los famosos. Daba igual el origen o la condición: hacía dudar a políticos y oradores, hombres y mujeres, ciudadanos y extranjeros por igual. Les preguntaba si poseían aquello que solo encontraría en los individuos auténticos, la sabiduría. Si afirmaban tenerla, los sometía a prueba. El problema fue que nadie superó jamás el examen; ni siquiera el propio Sócrates cuando la Pitia de Delfos afirmó que él era el hombre más sabio de Atenas. Así que siguió buscando de forma libre, racional y vehemente.

Sócrates humilló a los orgullosos, se ganó poderosos enemigos y finalmente fue ejecutado en el año 399 a.C. acusado de corrupción de los jóvenes, falta de creencia en los dioses e invención de nuevas deidades. Pero la injusticia del pueblo de Atenas no manchó su memoria, que perduró en las palabras de su más brillante discípulo.

Nivel práctico

¿Por qué debería importarnos hoy? Quizá por dos razones: una pertenece a la mente y la otra al corazón.La Academia de Platón, que convirtió el ideal filosófico de Sócrates en una institución, es indirectamente la fuente del mundo académico moderno, de la precisión matemática inquisitiva de nuestros métodos científicos, nuestra sensibilidad hacia las artes y el valor de la humildad intelectual, nuestra intuición de que la investigación y la enseñanza deben estar fundamentalmente entrelazadas con las virtudes de la ciudadanía. Indirectamente, su programa educativo ayudó a dar forma al «trivium» y «quadrivium» medievales a través de los filósofos neoplatónicos, que se autodenominaban «seguidores de Platón» aunque habían transcurrido siglos desde su muerte. Pero las contribuciones de Platón llegan a un nivel más profundo, que a la vez es práctico: moldeó una forma de vida basada en el precepto griego «medèn agan», que significa «nada en exceso», y estaba situado en el frontón del templo de Apolo en Delfos. Aunque ese balance que implica la idea del «todo en su justa medida» es fácilmente extrapolable a la sociedad de nuestros días. Platón está vivo hoy en las mismas instituciones que su Academia ayudó a inspirar. En la Universidad Complutense de Madrid, 150 de sus principales estudiosos internacionales se reunieron para analizar uno de los diálogos más complejos de Platón, el «Teeteto». Y es que Platón se lee hasta en India, China o Japón. El marco del encuentro fue el prestigioso «XIV Symposium» Platonicum, organizado este año por profesores de la UCM, entre ellos, la profesora Beatriz Bossi, presidenta de la Sociedad Internacional de Platón («International Plato Society»). Incluso la Reina Sofía presidió el evento de forma honorífica. Los trabajos expuestos y sometidos a dura crítica intentaron cubrir todos los aspectos de ese texto de Platón: los expertos se han preguntado por qué el conocimiento (científico, ético o social) siempre parece escaparse, por qué los seres humanos a veces miran a las estrellas y buscan algo eterno, o por qué Sócrates subrayaba que la educación, como las buenas parteras, «da a luz» a las ideas y al conocimiento. El poeta inglés Yeats también recogió esa idea al citar a Plutarco, e indirectamente a Platón, cuando afirmó que «la educación no es llenar un cubo, sino encender un fuego». ¿Por qué Platón sigue siendo relevante en nuestro tiempo? Encontramos en este filósofo ateniense un método de pensamiento que puede acomodar tanto el rigor científico como la sensibilidad artística y espiritual. Su obra nos invita a contemplar la totalidad del ser humano como base para construir una sociedad más justa y equilibrada. Y volvemos una y otra vez a él porque cada vez que abrimos sus diálogos o discutimos sus ideas contemplamos una versión nueva de nosotros mismos, una en la que Platón está vivo.