Historia
La reacción de los Reyes Católicos cuando Cristóbal Colón les propuso navegar: El ingenioso argumento que logró el descubrimiento de América
El encuentro que abrió la puerta al descubrimiento de América
A finales de 1491, Cristóbal Colón estaba a punto de renunciar al sueño que había ocupado todos sus pensamientos durante casi una década: la travesía marítima hacia Asia cruzando el océano Atlántico.
Lo que hoy conocemos como uno de los hitos más grandes de la historia de nuestro país estuvo a punto de no suceder, ya que la propuesta de Colón suponía, para la época, un proyecto inimaginable.
La propuesta
Antes de presentar su plan en España, Colón había buscado apoyo en otras cortes europeas, incluyendo Portugal e Italia, pero sus ideas fueron rechazadas. La travesía hacia el oeste para llegar a Asia se consideraba arriesgada ya que su plan contradecía muchas de las ideas aceptadas en aquel tiempo, incluyendo ciertas interpretaciones de las Sagradas Escrituras, y se basaba en cálculos geográficos arriesgados.
En Castilla, aunque la reina Isabel se mostraba intrigada por el proyecto no acababa de involucrarse por completo, ya que sus recursos estaban centrados en la guerra de Granada y otras obligaciones del reino.
Colón no se rindió y continuó siguiendo a la corte en sus constantes desplazamientos; incluso se dice que llegó a tomar las armas en alguna campaña de la guerra. Sin embargo, a fines de 1491, justo antes del asalto final a Granada, los reyes lo recibieron en Santa Fe y, una vez más, se rehusaron a garantizarle apoyo.
Ante esto, el genovés decidió abandonar la corte y dirigirse a Huelva, al monasterio de La Rábida, donde ya había estado en la primavera de 1485 tras el desinterés portugués hacia su proyecto. La única alternativa que le quedaba era probar suerte en Francia, cuyo rey lo había invitado a presentar su propuesta. Ante esta situación, el fray Juan Pérez, fiel creyente en su proyecto, decidió hacer una última gestión para asegurar que el viaje se realizara en lo que ahora es España.
Pérez había sido confesor de la reina Isabel y confiaba en que ella le prestaría atención. Fue esa conversación decisiva entre el clérigo y la monarca la que permitió organizar la reunión que, finalmente, llevaría a España al nuevo mundo.
El fin de la conquista de Granada y una nueva cruzada
La conquista de Granada supuso un punto de inflexión en la lucha por la financiación del viaje hacia las Indias. Aprovechando el clima de euforia y exaltación religiosa tras la victoria, Colón planteó el apoyo de Isabel y Fernando a su proyecto como "un acto de gratitud a Dios por la victoria de Granada". Esto fue lo último que se necesitó convencer a la reina, que ya se había mostrado intrigada en sus reuniones anteriores.
Además, según Cervantes, profesor de la Universidad de Bristol especializado en la América de la Edad Moderna, "El proyecto podría incluir planes para regresar a España a través de Jerusalén, abriendo así una ruta de ataque por la retaguardia". Esta idea suavizó la negativa del monarca aragonés, que llevaba tiempo queriendo planear una cruzada en Jerusalén.
Las Capitulaciones de Santa Fe
El acuerdo final entre los Reyes Católicos y Colón quedó plasmado en las Capitulaciones de Santa Fe, que incluían una serie de sorprendentes reconocimientos para el navegante en caso de éxito de su viaje. Algunos de ellos eran: el título de almirante con carácter vitalicio y hereditario; el nombramiento como virrey y gobernador general de cualquier territorio descubierto; y el derecho a recibir una décima parte de todas las riquezas o mercancías obtenidas.
Además, Colón tendría autoridad sobre las querellas derivadas de la explotación comercial y el privilegio de participar con una octava parte en todas las empresas mercantiles relacionadas con las nuevas tierras.
En cuanto a la financiación, se eligió un sistema respaldado por la monarquía pero costeado por particulares, con quienes los Reyes Católicos mantenían convenios y acuerdos previos. En total, los dos millones de maravedíes necesarios fueron aportados por empresarios y financieros del reino de Aragón.
Ocho meses después de que Colón partiera del puerto de Palos el 3 de agosto de 1492, llegó a la corte castellana la noticia de su regreso. El navegante había completado el viaje a través del océano y descubierto unas tierras hasta entonces desconocidas para Europa, abriendo así un nuevo capítulo en la historia mundial.