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Papel

¿Se puede coser la locura?

La Casa Encendida inaugura temporada con una muestra dedicada a Jeanne Tripier, artista marginal, nombre clave del Art Brut que pasó gran parte de su vida en psiquiátricos

«Sin título», entre 1935 y 1939. Bordado de lana, seda y algodón sobre terciopelo negro
«Sin título», entre 1935 y 1939. Bordado de lana, seda y algodón sobre terciopelo negrolarazon

La Casa Encendida inaugura temporada con una muestra dedicada a Jeanne Tripier, artista marginal, nombre clave del Art Brut que pasó gran parte de su vida en psiquiátricos.

Ella gustaba denominarse «medium de primera necesidad», que no deja de ser un calificativo que da que pensar. También decidió ocultarse durante una época, esconderse más bien, bajo la figura de Juana de Arco y firmar así sus obras. Jeanne Tripier, nacida en París en 1869 y muerta en 1944 en Neuilly sur Marne, paso buena parte de su vida recluida en hospitales psiquiátricos. Allí dio a luz el grueso de su producción, ensoñaciones, borrones de tinta tan bien definidos, tan clarividentes que nadie podría pensar que detrás de esmanchas violetas palpitaba el corazón de alguien tan inestable como la creadora. Después de las pinturas y los lapiceros, que nunca dieron lugar a obras lacerantes, le llegó el turno al bordado, al tejidos. Tripier enhebró la agua con hilos de colores y pespunteó obras de arte y se recreó en el croché también. El resultado es una impresionante muestra, «Creación y delirio», que agrupa sus trabajos en tres grandes bloques: escritos, dibujos y tejidos, que abarcan el periodo comprendido entre 1934 y 1939.

Es el suyo un arte marginal, por situarse en los márgenes, dentro de la corriente a la que Jean Dubuffet bautizó como «Art Brut», es decir la creación de quienes no forman partes de los circuitos oficiales. Y en esto, ella es una paladina, fuera totalmente de los límites de la cultura del momento. Tal fue la fascinación de Dubuffet que compró las obras de la creadora en 1948 y las llevó consigo a París, a Lausana, a Nueva York, a las grandes exposiciones internacionales donde esta manera de crear ya podía denominarse con toda justicia «arte».

Algunas de las piezas que se pueden ver están cosidas con delicadeza, tienen formas caprichosas y guardan hasta lo que parecen cabellos de color negro (y no es sino terciopelo). Tripier sufría neurosis crónica. Durante su internamiento, el doctor Beaudouin escribió lo siguiente: «Generalmente inmovilizada por su estado orgánico, pasa el tiempo haciendo dibujos o bordados, en apariencia estereotipados. En su cama guarda un juego de tintas de distintos colores. Todos los días, durante la visita médica, enseña estas producciones y se extasía, mostrándose sorprendida por haber realizado unas obras maestras que no ha ideado voluntariamente. La expansividad afectiva y la sobrexcitación intelectual son la base de estas producciones.