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Silvia Carpallo: «El sexo sigue siendo un tabú, se habla mucho de él y mal»

Silvia Carpallo
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Acaba de publicar «Decirte adiós con un te quiero» y confiesa que bastantes de sus amigos han llorado al leer la novela

Hablamos de sexo, aunque ésta no fue una entrevista para provocar espasmos. Es cierto que transitamos por algún que otro tema escabroso, pero la temperatura de la conversación no subió más que los grados precisos. La literatura erótica ha sufrido una explosión. Basta con subir en un vagón del metro para comprobarlo. Y Silvia Carpallo ha sabido aprovechar este renacimiento. Si con «El orgasmo de mi vida» excitó a miles de mujeres, en su nueva novela «Decirte adiós con un te quiero» enseña a romper una relación de la forma más sana.

–¿Será ésta una entrevista subida de tono?

–La sexología es una ciencia con muchas perspectivas. Podemos reírnos hablando de sexo, pero también podemos tomárnoslo muy en serio.

–Pero me hablará del orgasmo de su vida.

–Había un auge de literatura erótica, aunque se hablaba de la sexualidad femenina desde un punto de vista machista. Aun así tuvo una parte positiva. Y es que las mujeres empezaron a leer libros de sexo. Me pareció que había que aportar algo más, y decidí escribir uno sobre sexualidad desde cinco puntos de vista. Hablo de otras tantas mujeres que llegan al orgasmo gracias a la liberación de un sentimiento que tenían reprimido.

–¿Qué hace un orgasmo único?

–Puede ser la intensidad, pero tiene más que ver con las emociones previas. A veces no se debe a los preliminares o a la duración del coito, sino a lo que nos implica esa persona o ese momento. El sexo es descubrimiento, dejarse llevar, sentir nuevas sensaciones...

–¿Hay que buscarlo o simplemente llega?

–Es como el amor. Cuando lo estás buscando no llega, y cuando no lo esperas, aparece. O como cuando hablamos de viajar: lo importante no es el destino, sino el viaje. Pasa mucho con el orgasmo simultáneo. Cuando la pareja quiere llegar a la vez se obsesiona tanto que puede que no llegue ninguno. Nos obsesionamos con llegar siempre al orgasmo y nos perdemos el disfrute del camino.

–Ya nadie esconde sus libros de sexo.

–Al igual que leemos libros de lugares lejanos a los que nunca viajaremos, nos gusta leer sobre ese encuentro sexual que nos encantaría tener. La literatura erótica juega mucho con la fantasía, aunque en mis libros intento ser realista. Pese a que hay mucha información sobre sexo, seguimos muy desinformados. El sexo continúa siendo un tabú. Se habla mucho, y mal. La gente piensa que la educación sexual incita a tener relaciones antes. Y no. Incita a tenerlas bien.

–España suspende en educación sexual.

–Totalmente. Lo fundamental es entendernos como hombre y como mujer. Aprender a comportarse en pareja es clave para luchar contra la violencia de género.

–¿Existe una receta para aumentar el apetito?

–No, pero algunos ingredientes nos vendrían muy bien. En ocasiones, el problema del deseo no está en la cama, sino fuera. Saber quién tira la basura o coge el mando de la televisión puede ser trascendental para empezar a tener relaciones sexuales mucho más satisfactorias. Hay que proponerse hacer algo nuevo por lo menos una vez al mes, salir de la cama, cambiar la rutina y las horas a las que practicamos sexo. Uno de los problemas es que siempre lo buscamos por la noche, que es cuando más cansados estamos. El sexo matutino da mucha más energía.

–No quiero imaginar cuando se reúna a tomar unas cañas...

–Es complicado ser mujer y sexóloga, porque todo el mundo acude como si fuera un consultorio 24 horas. Mis amigos me han llegado a mandar whatsapp en el momento en cuestión para comunicarme una urgencia. Para muchas de las preguntas se deberían saber las respuestas. Todavía no tenemos nada claro esto del sexo.

–¿Hasta qué punto el sexo es vital para que una relación perdure?

–Algunos matrimonios parecen amigos que comparten piso. Las parejas piensan que esa chispa estará siempre. No desaparece, pero acaba escondiéndose. Buscar el deseo es una de las tareas pendientes. Un encuentro con nuestra pareja nos puede hacer más felices que cualquier otra cosa.

–¿Calidad o cantidad?

–Calidad, siempre. Es más importante sentirse satisfecho que el número de veces que se haya hecho.

–¿Obligados a innovar?

–Obligados a trabajar. Las mujeres han sido tradicionalmente pasivas, aunque ahora nos estamos volviendo más activas. El hombre tiene que pensar que no nos va a apetecer porque sí. Se lo tiene que currar un poco.

–¿Cómo? ¿Quizá un buen vino?

–El vino es vasodilatador, pero no sólo consiste en tomar afrodisiacos. Hay que cuidar el ambiente y la conversación. Unos susurros, unas miradas... Los pequeños detalles.

–¿Existe aún mucho mito alrededor del sexo?

–Sí, y bastante desinformación. Los hombres han sido educados con el porno y buscan esa figura de la mujer prácticamente prostituida. La mujer espera de las películas románticas a ese príncipe azul, como si fuera a sonar música mientras mantenemos relaciones. Tenemos una visión del sexo poco realista.

–¿El tamaño importa?

–Sí, pero no quiere decir que nos gusten más grandes. La mayoría de los hombres está dentro de las medidas estándar.

–¿La falta de sexo engorda?

–Claro, porque influye en nuestra autoestima. Nos sentimos más deprimidos, y tendemos a comer más.

–El poder da sexo.

–Y el sexo da poder. Siempre se ha entendido como un arma de poder.

–¿Se puede decir adiós con un te quiero?

–Yo diría que es la forma más sana de romper una relación. Ésta es una novela más femenina, centrada en mujeres que van de los 25 a los 35 años. Aunque sea romanticona, muchos amigos me han reconocido que lloraron leyéndola.