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Escenarios

Conchi León estrena su terapia contra la violencia machista gracias al "dios del Teatro"

El Temporada Alta ha acogido este debut español de una artista y dramaturga que defiende la capacidad sanadora del teatro

GIRONA, 26/10/2025.- La mexicana Conchi León estrena en España la obra 'Cachorro de León', una pieza en la que se sumerge en la memoria familiar en formato de monólogo que arranca con una llamada de su padre agonizante para desplegar una biografía en la que aparece desde violencia machista a alcoholismo o amor.EFE/ FESTIVAL TEMPORADA ALTA/Andy Castro/SOLO USO EDITORIAL/SOLO DISPONIBLE PARA ILUSTRAR LA NOTICIA QUE ACOMPAÑA (CRÉDITO OBLIGATORIO)
Imagen de la mexicana Conchi León en 'Cachorro de León'Andy Castro.Agencia EFE

Conchi León es una mexicana que, como tantos otros artistas, ha recurrido como terapia a la creación, o como ella lo denomina al "dios del Teatro", para superar en su caso los efectos de una infancia marcada por la violencia machista en el seno familiar.

Su padre agredía a su madre y, como sucede en los procesos de tratamiento psicológico, León ha ideado un monólogo, que acaba de estrenar en España en el que pasa del odio a su padre a aceptar su figura y entender que, por mucho que le contraríe, no deja de encarnar una parte de su vida de la que nunca podrá desprenderse y con la que tendrá que convivir hasta el final.

El festival Temporada Alta ha acogido este debut español de una artista y dramaturga que defiende la capacidad sanadora del teatro, que ella lleva en forma de talleres en la vida real a personas necesitadas de una vía por la que escapar de sus problemas.

Los traumas propios

Para sus propios traumas, Conchi León ha ideado este 'Cachorro de León', en el que airea todas las miserias de una familia marcada por los golpes que un padre alcohólico propinó a su esposa.

León se abre en canal, insulta al Pajarito, el mote de su progenitor, del que rompe un retrato, al que insulta, pero del que, a medida que transcurre la obra, su hija reconoce que algo de su personalidad es herencia de él.

La autoficción que se plantea combina el drama y la comedia en una suerte de terapia escénica en la que la actriz rememora el momento en que acudió al lecho de muerte del Pajarito, al que dibuja rodeado de amigos disparatados que recuerdan al final de la película 'Big fish'.

El humor como vehículo para suministrarle la purga al público es la definición de la mexicana de lo que hace con su teatro, que en 'Cachorro de León' se apoya en objetos simples relacionados con su infancia.

La cuarta pared

Todo ese material es el que lleva al final al empoderamiento de Conchi León, que llega a invitar a cervezas al público para romper por completo la cuarta pared y que, tras los aplausos, muestra una fotografía de uno de esos personajes aparentemente irreales de los que ha hablado durante una hora para reivindicar la verdad detrás de su monólogo.

El concepto de perdón está también en las palabras de la mexicana, que, hacia el final, le da la vuelta a toda la pieza al enfocar las caras del público, con una cámara que reproduce lo que capta en una pantalla al fondo, y espetarle: "Todos somos monstruos".

El espectador se ve así de forma inesperada en el papel en que se encontraba la persona que tenía enfrente y a la que contemplaba hasta entonces desde un rol muy diferente.

Ni siquiera le salva que Conchi León ambiente su trayectoria vital en un país a muchos kilómetros de España, porque la familia y la forma en que se forjan las nuevas generaciones es un concepto universal.

La muerte también está presente en la obra, otro asunto que atañe a toda la humanidad, y el tercer eje de esa globalidad de 'Cachorro de León' es el humor, exprimido para que sirva a fines que muchas veces se alejan de la sonrisa.

La música de Pedro Infante, del que elogia su faceta artística y critica en la vertiente humana desde un análisis del machismo, aporta la memoria sonora a la pieza.

La proximidad de León ha sido tal que ha pedido al público tras el estreno en España que la asesore sobre posibles desajustes de lenguaje con vistas a las otras dos citas que tiene pendientes en Cádiz y Madrid.

De poco tiene que preocuparse la mexicana porque la denuncia de la violencia machista que realiza y la universalidad de sus reflexiones están por encima de idiomas y culturas, como el teatro con el que tan bien sabe trabajar. EFE

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