Entrevista
José Sacristán: "Me dan escalofríos al pensar que la solución sea volver a cantar el 'Cara al sol'"
Presenta en Madrid 'Caminando con Antonio Machado', una dramatización de los versos del poeta con la música y el chelo de Aurora Martínez
Collioure, Francia, 1939. José Machado encuentra en un bolsillo del gabán de Antonio, su hermano muerto, un papel con sus últimos versos: «Estos días azules y este sol de la infancia». De ellos tiró el actor José Sacristán para iniciar un camino de vuelta del poeta de la muerte en el exilio al huerto claro donde madura el limonero. «Me tomé estas palabras como su último deseo, volver a la Sevilla que lo vio nacer». A través de una dramaturgia de sus poemas y acompañado de la música de la violonchelista Aurora Martínez, «he confeccionado un espectáculo que informe del Machado más tierno, más político, más festivo, más trágico... no sólo gran poeta, sino uno de los más honrados, leales, consecuentes, insobornables y lúcidos pensadores y testigos de su tiempo». «Caminando con Antonio Machado» se presenta en el Teatro Fernán Gómez del 26 al 29 de junio.
–¿Cuál ha sido su criterio de selección?
–He procurado que al margen de la belleza de sus versos, se tenga noticia de cuáles eran sus alegrías, sus dolores, sus penas, sus preocupaciones, pero sobre todo, su mirada sobre España. No solo honrar al gran poeta, sino al hombre, al ciudadano que miró su época, las circunstancias políticas, sociales y económicas que lo rodearon.
–¿Recitarlo es poner ante la gente un referente ético?
–Sí, pero más que recitar, que no me gusta, a don Antonio hay que decirlo porque está el inmenso poeta, pero es el hombre, su mirada sobre la condición humana con todas sus complejidades, grandezas y miserias. Machado sigue siendo un testimonio imprescindible, un maestro en todos los sentidos porque es la honradez, la coherencia, la humildad, la bondad, es la profundidad de lo sencillo, una manera de andar por la vida sencillamente ejemplar que, ¡ojalá!, siguiéramos un poco más de cerca.
–¿Hemos superado esa España de charanga y pandereta?
–Lamentablemente, no del todo, lo estoy viendo en manifestaciones y pronunciamientos que vienen dándose por personas elegidas por la voluntad popular. Me refiero a la extrema derecha que el otro día se manifestaba contra del Gobierno, que a mí me parece perfecto porque yo soy el primero en protestar contra él, pero volver a escuchar el «Cara al sol»... eso tiene lo suyo, sobre todo para los que tenemos la edad y hemos pasado lo que hemos pasado. Que cualquier reclamación no sea volver a aquello, por favor, a la «España con sucios oropeles de Carnaval vestida aún la tenemos: pobre, escuálida y beoda», que decía Antonio Machado.
"No me gusta nada lo que veo. No soy ningún jaleador ni aplaudidor del Gobierno"
–Usted vivió la postguerra, sabe de lo que habla.
–Claro, y no me gusta nada lo que veo, yo no soy un jaleador ni aplaudidor del Gobierno, sobre todo con los últimos acontecimientos, he manifestado mi desacuerdo absoluto con ciertos comportamiento de la izquierda y en ocasiones he roto, pero sencillamente me estremece porque lo viví y que alguien piense que la solución a estos problemas pasa por volver a cantar el «Cara al sol», me dan escalofríos, me pone los pelos de punta.
–¿Qué opina de lo que está ocurriendo estos días?
–Don Antonio tendría algún poema para esto, pero resumiendo me parece sencillamente lamentable, es un punto y aparte en la historia del Partido Socialista Obrero Español. Y que no anden con paños calientes, la situación no se soluciona ni muchísimo menos pidiendo perdón y haciendo propuestas de una inmediatez insuficiente. El daño que hacen los miserables es siempre mayor cuando se cometen dentro de la izquierda que cuando los atropellos los hace la derecha, que cuenta con una feligresía mucho más fiel. Me parece terrible, vergonzoso, y no vale hacer comparaciones, ya está bien del «y tú más», no sirve para nada, esto es absolutamente impresentable.
–Machado fue un intelectual comprometido. ¿Tenemos hoy este tipo de referentes?
–Leo algunas cosas, pero no voy a dar nombres porque habría un agravio comparativo. Como decía él, «a distinguir me paro las voces entre los ecos»; y hay mucho eco lamentablemente. Ahora los mecanismos modernos permiten que estos se multipliquen y desaparezcan las voces, pero con todo hay algunas que sigo escuchando y leyendo, lo que ocurre es que, volviendo a Machado, no acabamos de aprender a mirar.
–¿Qué ha significado para usted leer su discurso de ingreso en la Real Academia Española?
–La primera palabra que se me ocurre es acojone. Yo no podía ni pensar que esto ocurriese, que lo que iba a decir lo tenía que haber dicho don Antonio Machado. Agradezco la confianza que depositó en mí la Academia y tener a Mayorga a mi lado, que es un amigo, para contestarme en nombre de Azorín porque para mí ha sido uno de los acontecimientos más importantes de mi vida, sin duda ninguna.
–Ya era hora de poner las cosas en su sitio, ¿no?
–Sí, eso es, ya era hora.
- Dónde: Teatro Fernán Gómez, Madrid. Cuándo: hasta el domingo. Cuánto: 20 euros.