Miami

Resacón en Miami

Las autoridades detienen al líder de Reincidentes y lo mantienen durante dos días incomunicado por un altercado en el aeropuerto. Fernando Medina fue dado por desaparecido por sus compañeros

Una imagen promocional del grupo
Una imagen promocional del grupolarazon

Los miembros del grupo de rock sevillano Reincidentes protagonizaron ayer un extraño vodevil. Con un dramático comunicado emitido en la noche del lunes denunciaban la «desaparición» de su cantante, Fernando Madina, en el aeropuerto de Miami (EE UU), donde no le fue permitido tomar un vuelo de enlace a Ecuador «por razones de seguridad aún por esclarecer», según explicaban. El grupo anunciaba que cancelaba el concierto de Quito que tenían previsto dar, y decían que desconocían el paradero de su cantante. Según el grupo, trataron de contactar con él, incluso a través de la megafonía del aeropuerto. «Transcurridas más de 12 horas sin noticias suyas, nos pusimos en comunicación con las autoridades de inmigración del estado de Florida, la Policía aeroportuaria, la compañía aérea y otras instancias. Hechas las comprobaciones oportunas, no constaba ninguna denuncia en curso contra él ni se hallaba detenido», indicó la banda en su página de Facebook.

Con el paso de las horas, y tras la intervención de la diplomacia española, resultó que los motivos de seguridad eran, en realidad, el estado de embriaguez del cantante y bajista de 47 años, y un posible altercado posterior, si bien no se han hecho oficiales los detalles del atestado policial. A pesar de que en un primer momento se señalaba que Medina estaba sólo retenido y no detenido, por la tarde de ayer se confirmó que estaba preso en el Turner Guilford Knight Correctional Center, un centro de detención de Miami, acusado de «intoxicación desordenada», y que sería puesto en libertad bajo fianza de 500 dólares. «Todavía no podemos dar más detalles. Lo que quiero dejar claro es que no ha habido una retención por cuestión de papeles en regla o no. Aquí lo que ha habido es una detención», apuntó a Efe Javier Pagalday, cónsul adjunto del Consulado General de España en Miami.

Los cinco miembros de la banda llegaron a dicha ciudad y, cuando se disponían a tomar el vuelo de enlace a Quito, a Medina le fue impedido el embarque a pesar de llevar la documentación en regla. Los demás compañeros de grupo estaban presentes y todos pensaban que le sería permitido embarcar en el siguiente vuelo, pero en las 48 horas siguientes no pudieron contactar con él (su teléfono móvil permanecía apagado) y ningún funcionario tenía constancia de su detención.

«Indignación» del grupo

Cuando se confirmó la noticia de su detención, Reincidentes emitió otro comunicado en el que manifestaban su indignación. «Nos parece intolerable que tras repetidas llamadas a lo largo de todo el fin de semana solicitando información acerca del paradero de Fernando, no sólo no se nos facilitara, sino que se nos dijo que no estaba detenido, ni retenido ni tenían constancia de ninguna causa contra él. Esto ha supuesto dos días de absoluta desesperación para familia y amigos. Asimismo, nos parece increíble que se pueda detener a una persona en un Estado de Derecho sin poner a su disposición un abogado, y tenerle completamente incomunicado. Sólo gracias a las gestiones de la oficina consular española hemos conseguido conocer su paradero, y ahora solo queda ponerle en libertad», explicaban. Mientras tanto, el resto de la banda viajaba a Madrid haciendo el camino de regreso de un concierto que no pudieron realizar y con el que iba a comenzar su gira de 30º aniversario. Reincidentes es un grupo de fuerte posicionamiento político, y que en sus 22 discos publicados hacen gala de compromiso anticapitalista y republicano, con himnos a Marinaleda (municipio cuyo alcalde es Juan Manuel Sánchez Gordillo), una Andalucía libre o las Brigadas Internacionales. Se disponían a actuar en el Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes, un evento que se define como «antiimperialista e internacionalista».

Otros ilustres «animadores» de vuelos

Para un músico, cualquier lugar es bueno para beber, pero los aviones tienen algo irresistible. Entre los famosos intérpretes que han amenizado trayectos en avión están Peter Buck (R.E.M.), Ian Brown (Stone Roses), Björk o Brian Ferry, pero el que se lleva la palma es Liam Gallagher (a la izquierda), el cantante de Oasis, que ha conseguido protagonizar no una sino dos escenitas: en 1998, decidió pasar su borrachera arrojando comida e insultando a la tripulación y negándose a dejar de fumar. A día de hoy, sigue vetado como cliente de Cathay Pacific. Tres años después, cuando iba a Rock in Río, le dedicó unos gestos obscenos a una azafata a la que llegó a tocar el trasero, lo que le valió una demanda. Entre los ilustres españoles, la historia más contada es la de Melendi (en la derecha), que, también en estado de ebriedad, organizó una verbena a bordo de un vuelo que salió de Madrid a México y que lo obligó a regresar. Fue detenido por la Guardia Civil, y, tras declarar en un juzgado, firmó un acuerdo de confidencialidad con la aerolínea sobre la resolución del conflicto.