
Decisión
Castilla-La Mancha aprueba una medida clave para asegurar el futuro de la tauromaquia
García-Page apuesta por integrar al sector en una estructura estable que regule el presente y el futuro de una de las expresiones culturales más arraigadas de la región

En un momento clave para el mundo del toro, Castilla-La Mancha ha decidido mover ficha. El gobierno regional ha aprobado la creación del Consejo Asesor de Asuntos Taurinos, una herramienta que no solo busca defender lo que ya existe, sino también sentar las bases para lo que está por venir. Lo ha anunciado Emiliano García-Page en Tórtola de Henares, un municipio que simboliza esa "enorme afición taurina" que respira la región.
El objetivo es claro: proteger la tauromaquia como expresión cultural y dar voz a todo el ecosistema que la rodea. Desde profesionales del toreo hasta aficionados, pasando por organizadores y ayuntamientos, el Consejo pretende convertirse en un órgano de coordinación real, capaz de ordenar un universo que, hasta ahora, ha estado atomizado y sin un marco común. No será fácil, lo ha reconocido el propio presidente, pero es un paso que muchos esperaban desde hace tiempo.
Uno de los puntos más relevantes de este nuevo ente será la regulación específica de los encierros camperos, una modalidad que en España solo sobrevive en contados municipios, muchos de ellos en esta comunidad autónoma. Estos festejos, que hunden sus raíces en la identidad rural, necesitan una protección jurídica clara que garantice su continuidad sin estar al albur de normativas ambiguas o incompletas.
El Consejo no nace solo como un gesto simbólico. Su creación responde a una necesidad práctica y urgente: blindar la tauromaquia frente a los vaivenes políticos, dotarla de estabilidad institucional y legitimar su valor desde dentro del propio tejido social y administrativo. Castilla-La Mancha no solo quiere defender el toro, quiere organizarlo, comprenderlo y proyectarlo hacia el futuro.
A diferencia de otras regiones donde el toreo ha quedado arrinconado por complejos o por falta de voluntad política, aquí se reconoce sin ambages que la tauromaquia forma parte de la identidad contemporánea de la región. No como un museo estático, sino como una expresión viva, compleja y plural que necesita diálogo, estructura y apoyo desde las instituciones.
Este nuevo Consejo Asesor llega, por tanto, no como una solución milagrosa, sino como una herramienta de trabajo. Su éxito dependerá de quién se siente a esa mesa, de cuánto se escuche al sector, y de si se es capaz de traducir la pasión en políticas públicas. Lo que está claro es que Castilla-La Mancha, al menos, ha decidido hablar de toros con seriedad.
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