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Ramón Fontseré: «En España somos como un gazpacho estupendo con mala uva»

Afronta un nuevo reto en su carrera: estrena en Madrid como director «Que trata de España», un espectáculo que recorre la historia política y cultural de nuestro país a través de los grandes poetas del siglo XX.

Ramón Fontseré: «En España somos como un gazpacho estupendo con mala uva»
Ramón Fontseré: «En España somos como un gazpacho estupendo con mala uva»larazon

Afronta un nuevo reto en su carrera: estrena en Madrid como director «Que trata de España»

Una temporada intensa tras asumir la dirección de Els Joglars, la publicación de su novela «La rocambolesca historia del transportista Pere Bitxo» (Tropo Editores), la gira de «El coloquio de los perros», y ahora su estreno en el Teatro Fernán Gómez de Madrid como director. «Que trata de España», hasta el 6 de octubre, es una idea histórica, política y cultural de nuestro país a partir de los grandes poetas del siglo XX.

-«Que trata de España» es una selección de textos de Javier Villán,bajo su dirección y la interpretación de Victoria Vera...

-Es una actriz que había trabajado con Villán,en «Todos a escena» y cuando se le ocurrió esta obra, pensó en ella. Tenemos una profunda fe en Victoria para este «oratorio».

-Tiene fama de ser riguroso. ¿Ha sido la pesadilla de la musa de la Transición?

-(Risas) No. Ella ha sido muy enriquecedora, así como los tres genios flamencos: Antorrín, El Persa y Juan Ramírez. Tiene que haber un punto de obsesión para culminar el juego, y todos ellos lo han tenido.

-«Que trata de España» es un préstamo de Blas de Otero. ¿Qué se encontrará el público?

-El recitativo de una excelente actriz con injertos de flamenco, que es el hilo conductor. Le da la gracia, el «toque» para que cada poema tenga una épica, una ironía, un humor...

-Y yo que le hacía más jazzístico.

-(Risas). Admiro a Johnny Cash, ¡ y del flamenco no tenía demasiada idea!, pero es un arte profundo, no hace falta ser un experto: o te toca o no te toca... Como la pintura o la poesía: produce zozobra.

-Cuando Blas de Otero escribe la obra, intenta que vaya dirigida a la mayoría.

-Es verdad. Decimos con falsa humildad que nos da igual la asistencia, pero no es así: el objetivo de un escritor, actor o músico es llegar al mayor número de gente.

-Otero dice: «Qué hacer, hombre de Dios, si hay un ratero/ que confunde la Bolsa con la vida».

-Estos tiempos parecen una epidemia. Los artistas son gente que tienen una visión de la sociedad muy auténtica, recuerda aquello de: «La política es demasiado importante para dejársela a los políticos», pero no puede tener más sentido común.

-En el espectáculo asoman las distintas Españas: como patria perdida, madrastra, problema. ¿Qué metáfora es la aplicable hoy?

-Lo resume una frase: son malos tiempos para la lírica.

-¡Siempre lo son!

-Desgraciadamente. Pero haría falta más sentido común. Somos magníficos, entrañables. Pero cainitas. Somos como un gazpacho estupendo con esencia de mala uva.

-¿Sabe de algún político que escriba versos en la intimidad?

-No les veo aplicados al soneto. Salvo a Luis Alberto de Cuenca, pero ya no ejerce.

-Fue el memorable Dalí en «Daaalí». Decía el pintor que lo único de lo que el público no se cansará nunca es de la exageración, amén de los actores, quiénes exageran más son los políticos?

-Pero se les ve el plumero. La exageración va bien como puente entre el escenario y el público. Dalí decía que hacía el payaso para que no le confundieran con su hermano muerto. Es un aumento «de volumen» en el ritual, pero lo de la clase política da una vuelta de tuerca.

-Se ha abierto la caja de Pandora de la Cataluña independiente, ¿dónde se sitúa Joglars?

-Es una nueva etapa y queremos un público que venga a disfrutar. Hemos sido críticos con el nacionalismo, pero si hay un público sin prejuicios –que lo hay–, ¡estupendo!

-Es decir, ¿el estigma de su compañía en Cataluña va desapareciendo?

-No lo sé, porque no hemos actuado aún, pero si hay un teatro que lo desee, estamos encantados. Es una nueva etapa y cuando Boadella me pidió sucederle, fue el primer impulsor de volver a Cataluña.

-Quizá porque él no podía pasear por allí,porque le llaman facha y españolista....

-Eso es una salvajada porque si algo no es Albert es «facha». Quienes se lo llamen es porque deben serlo. Es una moda asquerosa que merece aquello de «perdónale señor, que no saben lo que dicen».

-He leído que siempre han querido a Pujol. ¿A Artur Mas también?

-Es un ser muy gris, muy perdido en su laberinto. Esos políticos de antes: Pujol, Arzalluz,..., eran más caramelos para hacerles personajes... Pero Mas no da para mucho.

-Le gusta el fútbol, especialmente el Guardiola del Barça, porque su filosofía le recordaba a el Joglars. ¿Con el Tata se identifica menos?

-El Tata lo dijo: ni es catalán ni holandés. Es argentino y tiene su manera de hablar, que parece de un senador romano. Para decir que la pelota entró en la portería hace un discurso fantástico. Espera a ver cómo se toman la rotación ese once millonario, que debe tener un ego enorme.

-¿Quién da para un papel satírico digno de Els Joglars: Bárcenas, Díaz Ferrán o algunamujer?

-Hemos sacado en «La cena» a una ministra y a una directora general de paradores.

-Pero nunca son personajes con garra como Pujol, Dalí, Pla...

-Es verdad, y eso que ahora hay mujeres rotundas. En cuanto me retire a pensar...

-Boadella prometió convertirse en una sombra molesta, ¿ha cumplido su palabra?

-Es una sombra magnífica. Y me va bien. De molesta, nada. A la hora de hacer un nuevo espectáculo lo hablamos, porque es magnífico tener un colega como él que te ayude...

-Le ocurre –con todas las distancias– como al Papa Francisco con Ratzinger..., es el único que tiene un predecesor para consultarle.

-(risas) Buena metáfora. Por cierto, este Papa nos gusta porque es como Evita: de todos y del pueblo, pero no me disgustaba Ratzinger. A mí la liturgia me fascina. La severidad es necesaria.

Los entrevistados hablan de La Razón

«Cada vez que puedo intento leeros. Si no lo hago a través de internet, lo leo en papel durante los viajes y en los hoteles. Me gusta en particular la sección de Cultura, porque me parece muy buena y plural. Sería bueno que se dedicaran más páginas a los espectáculos porque no todo es fútbol, Bárcenas o presupuestos de Rajoy».