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Una 'Manon' con la mejor cantante del mundo

Lisette Oropesa acaba de ser premiada en los Opera Awards celebrados en Múnich
Lisette Oropesa, en un momento de la representación en Valencia
Lisette Oropesa, en un momento de la representación en Valencia© © MIGUEL LORENZO-MIKEL PONCEEUROPAPRESS

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«Manon», de Massenet. Libreto: Meilhac y Gille. Dirección de escena: Vincent Huguet. Dirección musical: James Gaffigan. Palau de les Arts, Valencia, 6-X-2024.

«Manon» ya se escuchó en 2010 en Les Arts, en tiempos de Helga Schmidt, y más allá de interpretaciones y reinterpretaciones escénicas, lo que importa es el canto y su base orquestal. De ambos viene el gran triunfo cosechado, con una soprano y una orquesta en estado de gracia. Lisette Oropesa acaba de ser considerada como la mejor cantante femenina de los Opera Awards celebrados en Múnich, una afortunada casualidad para les Arts.
Oropesa, que debutó en el papel en el Met neoyorquino, en 2019, supo doblegar su condición de diva al personaje más liviano de Manon, plegando a ello la sonoridad brillante, ágil en las coloraturas y el timbre luminoso de su voz, logrando transmitir con emotividad el carácter del personaje y su paso desde la casi niña –perfectas las coloraturas de su aria inicial «Je suis encore tout étourdie»– a la luchadora por su amor y la libertad, sin vacilar hasta en el hecho de implicarse con garbo en un baile.
Habría muchos momentos destacables, desde la dulce nostalgia de «Adieu, notre petite table» a la alegre desenvoltura de «Obéissons quand leur voix appelle» con sus efectistas sobreagudos. Sí, como expresa al final, «et c’est là l’histoire de Manon Lescaut». En cierto modo, pudo recordar a los amantes de las grabaciones históricas a la Manon de nuestra Victoria de los Ángeles.
Y, lo ya dicho, sin desmerecimiento para el buen trabajo del Cor de la Generalitat Valenciana, la orquesta bajo el mando de James Gaffigan fue la otra gran triunfadora. El maestro hizo lo que hay que hacer: arropar y dejar cantar a los solistas sin taparles a pesar de la opulencia orquestal de algunos momentos. Espléndida la conjunción de orquesta y escena en el tercer acto y los impresionantes decorados de Saint-Sulpice con dos lienzos de Delacroix. Charles Castronovo fue un esforzado y atento Des Grieux; a Carles Pachon se le notó algo fuera de su repertorio en su cometido como Lescaut; Jorge Rodríguez Norton cumplió como Guillot de Morfontaine; y James Creswell ofreció un vocalmente noble Conde Des Grieux. Sin embargo, quedaron por detrás de los niveles anteriores.
Les Arts ha contado con una producción de la Ópera de París de 2020, ambientada los años veinte de esa ciudad, con decorados monumentales y vistosos y un acertado movimiento escénico. Eso que gusta al público y provoca su aplauso. Otra cosa son las licencias a las que ya estamos acostumbrados: en este caso, el recurso a la figura de Joséphine Baker, que llega a cantar la canción «C’est lui», de la película «Zouzou» (1934), en un añadido para justificar la visión de Manon como luchadora activista por la liberación de las mujeres, que aporta poco, máxime cuando, por otro lado, se aplican las tijeras. En fin, ya sabemos que siempre hay que sufrir con algo de los registas pero, al menos en esta ocasión, hemos disfrutado de una soprano, un director, una orquesta, un coro, algunos vistosos y monumentales decorados y un digno resto de reparto.