"Sobre el caparazón de las tortugas": El amor y otras sustancias tóxicas ★★☆☆☆
Raquel Pérez y Nacho Guerreros dan vida a Alicia y Héctor en el Fernán Gómez
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Autor: Ignasi Vidal. Directora: Susana Hornos. Intérpretes: Raquel Pérez y Nacho Guerreros. Teatro Fernán Gómez, Madrid. Hasta el 23 de abril de 2023.
Fiel a su ya reconocible estilo, esencialmente clásico, basado en unos diálogos ágiles en torno a un conflicto bien depurado, con algunas dosis de intriga y algún sorprendente giro argumental, Ignasi Vidal ha escrito esta vez una función que, tengo la sensación, hubiera encontrado en la comedia mejor horma que en ese tipo de drama por el que la hace transitar la directora Susana Hornos. De hecho, en la obra hay algunos momentos de humor, pero son solo balas de fogueo en un contexto que afecta gravedad.
En Sobre el caparazón de las tortugas, Raquel Pérez y Nacho Guerreros dan vida a Alicia y Héctor, dos actores que estuvieron casados tiempo atrás y que se reúnen en casa de él para abordar los problemas psicológicos, alimenticios y emocionales que atraviesa la hija que tienen en común. La contradictoria relación que existe entre ambos, dominada a la vez por la dependencia y el desprecio, por el cariño y la traición, nutre una trama en la que se intentan conjugar demasiadas variables: alcoholismo, deudas, abusos sexuales… Sin embargo, cabe la posibilidad como digo, de que toda esa coyuntura, tan forzada bajo las coordenadas de un drama de personajes burgueses como es este, haya sido en verdad pensada por el autor para que aflore en el escenario bajo un prisma bien distinto, el de la comedia negra, con el cinismo que caracteriza a este género y con sus posibilidades para ofrecer al espectador una visión crítica y paródica del actor arquetípico: interesado, manipulador, fracasado sentimental, bebedor…
Desde luego, lo que sí es seguro es que es muy difícil, a día de hoy, hacer creíbles las escenas de violencia si estas se dilatan, como ocurre aquí, y se enfocan de un modo de apariencia naturalista y puramente dramático. Menos creíble es la inmediata reconciliación de los protagonistas después de tales escenas. De igual modo, resulta poco convincente Raquel Pérez jugando a seducir, sin que se advierta un mínimo de erotismo en su trabajo interpretativo, a Nacho Guerreros, que sí está más acertado en su composición de Héctor. La química que requieren todas las situaciones, tal y como están planteadas por la directora, brilla por su ausencia.
A pesar de ello, las características ya mencionadas de la literatura dramática de Ignasi Vidal permiten que la función discurra fluida y uno se interese en su asiento por saber qué va a pasar cada escena.
- Lo mejor: La tensión argumental que genera siempre el autor en sus obras.
- Lo peor: El asunto de los abusos sexuales no solo es innecesario, sino que además no queda bien explicado.